jueves, 30 de septiembre de 2010

DONDE CABEN DOS CABEN TRES

  
     A principios del siglo XX habían en Jerez dos fabricantes de muebles Adolfo Camacho Jiménez en la plaza Domecq 29 y José Franco Perea en la calle Consistorio 16, vendían muebles Manuel Correa Benitez en la calle Ramón de Cala 16 y Pedro Naranjo Jiménez en Ángel Mayo 12 y poco más si exeptuamos a carpinteros, ebanistas o charolistas, etc. Después vendrían, con la España del desarrollo, tiendas de muebles como la de Prudencio Arenas en la plaza de la Yerba, Manuel Berraquero en la calle Doña Blanca, Taula en la calle Hornos, Pedro Sola en la Vid y sobre todo las que en los años sesenta del pasado siglos se constituyeron en un punto de referencia del negocio del mueble a nivel local, Muebles Ragel en la calle Medina y "La Casa del Mueble" en calle Lealas. La inauguración de ambas superfies comerciales del mueble supuso todo un acontecimiento para el comercio jerezano, el negocio de Luis Ragel tenia varias plantas y amplios locales en pleno centro de Jerez y "La Casa del Mueble" ocupaba todo el bajo de un edificio de nueva construcción en la calle Lealas abriendo nuevos horizontes en ese Jerez que comenzaba a crecer por la Plata. Diez años después, en los años setenta, el negocio del mueble se dispara en Jerez, montándose tiendas de muebles no solo en el centro sino también en las nuevas barriadas, todo ello unido a la evolución que había sufrido la vivienda en la ciudad, digno de destacar es la figura de Sabino Hoces y su espectacular tienda de muebles levantada en estos años en la esquina de la calle Honda con Santa María. Son años en los que comienzan también a funcionar negocios dedicados al mueble metálico y a los muebles de cocina. Finalmente se implanta el mueble al por mayor, utilizando naves y enormes espacios ubicados en polígonos industriales.
   
    Ahora nos llega Ikea, la multinacional del mueble y lo hace cargada de expectación y de recelo del comercio local. Nos llega con nuevos métodos de venta, con la funcionalidad por bandera y con precios asequibles a cualquier bolsillo. Llega apostando fuerte por Jerez y su zona de influencia, llega invirtiendo por el empleo y con las miras en un sector que hoy, como entonces, es muy demandado. Atrás quedaron las salas y alcobas, las cocinas y retretes comunes, ambos de mampostería, sin más muebles que un platero de madera para la cocina, un palanganero donde poderse asear,  vetustos comedores y dormitorios con cresterías y aldabillas doradas, para mínimos habitáculos donde no era posible ni estanterías para libros, ni dormitorios para niños que hacían su vida en el patio, ni mesas de ordenadores, ni siquiera mesita para una televisión que no llegaría a nuestros hogares hasta los años sesenta. Los muebles de las grandes casas se heredaban de padres a hijos al igual que los escritorios y archivos de oficinas. La explosión del mueble vino con los pisos que ofrecían las nuevas barriadas, donde se le intentaba sacar provecho con mobiliario cada vez más funcional.
   
    Los tiempos han cambiado y hoy, aunque las viviendas tienen más metros, lo que prima es el confort y la funcionalidad. La vida laboral requiere que nuestras casas den el mínimo trabajo posible y para ello lo mejor es esa nueva tendencia llamada minimalismo, que en nuestra tierra se traduce en "cuantos menos tiestos mejor, menos hay que limpiar" y esa es la revolución de Ikea, la que ha hecho posible, gracias a esa simpleza, que donde quepan dos quepan tres, que los niños no echen de menos los viejos patios olvidando aquello de "eso no toca, aquí no se juega", donde cada uno pueda crear la propia república independiente de su casa.  Tal como ocurrió hace años cuando el comercio de Jerez comenzó a vislumbrar nuevos horizontes solo es necesario que se busquen las fórmulas para que el pez gordo no se como al chico y que todos, comercio tradicional y grandes superficies, sean capaces de hacer verdad aquello de "donde caben 2 caben 3." 
    (Artículo publicado en Jerez Información el 24 de abril de 2010) 
Antigua fotografía de la calle Honda de Jerez con un comercio de venta de muebles en primer plano

miércoles, 29 de septiembre de 2010

EL MUSEO DEL BARRIO

   
    EN LA FESTIVIDAD DEL ARCÁNGEL

     Lo más castizo del barrio de San Miguel tiene dos extremos custodiados por dos jerezanas de tronío, dos artistas como la copa de un pino. Una en la Cruz Vieja, donde el Cristo se para para no dejar de escuchar saetas cada Viernes Santo y otra frente a la capillita de la Yedra, donde el Cristo también se para cada Viernes Santo para saludar a la Esperanza. Lola Flores está frente a Villapanés y la Paquera frente a la Yedra, las dos miran al horizonte del barrio, como queriendo transportar su arte más allá de estos dos monumentos unidos por la calle Empedrada.
   
    Villapanés es suntuoso, civil, aristocrático, allí está Lola Floras más faraona que nunca, con su empaque sin igual y su grandeza de artista; en el otro extremo la Yedra, coqueta, religiosa y pintoresca y frente a ella la Paquera de Jerez más cantaora que nunca, con su incomparable fuerza flamenca y sus ecos de buleria. Dos genios del arte frente a dos edificios históricos,, los dos del XVIII, el siglo de la explosión del barroquismo, los dos con fachadas  que unen vías con historia ,  dos bellas soluciones al chaflán de calles emblemáticas del barrio. Siendo Lola Flores de Sol está ante Villapanés que une Empedrada y Cerrofuerte y siendo Paquera de Cerrofuerte está ante la Yedra entre Empedrada y Sol, porque las dos, aunque alejadas algo de su lugar de nacimiento, son hijas de un mismo barrio. Cerrofuerte y Sol se unen por Empedrada y en su extremos dos emblemáticos edificios y  dos monumentos a dos mujeres monumentales en el mundo del arte y en la gloria de Jerez. Todo esto nos sirve de ejemplo para comprobar cuantas peculiaridades configuran un barrio tan castizo como el nuestro de San Miguel.
    
    Nuestro Ayuntamiento ha anunciado que por fin Lola Flores tendrá su museo en Jerez y no podía haberse buscado un lugar más apropiado que el palacio de Villapanés, aquel que luce felizmente restaurado en su parte más nueva y que aún tiene la asignatura pendiente de acometer la rehablilitación de su casa grande, aquella que lleva años en total abandono, un edificio singular del que ya poco conserva de sus antiguos esplendores. Si Lola Flores volviera la cabeza seguro que le cantaría aquello de" pena, penita, pena" ante la deplorable situación en la que se encuentra el palacio que le dará la espalda a su museo.
   
    Es hora ya que los organismos competentes acometan la total restauración del histórico palacio de Villapanés, cuya casa grande podría convertirse en un complemento perfecto al anunciado museo Lola Flores. Este magnífico edificio podría acoger todo lo que el barrio de San Miguel ha aportado a la ciudad y al mundo, sus estancias serían un marco ideal para que el visitante conociera la realidad de un barrio, rico en muchos aspectos y singular por cuantos personalidades han nacido allí.
   
    Junto al museo Lola Flores, hija insigne del barrio de San Miguel, en la casa grande del viejo palacio de Villapanés, podría ir ubicado el museo del barrio, un espacio para conocer y potenciar cuanto encierra este barrio universal. Allí estaría en la zona dedicada al flamenco, la sala de la Paquera, la de don Antonio Chacón, la de Manuel Torres, la de Carmen Flores, la de la familia Parrilla, etc. la de los personajes del barrio como la sala de Ramón de Cala, la de Antonio Castilla, pionero de la radio; la sala del propio Miguel María de Panes y Pavón y su legendario biblioteca, la del actor cinematográfico Alfonso Rojas, la de la bailarina Isabelita Ruiz, la del escritor y poeta Juan Ruiz Peña, la del Beato Manuel Salado etc.Todo esto unido a las peñas flamencas ubicadas en las cercanías y sus antiguos comercios  y casas de vecinos serían un atractivo indiscutible para el turismo y forma más de rentabilizar los atractivos que proporcionan barrios como este. En esta propuesta, aplicable igualmente al otro barrio flamenco de Jerez, el de Santiago, tendría mucho que decir tanto las respectivas asociaciones de vecinos como las distintas administraciones. 
   
     (Artículo publicado en Jerez Información el 1 de mayo de 2010)

Casa grande del conjunto monumental del palacio de Villapanés que lleva años esperando su restauración.


El palacio de Villapanés a principios del pasado siglo XX
      
   

martes, 28 de septiembre de 2010

CENTENARIO DE MUÑOZ CEBRIÁN



Muñoz Cebrián en plena inspiración artística. Foto tomada de la WEB Jerezdecine.com

    Se cumple en este año de 2010 el centenario del nacimiento del insigne pintor local Manuel Muñoz Cebrián y el próximo jueves 3 de junio el Centro de Estudios Históricos Jerezanos convoca a un acto con motivo de esta efeméride.. Muñoz Cebrián, fallecido en el año 2001 fue un acreditado pintor local, cartelista y muralista, Académico de la de San Dionisio, su obra llena de motivos muy jerezanos, con figuras de un estilo muy personal, que reflejan un gran dominio del dibujo, es un deleite para los sentidos por su calidad y expresividad.
   
    Según apunta Bernardo Palomo,desde muy pequeño este artista local mostró cualidades para el dibujo, en la droguería de su padre, se daban cita , entre otros muchos artistas de la época , Nicolás Soro, Teodoro Miciano y González Agreda, que advierten las inmensas posibílidades artísticas de aquel niño de seis años.
   
    En la Escuela de Artes y Oficios conoce el mundo del grabado y se entusiasma con la litografía. Miciano le nombra su ayudante y colaborador en la Nueva Litografía Jerezana, donde adquiera la formación necesaria que le permite llegar a donde adquiera la formación necesaria que le permite llegar a dominar una de las facetas artísticas en la que más brilló, la de cartelista. La pintura mural, el retrato, el dibujo publicitario, etc. eran llevados por Muñoz Cebrián hasta sus últimas consecuencias estéticas. Pero serán los famosos gitanos los que llevaron al pintor jerezano a a la cima del éxito, Unos gitanos que, todavía hoy, siguen siendo presa cotizada por coleccionistas.
   
    Por su parte su discípulo José Ramón Fernández Lira define a su maestro como el artista del trazo firme y expresivo, la anatomía concreta, con un cuido por la composición. Todo esto fue lo que aprendió con Miciano y que el discípulo empleó muy pronto como queda patente desde el primer cartel que firmó en 1946.
    
    Tanto Miciano como Muñoz Cebrián estuvieron siempre más preocupados por la composición y por el contorno de las figuras que por el color. Para ellos el color era algo secundario que quedaba compensado con el realismo del dibujo. Pese a esta aparente despreocupación por el color, lo que nunca olvidó Muñoz Cebrián fue una serie de recursos técnicos que tienen su origen en el grabado y en las planchas litográficas.  José Ramón lo trató lo suficiente como para afirmar que Muñoz Cébrian como buen cartelista sabía con que recursos contaba el dibujante litógrafo, y a partir de estos conocimientos interpretaba con muy pocas "tintas" su idea. Sabía distinguir perfectamente un dibujo de un cartel o un cartel de una ilustración. Se puede decir que Muñoz Cebrián marcó un hito en el mundo litográfico de su época.
   
    Pero no todos fueron carteles, sus pinturas sobre lienzo, sus murales cuyo exponente más significativo lo encontramos en la capilla del colegio La Salle- Buen Pastor, sus bocetos, dibujos, sus tintas aguadas, ilustraciones, etc, muestran un estilo propio cargado de personalidad dificilmente igualable. Todos ellos sellados con una seguridad y exquisitez en el trazo incuestionable. El Ayuntamiento de Jerez le dedicó una calle en la barriada España.
   
    Conocí a don Manuel Muñoz Cebrían en su estudio de la calle Doctor Mercado, en la encrucijada de unas calles con sabor al viejo Jerez, barrio que él mismo definía como el Santa Cruz jerezano y en el que en el recoleto espacio donde daba rienda suelta a su genialidad, con la luz que penetraba por la ventana que daba a la calle y la que se colaba por la puerta del patio encendía lápìces y pinceles de donde manaban, con simples y precisos trazos, rostros aflamencados y composiciones admirables.
   
     En el centenario del nacimiento de este genial pintor jerezano el Centro de Estudios Históricos Jerezanos, fiel a los fines que le amparan y que enaltece a esta loable institución, honrará su memoria. Ahora el Ayuntamiento de la ciudad a la que tanto enalteció con su arte, la Academia de San Dionisio de la que fue miembro destacado y la Escuela de Arte que lo tuvo como alumno aventajado deben coger el testigo para que, en este centenario de su nacimiento, se conmemore la efeméride como merece.. 
    (Artículo publicado en Jerez Información el 30 de mayo de 2010)

Estación del Vía-Crucis pintado sobre mural en la capilla del colegio La Salle-Buen Pastor

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lunes, 27 de septiembre de 2010

EL HOGAR SAN JUAN

   

    Existe un lugar en Jerez que está consagrado a hacer el bien, un lugar enclavado en una zona conocida como Mundo Nuevo, un mundo nuevo para los que nada tienen, para los desauciados de la sociedad, para los que salen de la cárcel y no tienen donde ir, para los alcohólicos, para drogadictos, para los indigentes, para los pedigüeños, para los sin techo, sin casa, sin comida, sin ropa para cambiarse y sobre todo sin esperanzas. Ese lugar destinado a la entrega desinteresada a los demás se llama Hogar San Juan y se encuentra en la antigua residencia de las Hermanitas de los Pobres, las mismas hermanitas que llegaron a Jerez para, también, hacer el bien, en 1875 y estuvieron más de un siglo acogiendo a ancianos ofreciéndole sobre todo la necesaria ompañía. Ahora esas magníficas instalaciones, que fueron levantadas gracias a cuantas donaciones se recibieron en estos más de cien años, son ocupados por otra benemérita obra, la de los hermanos de la Misericordia que tiene a su principal valedor a un bendito de Dios, el Padre Juan Carlos Durán Holguera, un ejemplar sacerdote que lo ha dejado todo, hasta su labor en la orden hospitalaria de San Juan de Dios, para coger su propia cruz y darse por entero a los demás, sobre todo a quienes más necesitan de una mano amiga que lo agarre para no caer en la desesperación.
   
     Jerez tiene una última posada donde acudir cuando ya no queda nada ni siquiera lo más imprescindible para vivir, ese lugar se llama Hogar San Juan, donde un sacerdote joven, solo, con la única ayuda de un grupo de voluntarios, se desvive para ofrecer un rayo de luz cuando se ha perdido todas las esperanzas, cuando las circunstancias han llevado a las personas a la propia autodestrucción, cuando el rechazo social es lo único que se encuentra en un mundo insolidario y dominado por el egoismo.
   
    El Hogar San Juan es un rescoldo de fuego auténtico en un mundo tan apagado a la hora de dejarlo todo al servicio de los que más necesitan, es un soplo de aire fresco entre tanta contaminación de intereses creados, es un sol de justicia en una sociedad que para que unos vivan muy bien otros tienen que pasar hambre, en el que se hablan de sueldos millonarios mientras se siguen viendo cartones en soportales cubriendo a seres humanos. una sociedad en el que jóvenes inhumanos llegan incluso a meter fuego a mendigos solo por divertirse o se siguen empleando cifras astronómicas en asuntos relacionados con la guerra mientras en Cáritas salta la alarma por el índice de pobreza.
   
    El pasado viernes tuve la dicha de poder visitar el Hogar San Juan, oír en boca del Padre Juan Carlos el loable proceso de acogida que allí se lleva a cabo a todo aquel que desesperado llama a la puerta, pude ver el aprovechamiento que se realiza de la ropa usada que va llegando, lo organizado que lo tiene todo,, el ambiente de paz y cariño que allí se respira, cuantas carencias son necesarias de cubrir para poder llevar a cabo esa encomiable labor que tanto le enaltece y que tantas conciencias debe de mover.
     El hogar San Juan es un reto no solo para el Padre Juan Carlos y sus colaboradores, es un reto para todo Jerez por todo lo que significa para esas personas rotas por el destino y las circunstancias, seres humanos, jerezanos la mayoría, que hay que darle la oportunidad de reinsertarse desde la base de esos valores incuestionables que el padre Juan Carlos sabe trasmitir como nadie. El hogar San Juan y la congregación de los hermanos de la Misericordia, diríamos ahora, que promete, solo es necesario que no le falte nunca el apoyo y la colaboración, que ese lugar que representa verdaderamente un mundo nuevo, no tenga que volver a ver sus dependencias vacías sino que crezca en beneficio de quienes más lo necesitan. 
    Los sin techo tienen, desde hace unos meses un hogar en el Mundo Nuevo jerezano, gracias a un hombre integro, con las ideas claras y el corazón enorme, que a contracorriente ha dado, de nuevo, vida a esa casa, por unas razones que si todos las lleváramos a cabo cambiaríamos al mundo, me las dijo el otro día y me hizo reflexionar: "Hago esto, simplemente, porque no tengo nada mejor que hacer".  
    (Artículo publicado en Jerez Información el 25 de septiembre de 2010)

Rvdo. Padre Juan Carlos Durán Holguera, ángel de la guarda de los sin techo.

   

domingo, 26 de septiembre de 2010

EL ITINERARIO TURÍSTICO QUE PERDIMOS

   



    Aquel verano había decidido ir de vacaciones a Jerez. Entre sus papeles de viajes encontró un itinerario turístico algo extraño porque no recogía sus monumentos más conocidos sino una serie de visitas muy concretas y peculiares. le llamó la atención este circuito urbano que alguien había diseñado sin saber como llegó a sus manos. El documento se podría haber titulado "Itinerario turístico del Jerez que perdimos" y señalaba lo siguiente:
   
    "Podemos entrar en Jerez dejando atrás Cádiz y los Puertos, muy pronto veremos la silueta de la ciudad recortada en el horizonte,con su torre de San Miguel, las almenas del Alcázar y la cúpula de la Colegial al fondo y en primer término la Alcubilla con la bella estampa de su ermita de Guia enmarcada en la hilera de cascos bodegueros.
   
    Subiremos la cuesta y llegando a la vieja alameda giramos a la derecha para encontrarnos con el convento de San Agustin y su airosa iglesia, que da frente a la calle de su nombre, sirviendo de retranqueado fondo para la plaza del Arenal.
   
    Por la plaza del Arenal, con sus armónicas fachadas, nos adentramos en el bullicio del centro y alcanzamos la plaza Esteve, donde se levanta solemne el edificio del Mercado, con fachadas a la calle Doña Blanca y a esta plaza que da nombre al arquitecto que la construyó, logrando un bello conjunto con la iglesia de los franciscanos.
   
    La calle Santa María nos conducirá al convento de la Vera-Cruz en la calle Medina, donde se venera la Virgen de la Lágrimas, a quien está dedicada esta céntrica vía. En el interior de la capilla de la Virgen podremos admirar el espléndido retablo que la preside, obra del célebre entallador Alejandro de Saavedra, realizado a expensas del Duque de Veragua, don Pedro Colón de Portugal, descendiente del gran descubridor de América, Cristóbal Colón.
     
    Por la calle Doctrina llegaremos a la iglesia de San Pedro, merece la pena entrar para contemplar su estructura neoclásica de tres naves, cuyo altar mayor es un claro exponente de este estilo, conviene fijarnos en la decoración de angelitos del camarín central decorado por el artista aragonés Nicolás Soro, la pareja de ángeles lampareros que escoltan el presbiterio y el retablo e imagen de San Antonio de gran devoción.
   
    Salimos del barrio de San Pedro por la calle de los Bizcocheros y caminando por Larga nos situaremos en los antiguos llanos de San Sebastián, ahora con el nombre de Alameda Cristina, en este lugar, además del convento de predicadores, la capilla de San Juan de Letrán y el antiguo palacio del Marqués de Montana, podremos admirar la fachada del palacio de los marqueses de Salobral con su estilizado mirador, la elegante fachada del antiguo hospital de la Candelaria, fundado por Juan Pecador, y en su otro frente la Puerta de Sevilla, portentoso acceso al Jerez amurallado que tiene su continuidad en la llamada calle "Por vera de la muralla", con todo un lienzo de muro que sobresale por encima de fachadas y azoteas.
   
    Cruzando la Puerta de Sevilla, dejando a un lado la parroquia de San Marcos, nos sorprenderá el templo de los Jesuitas con sus retablos dorados y su majestuosa imagen del Sagrado Corazón de Jesús presidiéndolo todo. Justo al lado de esta iglesia de San Ignacio y haciendo esquina con la calle Francos, la suntuosa mansión del marqués de los Álamos del Guadalete, donde un día se hospedó José Bonaparte y donde se guarda una buena colección de tapices y otros enseres propios de un rico museo.
   
    Adentrándonos en el viejo Jerez, muy cerca de aquí, llegaremos a la iglesia de San Lucas, donde merece ver la armonía y filigrana de su coro central, dándole la mano a este templo alfonsí el monasterio de Belén con interesantes elementos barrocos. No podemos dejar de visitar el principal templo de la ciudad, el de San Salvador, y ver su coro y su baldaquino escoltado por cuatro grandes esculturas de evangelistas. Desde este punto, si aún tenemos tiempo, podemos acercarnos a los históricos conventos de la Misericordia y de San Cristóbal, cercanos a San Dionisio, para de nuevo, una vez traspasada la grandiosa Puerta Real, llegar a la Plaza del Arenal".
   
    Nuestro visitante llegó a Jerez y por supuesto no encontró nada de lo que ponía esta guía, según le informaron no había sido engañado porque todo existió,
   
    Jerez pudo tener ese itinerario turístico, pero la desidia, la poca valoración del patrimonio o criterios urbanísticos poco sensibles con la historia y con el arte lo hicieron desaparecer. Ojalá nunca  nos encontremos un itinerario monumental que nos indique algo que ya no podemos ver, simplemente, porque quien tenía que cuidarlo y conservarlo  lo permitió. 
    (Artículo publicado en Jerez Información el 22 de agosto de 2009)




Bella estampa, hoy desgraciadamente alterada, de la entrada a Jerez por la zona sur



Antigua postal de la plaza del Arenal sin el monumento central y con la espadaña de San Agustín al fondo

Vista del Mercado de Abastos cuando llegaba hasta la plaza Esteve antes de ser mutilado.

         Camarín central del retablo mayor de la Parroquia San Pedro, destruido en la reconstrucción del templo


  Alameda de Cristina con el palacio de Salobral al fondo y antiguo colegio de la Salle a la izquierda de la foto


       Una imagen  irrepetible en la actualidad, el paso de palio de la Virgen del Desamparo frente a la portada del palacio  del marques de los Álamos  del Guadalete en la plaza de la Compañía,en su lugar se levanta hoy un moderno bloque de pisos


          Presbiterio de la catedral jerezana presidido por el añorado baldaquino desmontado tras el Concilio Vaticano II .

    




sábado, 25 de septiembre de 2010

EL PROFESOR FERNÁNDEZ LIRA

   

   Se había criado en la calle Gaitán, en el número 17 Duplicado, junto a mi madre que vivió en el otro 17 de la misma calle; cuando comenzó a plasmar en los lienzos sus primera obras mi padre se las enmarcaba; cuando yo ingresé en el colegio de La Salle de la Alameda Cristina ya estaba él allí, con su porte de lord inglés y su complicidad con los hermanos; cuando nos trasladamos al Buen Pastor en la calle Antona de Dios fue mi profesor de historia del Arte, mi profesor de dibujo artístico y lineal y mi profesor de pretecnología; cuando tras dejar La Salle, continué mis estudios en la Escuela de Artes Aplicada y Oficios Artísticos de nuevo continuó siendo mi profesor en la asignatura de decoración y cuando opté por la especialidad de arquitectura de interiores y arte publicitario él fue el que me graduó en artes decorativas.
   
     José Ramón Fernández Lira fue, por tanto, mi profesor de siempre, de niño en la entonces EGB, de joven en el BUP y en mi graduación en la Escuela de Artes, a parte de la condición de profesor y alumno, nos unió la mutua pasión por el arte, las cofradías y Jerez, nos hizo compartir muchos momentos de entrañable charla en la que seguí aprendiendo de su rica cultura y de sus magistrales sentencias. Hay que tener en cuenta que José Ramón siempre fue en nuestra ciudad el eterno asesor en cuestiones artísticas, que cuando en esta ciudad otros expertos eran casi inalcanzable José Ramón siempre estaba allí para cualquier consulta, para cualquier colaboración, para cualquier cosa que él, con su peculiar forma de ser, siempre intentaba aclarar, partiendo de la base, como él mismo decía, que el libro de gustos no está blanco, sino escrito tantas veces como gustos hay.
    
    Luis Cruz lo definió muy bien en la edición de la revista Jerez en Semana Santa dedicado a su persona "José Ramón que no es cofrade al uso, que no es artista corriente, que no es profesor normal, que no es fotógrafo de Semana Santa, pero que es cofrade, fotógrafo, profesor y artista, todo a la vez, y como decimos por esta tierra como la copa de un pino".. Y el genial Antonio Gallardo lo define en su prólogo de la "Semblanza de la imaginería jerezana" como el hombre de los instantes, de los conceptos, porque a José Ramón no se le leía en sus libros y artículos  se le escuchaba "Porque su grafía es el trampolín de su palabra, las lanza al aire sin más piel que sus propios sonidos,y , por eso, sus palabras, son tan niñas, tan sabias, tan sencillas, hirientes, a veces"..
     
    José Ramón vivió como era, libre, sin prisas pero sin pausas, con su acentuada personalidad, con su "liradas" como el mismo decía, dialogando de acera a acera, con pinceladas rápidas y el trazo seguro que le enseñara su maestro Muñoz Cebrián, siempre contando cosas y esperando que le cuenten otras, bohemio con sus tirantes, sus sandalias y su gorra de artista, con lápiz y goma o con cámara al hombro,o elegante y señorial por su condición de veterano profesor e ilustre académico.
    
    Ahí queda su inmenso legado, el de su fondo documental y el de cuantos alumnos recibimos sus enseñanzas, sus obras, su entrega al instituto lasaliano,cuyas "Memorias del Lira" quedan escritas para siempre en el libro de los 125 años de la Salle en Jerez, su labor en las cofradías y su amor apasionado por la ciudad que le vio nacer y de la que conocía hasta el más mínimo detalle, captado siempre por su inseparable cámara. Su muerte repentina ha dejado frío a cuantos le conocimos y gozamos de su amistad, ha dejado muchos encargos y trabajos por concluir, con su marcha nos ha dejado un auténtico "poblema" porque, como el decía, los problemas tienen solución pero los "poblemas" no. Se ha quitado de en medio. como cuando íbamos a Madrid a nuestra cita anual con Arco, para irse a su aire como le gustaba vivir, dejando un vacío en el mundo del arte y en el corazón de cuantos le apreciamos que ya no tiene solución,. Un auténtico "poblema" don José Ramón. 
    (Artículo publicado en Jerez Información el 24 de julio de 2010. El pasado jueves 23 de septiembre la Junta de Gobierno Local aprobó rotular una calle de Jerez con el nombre de José Ramón Fernández Lira)

Patio del Colegio La Salle de la Alameda Cristina, formaba parte del elegante edificio que fuera histórico Hospital de la Candelaria, lamentablemente desaparecido. En este recordado centro educativo comenzó el profesor Fernández Lira en el año 1958 su fructífera labor docente siempre en torno al mundo de las Artes. 

      

viernes, 24 de septiembre de 2010

EL CULTO A LAS FORMAS

     

    En Jerez cada 24 de septiembre es igual desde hace siglos, cambian en algo las formas pero en el fondo se sigue haciendo honor a esa memoria histórica mercedaria que se pierde en los anales de la ciudad. Ayer volvieron los olores a nardo, la blancura de los hábitos mercedarios, los sones de la banda municipal, las colgaduras por Merced, el fervorín de la recogida, los estandartes de las Cofradías - siempre las Cofradías en las manifestaciones de fe -, los trajes de gala para las señoras y los trajes oscuros para los caballeros y la Unión de Hermandades con la memoria histórica del buen gusto y la elegancia vistiendo lo que el diccionario define como el traje por etiqueta por excelencia, el de las grandes ceremonias, el chaqué; y tras este testimonio de recuperación histórica en lo que a la indumentaria se refiere, las autoridades religiosas y civiles, estos últimos sin chaqué.
   
    En una ciudad como Jerez, donde, desde siempre, se ha practicado el culto a las formas, es un contrasentido de la pérdida de los ritos más esquisitos. Es un contrasentido que las máximas autoridades locales no representen a la ciudad, en sus fiestas más importantes, con el máximo que exige el protocolo para la ceremonias. A nadie se le deban caer los anillos, ni el carnet del partido, por ponerse un chaqué cuando las exigencias de la ciudad, a la que dicen representar y de la que forma parte mayoritariamente las creencias religiosas de sus habitantes , se lo exige por tradición y por las propias características de la ciudad.
   
    No es el chaqué un símbolo elitista, sino de mero protocolo, se lo pone Zapatero para acudir al Palacio Real o para otras fiestas de carácter nacional, se lo puso  y se lo pone Felipe González y hasta hubo un Teniente de Alcalde granadino José Miguel Castillo, perteneciente al partido comunista, que propuso, recién iniciada la democracia en España, que todos los concejales del Ayuntamiento de Granada, otra ciudad que también se ha caracterizado siempre por el buen gusto, acudieran corporativamente vistiendo chaqué o incluso frac en las ceremonias más solemnes.
   
    Nuestro Ayuntamiento, atendiendo la propuesta del gremio del taxi, es probable que saque una ordenanza para que los taxistas jerezanos puedan lucir uniforme a partir del próximo verano, con el fin de mejorar su imagen al tratarse de un servicio público y para impedir que por el vacío legal que existe actualmente en este asunto este tema se les pueda ir de las manos, perjudicando la imagen del gremio al que representan. Prediquemos con el ejemplo,al igual que se piensa hacer con los taxistas, nuestro Ayuntamiento, también debe mantener el culto a las formas y una forma de testimoniar este respeto a los ritos ancestrales de la ciudad es utilizando también el chaqué, el uniforme de las grandes solemnidades  con el fin de mejorar su imagen y la de la ciudad a la que representan.   Es sorprendente que hace unos años viéramos a nuestros Alcalde de chaqué en la boda de una infanta y con traje de chaqueta para el Corpus o la Merced, cuando es infinitamente mayor lo que representa para los jerezanos, estas dos fiestas que una boda por muy de la realeza española que sea.
   
    Jerez y sus grandes fiestas se merecen que su Ayuntamiento acuda con la mayor solemnidad que establece el rito ceremonial, como así lo hicieron los anteriores regidores y así lo siguen haciendo en otras grandes ciudades, sean los consejales de la ideología que sean, pero cuando se actúa en nombre de alguien hay que dejar a un lado los gustos o las ideas personales para estar a la la altura que la categoría de la ciudad requiere.
   
     Decía Antonio Burgos que el pantalón de chaqué con manchas rojas de cera es el uniforme de gala de esa Real Maestranza al servicio de Su Divina Majestad que es la Madre y Maestra de los viejos ritos sacramentales de Sevilla, la Sacramental del Sagrario. Jerez, por su historia, por su nobleza y por su arraigado culto a las formas también debe recobrar, con sus ritos internos, sus viejos ritos externos que desde siempre le han situado como la Real Maestranza de la elegancia y el buen gusto.

(Artículo publicado en Jerez Información el 26 de septiembre de 2009)         

24 de septiembre de 1972. Ayuntamiento de Jerez de chaqué en la plaza del Arenal durante los actos centrales de la conmemoración del séptimo centenario del patronazgo popular de la Virgen de la Merced


jueves, 23 de septiembre de 2010

EL ARTE DE SER CAMARERO

        Acaban los meses fuertes del verano y, de nuevo, en nuestra ciudad sube el paro, los datos nos dicen que estamos en más de 21.000 parados, el peor dato de la historia, que Agosto deja otros 840 desocupados en la ciudad y que ya hay 3.513 más que hace un año. Una cifra dramática porque, además, el Gobierno de la nación no ha tenido más remedio que reconocer que el balance puede empeorar en los próximos meses. En definitiva unas cifras que, no solo en Jerez sino también a a nivel nacional, aportan los dato más negativos que se dan en España desde 1998. Más de dos millones y medio de parados en todo el territorio nacional.
   
    El sector servicios encabeza la lista de nuevos desempleados, le sigue la construcción, la industria y la agricultura. En Jerez la escalada del paro es imparable y , como ya viene siendo habitual, crece el paro en la construcción y en los servicios, que son quienes se han llevado la peor parte. Dentro del sector servicios, la hostelería es una de las ramas a las que más le afectan las temporadas altas por el índice de contrataciones pero ,con el contrapunto del reguero de nuevos parados en los meses que llegan tras el verano.
   
    La tradición hostelera en esta ciudad se remonta a tiempos antiguos, principalmente por la influencia del comercio de vinos. Años más tardes, concretamente a principio del pasado siglo XX las calles jerezanas se vieron concurridas de establecimientos de Cafés y Cervecerías, nombres como Fornos, el Café Universal, Café Cervantes, Café Central, Bar-Tolito, Café La Ina, Nuevo Bar, La Española, Tea-Room, Jerez Moderno o Bar Imperial en la calle Larga, entonces llamada Duque de Almodovar; o San Diego en Medina, Ideal Jerez o el Aperitivo en Santa María, El Bombo  en la Plaza del Arenal, La Campana en calle Gravina, La Mezquita en Algarve, la Candelaria en Bizcocheros o el Gallo frente a la Estación permanecen en la memoria de nuestros mayores y además dieron un elenco de profesionales camareros que aún hay quien los recuerda por su buen hacer y su exquisito trato con los clientes. Casi de esa época nos queda más reciente en la memoria, el restaurante El Colmado con toda su plantilla de excelentes empleados, La Moderna de la calle Arcos, la Antigua de Vega, la Alegría y el Bar Consistorio junto al Ayuntamiento. Una auténtica reliquia del pasado que debería estar catalogado como bien de interés cultural es la Parra Vieja, en San Miguel 9 , cuyo propietario en 1929 era Ceferino Marina Montes y que hoy sigue conservando ese regusto de antaño.
   
    La hostelería es un arte y eso lo saben muy bien los sufridores profesionales de este gremio tan sacrificado como poco valorado, lo saben aquellos camareros antiguos que consagraron su vida entre el mostrador y la mesa, entre las llamadas a base de palmadas y las servilletas en antebrazos, los de camisas blancas y pantalones a rallas, los de retahílas de tapas y los de los mostradores hasta altas horas de la noche aguantando al pesado de turno o dando compañía al que vive en soledad.
   
    Los Fernando Pacheco, Juanito el de las alcachofas, Manolito el de la Moderna, Juan el del Bar San Pedro, El Perla en su diminuto Bar Bizcocheros, Sambruno vendiendo caracoles, Primitivo del Colmado, Antonio del Gaitán o profesionales de la hostelería como Manolo Candela, Pazo o Padilla del bar Torito en la calle Medina, por solo mencionar algunos ejemplos de tantos como han hecho de la hostelería un arte. Porque para ser camarero de verdad hay que tener arte, nobleza  y mucha paciencia. Paciencia es lo que se necesita en el mundo laboral ante el alarmante desempleo o buscar buenos camareros para que, en entre copas y tapas, atiendan a los desesperados, por falta de trabajo, que buscan un poco de distracción en la barra de un bar, en esa segunda casa que desde siempre ha sido el bar cercano y el amigo camarero.
    (Artículo que publiqué el 6 de septiembre de 2008)



La calle Larga jerezana tuvo durante la primera mitad del pasado siglo XX numerosos bares, restaurantes y cafeterías. En la evocadora fotografía el popular Fornos enclavado en la esquina de la calle Larga con la plaza del Banco en un hermoso caserón decimonónico tristemente destruido para levantar el antiestético edificio que fuera antigua sede del Banco Vizcaya y hoy es un establecimiento textil.
    

  

miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL MERENDERO MALTRATADO

     

    Cuenta la historia reciente de esta noble y leal ciudad de Jerez de la Frontera,  que un día llegaron hasta aquí los bárbaros. Bárbaro es el nombre aplicado por los antiguos griegos a todos los extranjeros que no hablaran su lengua. Cuando los romanos asimilaron la cultura griega se apropiaron del término y lo emplearon a todos los no incluidos en la civilización greco- romana, es decir en la civilización de entonces. Posteriormente el término bárbaro, por la forma en que actuaron en sus batallas, se relacionó al de vándalo, otra tribu que durante años asoló las costas mediterráneas y que cometieron tantos excesos en sus encarnizadas luchas que han hecho su nombre sinónimo de salvaje.
     
     Pues bien, en esta ciudad de Jerez, antes de la llegada de los bárbaros, vándalos o salvajes, se construyó un merendero, cuya larga vida era apreciada por todos. Nació en 1903, en el primer cuarto del siglo XX, en un lugar idílico cercano al parque González Hontoria, a los pocos años pasa a formar parte de una noble familia de toneleros que lo adoptó y lo mimó como parte importante del núcleo familiar. Allí en "Villa Mercedes" nombre de la finca en la que pasó sus primeros años, disfrutó jugando con los niños de la casa, se vistió de gala para los días de feria, ayudó a ver partidos de fútbol, participó en comidas familiares, dio cobijo a invitados en grata tertulia, compartió riñas del abuelo José y se convirtió casi en un icono imprescindible de aquella finca que, para los niños era casi de cuento. El tiempo pasó, el merendero, se fue haciendo mayor y se mudó de casa, en su nueva vivienda, cercana a la Cartuja, se asomaba, día tras días, sobre las alta vagetación para saludar a los caminantes que salían o volvían a Jerez por el camino de Medina. Su cuerpo, aunque de arquitectura de hierro en todo su esplendor se fue debilitando y ante su presumible muerte, se le sometió a un largo tratamiento de donde salió completamente rejuvenecido, y, a partir de entonces, con la tutoría del Ayuntamiento, se colocó en la Alameda Vieja para atender a cuantos jerezanos y visitantes quisieran contemplar su singular silueta y asomarse a una de las mejores vistas de la ciudad.  Pero como todo relato no tiene siempre un final feliz, resulta que una noche llegaron los bárbaros, vándalos y salvajes y lo apedrearon hasta quedar malherido,  se denunció este maltrato, pero como siempre los maltratadores quedaron impunes y el merendero sin la debida protección, hasta que la otra noche de nuevo los bárbaros, vándalos o salvajes, terroristas de la violencia contra el patrimonio,  le metieron fuego con el único objetivo de satisfacer instintos destructivos.
   
    Ahora, antes de que se llegue a la destrucción total, las autoridades tienen la obligación de actuar con contundencia, para garantizar lo que a todos nos pertenece y para que hechos tan lamentables, en una sociedad civilizada como esta, no se vuelvan a repetir.
   
    Las actitudes  de bárbaros, vándalos y salvajes no caben en una cultura de respeto y civilizada. Quizás haya que empezar  la "educación para la ciudadanía" enseñando lo que es civismo, lo que significa ser civilizado y dejar otras cuestiones para quienes corresponda, quizás haya que empezar por inculcar la importancia de respetar lo que es de todos, quizás se tenga que enseñar la cultura de lo que nos rodea y, como decía un comentario que leí estos días, que, en Jerez, la calle de "Zara-tara" se llama Honda y la plaza de las palomas se denomina Angustias.
   
    El merendero que hace solo unos meses se instaló en la Alameda Vieja, con un presupuesto de 100.000 € y una restauración de tres meses a cargo de los dineros de todos, no es para recibir pedradas y meterle fuego sino para que Jerez lo disfrute porque es patrimonio de la ciudad. El Ayuntamiento tiene el reto de poner todas las medidas posibles para que estos actos tan lamentables no se vuelvan a repetir, el abuelo José conservó el merendero gracias a aquellas riñas, más o menos duras, a unos niños herederos de un tiempo, en ocasiones, mejor que el de hoy, ahora toca a las autoridades velar  para que el precioso merendero no sea nunca más maltratado.  
   (Artículo publicado en Jerez Información el 12 de septiembre de 2009. Un año después el merendero de la Alameda Vieja sigue sin ser reparado mostrando aún los daños ocasionados por los vándalos)  

Antiguo emplazamiento del merendero en el parque González Hontoria

  

martes, 21 de septiembre de 2010

LA RECUPERACION DEL PATRIMONIO LOCAL

    


     Los últimos días nos han traído buenas noticias en lo referente al patrimonio artístico y monumental de Jerez. Por un lado el interés que vuelve a mostrar la familia Rivero por el palacio Riquelme y su trasformación en una futura pinacoteca donde exponer parte de su importante colección de pintura. Un espacio que, junto con la bodega del Rincón Malillo y otros edificios colindantes, muy bien podría convertirse con el tiempo en el gran museo de Bellas Artes de la ciudad, teniendo en cuenta que en esta zona de la ciudad se encuentran enclavadas bodegas tan interesantes para la función museística como la de la calle Cristal o incluso las antiguas bodegas de Lustau con el atractivo de sus murallas.

    En la misma plaza del Mercado nos encontramos con el Museo Arqueológico, que según parece pronto se procederá a su reapertura, la sala Julián Cuadra para exposiciones temporales, otros cascos de bodegas que se encuentran sin uso e incluso una finca con portada dieciochesca haciendo esquina con la calle Cabeza que lleva años reclamando una solución por su alarmante estado de ruina y  que también podría, una vez reconstruida, dar vida y belleza a esta histórica plaza del Mercado.
   
    Por otro lado también parece que los magníficos claustros de Santo Domingo pueden volver a la vida a finales de 2011, tras un largo periodo de rehabilitación. Sin duda una grata noticia ya que este conjunto monumental es un lujo para la ciudad en el centro de Jerez, que acumula ya demasiado tiempo cerrado, tiempo durante el cual, y gracias a distintas subvenciones, se ha ido acometiendo una serie de restauraciones e intervenciones que están posibilitando su total recuperación.
   
    A todo ello hay que sumar la iniciativa "Mira Jerez", ruta turística que pronto se pondrá en funcionamiento como una oferta más de cara a quienes nos visiten.
   
    Pero sin duda donde se ha dado un paso de gigante en esto de la rehabilitación y de la puesta en funcionamiento, de cara al turismo y a los propios ciudadanos, ha sido la intervención en nuestro histórico Alcázar. Aún recuerdo en una de aquellas rutas programadas por el Ayuntamiento y guiadas por Manuel Antonio García Paz, entonces director de la Biblioteca Municipal, cuando, entre los lugares que visitamos, estaba un ruinoso Alcázar, donde solo el estado de conservación de la mezquita era apreciable, lo demás, el palacio de Villavicencio, los baños árabes, las puertas de acceso, los torreones, todo en estado de completo abandono: con enorme dificultad pudimos acceder a los baños y aún más complicado fue andar por aquel terreno, hoy convertido en bellos y bucólicos jardines, donde campaban a sus anchas todo tipo de hierbas y otros moradores.
   
    La intervención que se ha realizado en el Alcázar jerezano en estos últimos años ha sido espectacular, ha pasado de ser un lugar condenado al olvido a convertirse en uno de los grandes reclamos de la ciudad. A la restauración de la antigua mezquita, se le sumó la del palacio de Villavicencio con sus señoriales salones y su cámara oscura, la recuperación de la sala del molino, los amplios patios con sus jardines y fuentes, a todo ello se le suma ahora la rehabilitación de todo el espacio trasero a los baños con sus yacimientos arqueológicos, su aljibe, el pabellón real, la singular noria, el huerto, la torre octogonal y la torre de la puerta del campo. Un atractivo más para un recinto con ocho siglos de historia que es sin duda un autentico tesoro monumental. La Alcaldesa ha prometido que pronto se anunciará unas jornadas de puertas abiertas, probablemente coincidiendo con las fiestas de la Vendimia, para que todos podamos disfrutar de esta joya que el tiempo nos ha legado y nuestros mandatarios han sabido mantener y potenciar. Que no quede solo este logro en el Alcázar, sino que pronto veamos tanto el Palacio de Riquelme, como los Claustro de Santo Domingo, como tantos monumentos que necesitan de una urgente intervención, felizmente restaurados. Y todo ello sin olvidar que lo importante no es llegar sino mantenerse
   
    (Artículo publicado en Jerez Información el 7 de agosto de 2010) 
Momento de la inauguración de las últimas obras realizadas en el Alcázar jerezano


Fotografía de otros tiempos donde se puede ver la estructura que existió dentro del alcázar y que afortunadamente fue demolida por su impropia ubicación

lunes, 20 de septiembre de 2010

IR AL PUERTO

    

     Para muchos jerezanos ir al Puerto de Santa María en verano es una auténtica tentación, a pesar de la masificación de los fines de semana y de los problemas de tráfico. El Puerto es un poco la representación de las playas que perdimos, de aquellos paseos por calle Larga y Alameda Vieja del Jerez de hace más de cuarenta años, de esos ambientes veraniegos que se fueron con el paso de los tiempos y que solo queda en el recuerdo de las fotos de Iglesias o de Fiallo.
   
    Ir al Puerto sigue siendo una tentación en Jerez. Por el día la costa y por la tarde los bares, por la mañana Valdelagrana, Vistahermosa, el Ancla... por la tarde-noche la ribera del marisco con todas sus exquisiteces y el parque Calderón con sus carruseles de siempre y su olor al Guadalete, el mismo río que se acerca a Jerez para unirse al caminar jerezano hacia el Puerto de Santa María. La historia ha pasado sobre el Puerto como el tiempo sobre los vinos: dándole cuerpo y transparencia, color y aroma.
    
    Las vacaciones en el Puerto es todo un clásico del veraneo jerezano, desde que se alquilaban habitaciones en pleno casco antiguo para poder pasar el día en la playa de La Puntilla hasta las modernas urbanizaciones de hoy ocupadas en gran parte por gente cercana. Ahora ir al Puerto cuesta menos tiempo que recorrer Jerez de punta a punta, conviene más bañarse en las tranquilas aguas de Valdelagrana que en cualquier piscina pública de la ciudad, porque es más saludable y más rápido de llegar. Por mucho tráfico y falta de infraestructura urbana que tengamos que soportar conviene más acercarse al Puerto en sus noches de verano que quedarse en este Jerez estival, desolado, carente de ambiente y de las atractivas ofertas que ofrece la costa.
   
    Hoy si se puede decir, con fundamento, que el Puerto está a dos pasos porque se ha ido retranqueando cada vez más hacia Jerez. Hace unos años hasta que no se pasaban las vías del tren que llegaba hasta Sanlucar y el cuartel de la Guardia Civil. con sus toros de Osborne haciendo frente, no se podía decir que estábamos en el Puerto. Con la incorporación de la antigua carretera nacional como vía urbana desde la cuesta del toro y el parque acuático se ha acortado tanto la distancia que apenas quedan kilómetros que separan las dos ciudades unidas por el río y por sus vinos. Ir al Puerto desde Jerez es un paseo agradable que nada tiene que ver con aquella entrada insoportable de hace escasas fechas cuando las colas de coches eran temibles y complicados los accesos a la ciudad de los cien palacios, como la llamó el poeta arcense José de las Cuevas.
   
    Llegar al Puerto merece la pena. Definida por el escritor portuense Martinez Alfonso, como la ciudad que se engalana con la geometría blanca de las fachadas. Calles rectas, cruzadas en perpendicular, con la estructura de una población colonial: Cruces, Cielos, Nevería, Palacios, Misericordia, San Bartolomé, Pozuelo.... donde se abren en las casas los huecos de cierros y balcones, policromados con la gala de los geranios y gitanillas. Calles, plazas y jardines.....Geometría urbana del Puerto, testigos mudos de años y siglos de un continuado vivir. Calles con alma, porque en ellas vive, con el portuense de hoy,el espíritu de su pasado. Y aún más el afán de su porvenir.
   
    Ir al Puerto es mucho más que un cúmulo de sensaciones que alegran la vida, es empaparse de un verano antiguo, castizo, con sabor a terraza de bar y a patio, a bullicio de mercado- a "Plaza" por antonomasia- y a visita obligada a la Prioral, sobre todo cuando septiembre empieza a despuntar.
   
    Ir al Puerto en verano es una tentación tan antigua que cuenta el viejo Homero en su epopeya que uno de los guerreros de la guerra de Troya fue el caudillo ateniense Menesteo y que una vez conquistada la ciudad, en vez de regresar a su patria, anduvo por el Mediterráneo hasta encontrar; pasado el estrecho de Gibraltar, una abrigada bahía en la que penetró con sus naves, para desembarcar junto a la desembocadura de un río y fundar allí una ciudad a la que puso su nombre: Puerto de Menesteo. Esa ciudad se llamaría con el tiempo El Puerto de Santa María. Ir al Puerto en estos tiempos es más fácil que en los de Homero, por eso se llena cada verano de visitantes, por eso La Lola se fue a los puertos y dejó a La Isla sola y por eso podríamos cantarle a nuestra manera, a esta ciudad que cautiva, "mejor quisiera estar muerto que verme "pa toa la vía" sin poder ir al Puerto, Puerto de Santa María"      

   (Artículo publicado en Jerez Información el 1 de agosto de 2009)

 Entrada al Puerto de Santa María por Pozos Dulces correspondiente al año 1977. Como se puede apreciar, comparando la  instantánea con la que encabeza este artículo, la modernización de la zona es evidente. 

domingo, 19 de septiembre de 2010

LOS PREMIOS CIUDAD DE JEREZ

   

    En esta tierra nuestra tan dada a los homenajes póstumos y a las necrológicas es aplaudible el hecho de que se den premios de reconocimientos en vida a quienes por su labor en pro de la ciudad se lo merecen. Por ello siempre son bienvenidos estos premios Ciudad de Jerez que se otorgan con motivo de la festividad de San Dionisio y que viene a homenajear, cuando aún están presentes, a instituciones o particulares de especial relevancia en la vida local.
   
    Los premios, anunciados esta semana, han recaído en el presente año, en la firma González Byass, todo un símbolo de la ciudad, que cumple sus 175 años de historia ligados a la propia historia de Jerez,. El colegio Jesús-María de la Asunción que en sus cincuenta años de vida es todo un ejemplo de integración de alumnos con necesidades educativas especiales, colegio que fue levantado por las religiosas de Jesús María y que hasta el año 1968, en el que se fijó allí una nueva comunidad, era asistido por las religiosas del colegio de El Cuco. La Asociación Santo Ángel de la Policía Nacional tan entregada a las cosas de nuestra tierra y a los necesitados, una asociación que presidida por el incansable Antonio Padillo ha demostrado la implicación de un cuerpo en la sociedad rompiendo barreras y estereótipos anteriores, haciendo ver a todos que el cuerpo nacional de policía está abierto a una sociedad a la que sirven con verdadero empeño.. El colectivo Sol Rural de mujeres emprendedoras y Bionaturis han sido otros de los galardonados, así como el embajador de Jerez y rey de las alcachofas Faustino Rodríguez todo un referente del buen tapear jerezano en el mundo, la nadadora Concepción Badillo, la actriz y modelo Ana Alvarez, el diseñador Antonio Lobato, la Asociación musical Acordes de Jerez y el Grupo de Mujeres de la Peña Tío José de Paula.
   
    Hablar de este último galardón es tocar lo puro, la esencia, lo que no está adulterado. Las mujeres de la Peña Tío José de Paula es Jerez castizo, venerable, el del compás, el del duende, el que brota por la estirpe, por el arte flamenco y gitano, un Jerez no cotrahecho, no para lo que vende sino para lo que se siente, Jerez del ayer perdido entre peroles y lebrillos, Jerez de alambres que se levantan con cañas para tender las ropas en el corral de vecinos, de pilas y anafes, de picón y aguardiente, de geranios en latas de aceite y paños de croché sobre la mesa, de talegas de pan y cobertores, un Jerez clásico que aún vemos presente en este grupo de artistas. Jerez puro pero con arte, un Jerez que se nos pierde entre delantares de lunares y roetes bien puestos, que se nos va quedando atrás casi sin darnos cuenta
   
    Las mujeres de la Peña Tío José de Paula, son un espectáculo de gloria jerezana por si solas, en cada gesto , en cada movimiento, tocando las palmas o cantando coplas de Nochebuena. En cada actuación surge el mágico momento de su arte, de su matriarcado gitano, cuando se levantan y cuando se sientan, cuando dejan sola a la silla para meterse en su propio escenario de embrujo, cuando el baile toma forma y, despacito, despacito, como la verónica de Paula, comienza esas manos arrugadas a moverse y esos pies, cansados por los años, a tomar posesión del escenario,  en ese preciado instante es cuando Jerez proclama a los cuatro vientos: " Aquí estoy yo y el que quiera conocer el sentido de lo autentico que venga y lo vea, que no hay arte más de verdad que el de estas jerezanas por la gracia de Dios y de la tierra que las vio nacer". Mujeres de la Peña Tío José de Paula, donde se acumula jerezanía a raudales, el tronío de un flamenco que se resiste a perderse en modernidades, que sabe lo que quiere y lo que es, porque lo llevan en la sangre y en la fuerza de su raza, sabedoras de que la veteranía es un grado y si, además esa graduación tiene la sabiduría, el arte y el compás que ellas ofrecen,con una gracia inigualable pues que le den todos los premios del mundo porque todos serán pocos..
(Artículo publicado en Jerez Información ayer sábado 18 de septiembre de 2010)   

Mujeres de la peña Tío José de Paula

sábado, 18 de septiembre de 2010

TURISMO RELIGIOSO


    La diócesis de Jerez ha alcanzado un acuerdo con distintas instituciones y organismos con el fin de abrir a las visitas turísticas ocho templos de la ciudad. Jerez tenía desde hace tiempo esa asignatura pendiente, resultaba completamente inconcebible que los grandes atractivos que atesoran nuestros templos estuviesen tantas horas ocultos a los ojos del visitante, era una auténtica demanda social el poder mostrar esos valiosos museos que permanecen desde hace siglos en nuestras iglesias y capillas.
   
    El coste económico, el respeto al culto y las infraestructura que esto supone tanto de seguridad, de personal como de otros factores han dificultado durante mucho tiempo poder llegar a posibilitar unas horas diarias de visitas. El interés del Obispo Juan del Río por esta cuestión lo ha hecho posible y ya se ha anunciado que tanto la Catedral como los templos de San Dionisio, San Miguel, Santiago, San Juan de los Caballeros, San Marcos, San Lucas y San Mateo podrán ser abiertos diariamente para las visitas turísticas siguiendo una guía-modelo. Un auténtico logro de nuestro Arzobispo Castrense y Administrador Apostólico que queda como una prueba mas de su eficaz labor pastoral al frente de nuestra diócesis. Ya los que nos visiten no tendrán que esperar a las horas de misas para contemplar las maravillas que encierra, tanto histórica como artísticamente estas iglesias jerezanas.
   
    Tal como se pretende estas visitas no solo debe tener una función de contemplación artística o histórica sino también catequética para entender mejor el significado de cuanto se contempla, no hay que olvidar que todo lo que se encuentra en el interior de los templos tienen una función religiosa que prima por encima de todo lo demás. Es aconsejable que estas visitas sean gratuitas sobre todo en lo referente al recinto sagrado, lugar de oración y recogimiento, pero eso no es óbice para que se puedan habilitar otros lugares, como existen en tantas iglesias y catedrales del mundo, para un fin museistico, en donde si sería recomendable una entrada que ayudara a mantener en las debidas condiciones todas las piezas que allí se expongan. Organismo hay para colaborar a que la oferta del turismo religioso no quede solo en una vuelta por el interior del templo contemplando la belleza de retablos e imagineria, sino también, posibilitar la adecuación de dependencias anexas donde mostrar la riqueza de ornamentos sagrados, bordados, platería, libros corales, enseres procesionales, etc.
   
    Jerez posee un inmenso tesoro en este aspecto, solo hay que consultar algunas guias turísticas y libros sobre la historia local para darse cuenta de la cantidad de piezas de museos que se esconde entre las dependencias parroquiales y los armarios de sacristía. Por eso ahora que esta feliz iniciativa ha comenzado a andar debemos poner nuestro objetivo mas lejos y conseguir, con el compromiso y la colaboración de las instituciones y organismos correspondiente que cada templo cuente en su ruta visitable con su museo donde se exponga todo ese patrimonio de siglos acumulado por la fe y para el culto, que en definitiva es patrimonio cultural de todos. Unas rutas que, con las medidas adecuadas podría incluir otros museos como los que se atesoran en las Casas de Hermandad, en los conventos y en los monasterios. El turismo religioso de Jerez puede ser impresionante si se aunan intereses, si somos capaces de anteponer el bien común a cuestiones de índole particular. La iniciativa del Obispado de Jerez es todo un ejemplo, ahora solo hace falta el apoyo general tanto desde dentro de la iglesia como desde quienes tienen las posibilidades económicas para substentarlo con garantía de futuro. Solo hay que ver que lo que en muchos lugares son catedrales en Jerez son parroquias, lo que en algunos pueblos y ciudades llaman museo aquí es vitrina de Sacristía o de Casa de Hermandad, lo que en otros sitio hay que hacer cola para contemplar, aquí se enciende gratis en cada misa. Ya lo dijo el eminente profesor Hernández Díaz: "Jerez, emporio del arte", haber si somos capaz de mostrarlo y de demostrarlo. 

    (Artículo publicado en Jerez Información el 28 de febrero de 2009 y que ahora cobra protagonismo tras la firma esta semana del convenio de colaboración entre Ayuntamiento y Obispado para poner definitivamente en marcha esta ruta turística)
    

La Catedral  y el templo de San Miguel fueron los primeros en sumarse a esta ruta turística por los templo jerezanos



Las iglesias de Jerez son parte importante del pasado, del presente y del futuro de la ciudad


viernes, 17 de septiembre de 2010

MADE IN CHINA

   

    Me crié en el jerezano y castizo barrio de San Pedro, allí todas las mañanas mi madre salia a "hacer los mandaos", compraba los productos llamados entonces de ultramarinos en el almacén de Manolo, que hacía esquina entre la calle Bizcocheros y Valientes,. La tienda llena de sabor a otros tiempos era un alarde de tradición, con su mostrador de madera, su viejo peso color blanco,  su gran reloj sobre la puerta parado desde tiempo inmemorial, sus vencidas y repintadas estanterías donde se acumulaban los productos de siempre, sus casilleros para las legumbres, el azafrán y otras especies con su pequeña pala; sobre el mostrador una bola de cristal de donde salían bolitas de caramelo y otro recipiente con caramelitos de miel, regalo seguro del tendero Manolo a los niños del barrio. Presidiendo la estancia un gran letrero con la inscripción "Viuda de Fernando de Juan" propietaria que fuera del establecimiento de la que Manolo, el tendero de blanco pelo y lápiz en la oreja, era familia.
   
   Allí se compraban las cosas "de almacén", enfrente en el refino las de coser, en la pescadería de Pepe Fuentes, en la esquina con Morenos, los productos del mar, en la otra esquina la carnicería de Pepito con su permanente olor a exquisitos chicharrones; en el Istmo, frente a la misma calle, la fruta, al lado en la tienda de Ferrera se encuadernaban  los tebeos del Capitán Trueno y El Jabato; los mismos que comprábamos en la tienda de Carmen; un poco más adelante, en la recoba de Paquita, los huevos y los pollos, los zapatos para los niños en Bambino frente a Antona de Dios, donde el Perla tenía su bar, la sastrería la llevaba Enrique Otero, el bazar se llamaba Bizcocheros, los otros almacenes de fama eran los de Domingo Andrades y Paulino, los dulces en La Holandesa, y además la farmacia, el estanco, el tapicero, el zapatero remendón, el barbero, etc,etc,etc,. Cada uno tenía su pequeña tienda, cada uno con su trato directo donde lo más importante no era vender, sino vivir el comercio como un lugar de encuentro entre los vecinos, hablar de las cosas que pasaban, de los hijos, de lo que se pensaba poner de comer aquel día o de por quien redoblaban las campanas aquel día en San Pedro.
   
   Todo esto se acabó, llegaron las grandes superficies comerciales para comprar comida y llegó el bazar oriental para el resto, los famosos chinos. Se comenzó con las tiendas de veinte duros, donde  había de todo un poco, seguimos con los bazares de aquellos que venían de África buscando un sustento de vida y hemos llegado al Made in China, macro comercios con infinitas estanterías con precios realmente más baratos y productos de todo tipo, un solo local con mercancías hasta en el techo, con suelos que delatan que antes aquello tuvo distintas dependencias, con los mismos productos aquí que en Pekín.
   
   Cambiamos hace tiempo el "arropuchero", la "piriñaca" y "las poleá" por rollitos primavera, arroz a las tres delicias y salsas agridulces. Cuando en nuestro país los más parecido a un oriental era Juanito Valderrama, encontramos dependientes orientales por todos lados, cuando en Jerez los únicos chinos tradicionales eran los de la Plaza Arenal con los dibujos que diseñara González Ragel, ahora todo se compra en este tipo de negocio porque el que busca siempre encuentra lo que quiere y además más económico. Cuando  aquello de Made in Japan nos sonaba a chino, ahora todo viene más allá de las famosas murallas, hasta en la ropa se ha impuesto los kimonos y las cómodas chanclas, todo ahora procede de los chinos, occidente es cada vez más oriente y oriente dicen que cada vez se occidenta más.
   
   Por eso entre tanta globalización, no hay nada  como el recuerdo que todos guardamos como un tesoro, de aquellos comercios tradicionales de barrio cuando cogidos de la mano de nuestra madre,  esperábamos llegar a uno de esos tradicionales almacenes donde uno de tantos Manolos, con su bata color "cacaniñochico"y su lápiz en la oreja,  nos regalaba, junto con una sonrisa, un caramelito de miel.

(Artículo publicado en Jerez Información el 14 de agosto de 2010)






 El rincón de mis recuerdos con el viejo almacén de Manolo en el que duermen tantas vivencias de vecinos tras unas puertas hoy tapiadas de ladrillos