martes, 5 de abril de 2011

JUSTIFICAR MONUMENTOS


Mucho  se viene hablando en estos días sobre los nuevos monumentos que nuestro Ayuntamiento tiene previsto instalar en distintas plazas jerezanas. Es misión de los Ayuntamientos embellecer los espacios públicos y reconocer, en nombre de la ciudad, la labor de colectivos y personas. Algo muy distinto y de respetar son las opiniones dispares sobre costos, realización, ubicación y estética, pues, como diría el profesor Fernández Lira, "el libro de los gustos no está en blanco, está escrito, pero no hay dos iguales" o aquello de "existen personas con gusto; otras que no tienen gusto y muchas con mal gusto", pues para todo hay en la estética urbanística de nuestra ciudad.
Otra cosa es el hecho de que los monumentos, en su carácter de obra pública, como estatuas o inscripciones, puesta en memoria de alguien o en reconocimiento a una importante labor en beneficio de la ciudad, encuentren la correcta justificación.
Desde el principio de la historia, las estatuas públicas, han estado a expensas del mandatario de turno o en manos de exaltados grupos populares, en muchos casos quitando y poniéndolas según la tendencia del momento y obviando la historia, como si el hecho de poner o quitar una estatua influyera en algo en la trayectoria del personaje. Lo imparcial es analizar si verdaderamente los monumentos que se levantan están justificados, no porque a quien vaya dedicado esté de moda, o porque pertenece o perteneció a la ideología dominante en el momento, sino porque su presencia histórica está más que razonada por su incuestionable y meritoria labor.
Sin lugar a dudas si existe una institución en Jerez que merece un reconocimiento esa es la Iglesia Católica y sus Hermandades, lo dice la visión global de la historia ¿De dónde nace la cultura jerezana, si no de los antiguos monasterios de frailes? ¿Quiénes se dedicaban a recoger, en la antigüedad, cadáveres por las calles jerezanas para darles dignos enterramientos?, las primitivas Hermandades. ¿Quiénes mantenían, antaño, los hospitales?, miembros de la Iglesia católica, desde San Juan Grande a Hermandades hospitalarias.
            ¿Quiénes realizaban hasta hace unos años la enseñanza a niños pobres? ¿Y los Asilos? Religiosos y religiosas católicas, ¿A quién han implorado los jerezanos en casos de epidemias, y catástrofes, durante siglos? A la Madre de Dos.
¿Porqué es hoy, Jerez, emporio del arte? por el patrimonio eclesial. ¿Por qué de la enorme importancia para Jerez y los foráneos, de la Semana Santa? Por la Fe y la labor desinteresada de muchísimas generaciones de jerezanos. ¿Por qué tantos jerezanos, sin recursos, no le faltan cada día un plato de comida? Porque existe, entre otros organismos Caritas, de la iglesia, un comedor del Salvador de la Iglesia unas Bolsas de caridad, de las Hermandades, también de la iglesia, y porque existe una cultura sobre las enseñanzas de Cristo que a los católicos les empuja a compartir. ¿Por qué cualquier iniciativa municipal entorno a los católicos está justificada? Por justicia histórica y porque existe una mayoría católica y de ellos un gran número inscritos en las Hermandades, muchos más de los que pertenecen a cualquier otra institución de la ciudad. La democracia se basa en las mayorías que son quienes eligen a los munícipes y en Jerez lo que tiene auténtico poder de convocatoria es un paso de palio en la calle, ni las más exitosas manifestaciones locales alcanzan la movilidad humana de la Semana Santa jerezana.
Porque sería innumerable cuantos han realizado una meritoria labor por nuestra  ciudad en nombre de la iglesia católica y porque a nadie escapa que estamos en un Estado aconfesional con un pueblo mayoritariamente confesional.
Por todo ello si algún monumento está justificado en nuestra ciudad ese es el de las Hermandades y con ellas María Inmaculada ¿O también hay que explicar la condición mariana de Jerez? ¿O es que hay quién piensa que han hecho más por Jerez, por no citar nombres, el toro oxidado, el minotauro o el enganche de Cristina?
(Articulo publicado en Información Jerez el 17 de septiembre de 2005. Se acercan elecciones municipales y, con ellas, nuevas promesas de monumentos para la ciudad)


La Alameda Cristina a principios del siglo XX desde el actual monumento a las Hermandades



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