lunes, 21 de marzo de 2011

DESCENDIMIENTO


DEDICADO A LOS COFRADES DE LA HERMANDAD DE LA SOLEDAD

              Jerez tiene en la Victoria una talla que es una auténtica obra de arte, obra del genio contemporáneo Luis Ortega Bru, un escultor sanroqueño que podemos considerar como la persona que intentó revolucionar la imaginería sevillana aportándole unas dosis mayores de dramatismo y de sentido desgarrado que era como él entendía que debían ser las representaciones religiosas.
Nace Ortega Bru en 1916.Tras aprender los oficios del barro con su padre que era alfarero, y pasar por la escuela de Artes y Oficios de la Línea de la Concepción, se establece en Sevilla donde comienza su fama como artista. En 1955 se traslada a Madrid donde abre taller, después de trabajar para la afamada firma Casa Granda. La etapa madrileña abarca desde 1955 a 1974 y es en este periodo donde crea el majestuoso misterio del Descendimiento de Jerez
La imagen del Señor del Descendimiento es toda de talla y de tamaño natural bien cumplido.El recordado profeso Fernández Lira hace la siguiente descripción en su estudio sobre la Semana Santa de Jerez y sus Cofradías. “El Señor del Descendimiento se puede admirar como escultura: fuerza del dibujo, atrevimiento de la composición, seguridad con la gubia..., y también contemplar como imagen: emotividad del conjunto, expresión del rostro, realismo de las llagas... Ortega Bru tenía unos conocimientos amplísimos de su profesión y una capacidad enorme para dar soluciones nuevas a problemas que parecían ya resueltos. La policromía es transparente, suave y da la sensación de estar realizada con suma facilidad.
Sabemos que esta imagen forma parte de un grupo; las cabezas de este misterio son de las más expresivas de cuantas hizo Luis Ortega Bru, quizás porque el momento representado le dio libertad para expresar el abatimiento, la tristeza, el dolor... Cuánto hemos admirado en la obra de Gregorio Hernández está presente en estos rostros; con la diferencia que Luis fue contemporáneo de Picasso y éste enseñó que sabiendo dibujar lo más expresivo de sus rostros es la asimetría”
El pasado lunes un percance cuando se ultimaba el montaje del altar de cultos que su Hermandad de la Soledad le rinde desde hace más de medio siglo, provocó que la portentosa imagen del Descendimiento del Señor, tuviera que ser retirado al taller de restauración para subsanar los daños ocasionados por aquel motivo.
Un descendimiento brusco e inesperado, con el evidente peligro que ello supone, que viene a recordar, en el sentido humano, la importante y a veces hasta arriesgada labor que realizan tantos jerezanos, miembros de nuestras Cofradías, para que cada año se haga la realidad ese milagro de la primavera que es nuestra Semana Santa, el trabajo impagable que regalan los cofrades a Jerez para mostrar esa maravilla de arte y religiosidad que se hace realidad cuando se acerca una nueva Semana Mayor, esa labor oculta que, en las noches de Cuaresma, se realiza de puertas para adentro y que si hubiese que compensar económicamente supondría para la ciudad un costo inalcanzable.
En el sentido patrimonial la gran responsabilidad que tienen las propias Hermandades no solo de mantener el valioso patrimonio histórico-artístico que ha heredado y que, en la mayoría de los casos, sin la ayuda de tantos como se quieren aprovechar de ello, tienen que ser los propios cofrades los que busquen los fondos para mantener o restaurar, como en este caso, una joya artística que, por su importancia, traspasa los límites de la propia corporación y pasa a ser de la Iglesia católica y de toda la ciudad.
Por último desde la perspectiva de la fe, el Descendimiento de Cristo a tierra, casi sin avisar, es un mensaje para todos los que creemos en El y sabemos de su mensaje.
La gran obra de Ortega Bru, el Descendimiento de Cristo volverá a procesionar por las calles de Jerez el próximo Viernes Santo, entre la admiración de muchos y la fe de sus cofrades, con el recuerdo de haberlo visto más descendido que nunca, como aquel Cristo roto del Padre Cue que tanto marcó la fe y la religiosidad del mundo, más roto que nunca no por las causas de un percance inesperado sino de tantas cosas como hoy siguen rompiendo la justicia y haciendo descender los grandes valores de la humanidad
(Artículo públicado en Información Jerezel pasado sábado 19 de marzo de 2011)

Ortega Bru ante el misterio del Descendimiento expuesto en Madrid antes de su llegada a Jerez.
Imagen tomada del libro Semana Santa en Jerez




 

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