martes, 1 de febrero de 2011

EL COMERCIO JEREZANO


Hace ya unos años, en mi primer viaje u Madrid me llamó la atención que en la céntrica Puerta del Sol, figurase aún, formando parte de la fisonomía de tan emblemático lugar, el luminoso de nuestro querido Tío Pepe, plantado en el centro de Ia capital del reino, orgulloso de su jerezanía; y otro detalle, como menos curioso; era el ver, en la misma plaza, casi enfilando la calle de Alcalá, un comercio, con categoría y cierta antigüedad, dedicado exclusivamente a la venta de paraguas y bastones; de inmediato pensé lo poco que duraría un negocio de ese tipo en Jerez, porque entre la escasez de lluvia que tenemos por estos lares y la alergia que le tiene el personal a usar bastones para que no lo tilden de viejo, duraría menos el negocio que el reinado del monarca español Luis I, hijo de Felipe V que los madrileño lo bautizaron como el Rey Silueta por su reinado relámpago de solo seis meses.
La especialización del comercio jerezano ha sido una constante en su historia, hojeando las guías antiguas se ven reflejadas profesiones comerciales tan curiosas como Abaceros, Abaniqueros, Afinadores de pianos, Albarderos, Alpargateros, Asentadores de pescados, Broncistas, Composturas de abanicos y paraguas, Cordelerías, Cosarios, Cuberos, Chamarileros, Hojalaterías, Ropavejeros, Tablajeros, Talabarteros, etc..
El comercio especializado no es algo nuevo, quizás los comerciantes antiguos eran más sabios en sus planteamientos y sabían que, al final, el cliente busca aI especiaJista, por muchas tiendas de todo a cien, por muchas grandes superficies donde encontrar de todo, por mucho que quieran hacer de Jerez Zara de la Frontera, al final lo que da categoría a la ciudad, y concretamente a su centro son esos comercios especializados, esos comercios que en las grandes ciudades han sido referente para los ciudadanos, marcando historia en generaciones de clientes.
Da gusto pasear por ciudades como Madrid o Granada y pararse en esos escaparates que aún conservan su sabor de antaño, entrar en esos locales que mantienen un olor característico a material de calidad, con vitrina y estanterías de nobles maderas donde se combina el bronce con la ebanistería, donde dependientes mayores, con experiencia, con conocimiento y con tablas para atender aI público son los auténticos artífices de años de atenciones, manteniendo una clientela que pasan de padres a hijos, son negocios de siempre que, desafortunadamente, se van perdiendo para dar paso a lo estándar, mucho material del montón, muchas estanterías de aluminio, mucha niña mona y mucha gente entrando y saliendo sin que nadie le pregunte nada.
Jerez tubo negocios con empaque, hoy desaparecidos, Galerías Eureka, Armando, Tomás García, La Esperanza, Casa Enríguez, Jerez Textil, Saldaña, Ragel, Sabino, La PU, El Colmado, Álvarez y Fernández, Cuatro caminos y tantos otros que formaron parte de una historia de oro en el comercio jerezano. Antonio Rodríguez Álvarez, recientemente fallecido, fue un claro ejemplo, de elevar el comercio jerezano a niveles de especialización y de calidad.
Se ponen de ejemplo en los libros sobre técnicas de ventas el caso de un pequeño comerciante que por su agradable trato con el público mantenía una excelente clientela y gracias a ello vivía muy desahogadamente. Su establecimiento estaba ubicado en el centro de la fachada de una pequeña manzana. Un vecino adinerado, envidioso del éxito de tan pequeño comercio, compró el resto de los locales de la manzana e instaló dos grandes escaparates a cada lado del pequeño comercio, vendiendo los mismos géneros que este. Al cabo de los años el pequeño comercio seguía en pie y a la pregunta de cómo había conseguido mantenerse ante tan gran superficie, el pequeño comerciante contestó: "cambiando una sola cosa de mi negocio, el rótulo de la puerta, ahora se llama Entrada el resto ya es cuestión mía". Imaginación al poder.

(Artículo publicado en Información Jerez el 29 de octubre de 2005. Con el mes de febrero se inician las llamadas segundas rebajas, un nuevo incentivo para las ventas)
 
Bella postal de otros tiempos donde vemos, en primer término, los locales que durante años fue ocupado por la zapatería la P.U.



Fotografía antigua de los prestigiosos Almacenes Tomas García en la calle Lancería


En esta instantánea del ayer al paso de palio de la Virgen de la Encarnación se refleja en los escaparates de la Sastrería Saldaña

Sabino Hoces fue una de las figuras más destacadas en la historia del comercio jerezano.



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