viernes, 11 de marzo de 2011

VERA-CRUZ Y EL ARTE JEREZANO I


DEDICADO A LOS COFRADES DE LA VERA-CRUZ CUYA IMAGEN TITULAR PRESIDIRÁ EL PRÓXIMO LUNES EL VÍA-CRUCIS DE LAS HERMANDADES
Cada 14 de septiembre, la Iglesia celebra la festividad de la Exaltación de la cruz, de todas las corporaciones religiosas de nuestra ciudad Hermandad de la Vera Cruz, por tener a la cruz por titular, ha sido a través de la historia local un claro exponente de veneración al Santo Madero y a su vez una Cofradía que ha aportado mucho al arte jerezano y a la conservación del patrimonio.
La Hermandad de la Vera Cruz posee una riquísima historia llena de apogeos y decadencias, de defensa de privilegios y derechos, de expolios e importantes contribuciones a nuestro patrimonio monumental.
Se sabe y así lo afirma el insigne historiador el padre José Luis Repetto, en su libro sobre esta antigua corporación, que en el siglo XVI ya poseían los hermanos unas casas en la calle Medina para, una vez derribadas, poder construir en el solar iglesia o capilla. En parte de dicho solar, hoy ocupado por el teatro Villamarta y edificaciones anexas, la Hermandad construye, entre 1551 y 1559, una iglesia, pequeña pero dotada de todos los ornamentos y enseres necesarios para la celebración de la Santa Misa. El resto de los terrenos, propiedad de la Cofradía, se le cede a la Orden Tercera de San Francisco para que levantase convento y de esta forma contar también con capellanes perpetuos.
Pero esta iglesia resultaría pequeña para los terciarios franciscanos y en 1619 se acuerda con los cofrades la sesión de dicho templo a los religiosos, para su ampliación, a cambio de la construcción de una capilla propia para la cofradía adosada a la iglesia principal.
El resultado no fue del agrado de los cofrades, dada la insuficiencia de la capillita construida por los religiosos para la Hermandad, así que los hermanos decidieron edificarse una mejor y más amplia en terrenos de los frailes, terrenos que fueron cedidos por la Cofradía, en definitiva que al final los frailes se adueñaron de todo y los cofrades tuvieron que costearse una nueva capilla para sus titulares.
La nueva capilla; obra del Maestro Pedrero y hoy tristemente desaparecida, era rica y monumental, poseía un magnífico retablo principal de siete metros y medio de alto por cinco de ancho, donado por don Pedro Colón de Portugal, duque de Veragua, descendiente directo del gran descubridor Cristóbal Colón, y fue ejecutada por el prestigioso entallador Alejandro de Saavedra. Se completaba la capilla con varios altares más y varias imágenes, entre las que podríamos destacar, además de los titulares, el Cristo de la Esperanza y la Virgen de las Lágrimas, un Ecce-Homo, de buena factura, que hoy recibe culto y veneración en la iglesia de la Victoria, bajo la advocación del Señor de los Trabajos, así como una bellísima Divina Pastora.
El inventario de la Cofradía, en aquella época, era riquísimo, exponiendo a modo de ejemplo, las seis varas de palio de la Virgen de las Lágrimas realizadas por el gran orfebre Juan Laureano de Pina.
En 1868, alegando ruina, tanto el templo de la Vera-Cruz como la capilla.de la Virgen de las Lágrimas son derribados, atrás quedaron tres siglos de historia en los que una Hermandad había hecho posible el mantenimiento de una zona monumental y artística que hoy indiscutiblemente, sería orgullo de los jerezanos, pero la piqueta y la ignorancia histórica y artística hicieron posible tamaño atentado a nuestro patrimonio monumental.
(Artículo publicado en Información Jerez 3 de septiembre de 2005)


Vista aérea de Jerez tomada en el año 1925 donde aún podemos ver en pie, al final de la calle Medina, el desaparecido convento de la Vera-Cruz, señalado con las flechas rojas.





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