martes, 31 de mayo de 2011

EFEMÉRIDE MERCEDARIA

   
        El Jerez católico vive hoy, 28 de mayo, una jornada de reminiscencias históricas y de fervor mariano. Se cumple cincuenta años de aquel acontecimiento multitudinario que supuso la Coronación Canónica de la Virgen de la Merced, Patrona de todos los jerezanos.
   
       Hacía más de cuarenta años que Jerez soñaba la Coronación Canónica de su Madre y Patrona. En 1918 el marqués de Casa Domecq, don Pedro Domecq Núñez de Villavicencio, caballero jerezano que quedó perpetuado para siempre, por subscripción popular, frente al antiguo palacio de los Montana, en una carta enviada a don Joaquín Fernández Baena, director del periódico "El Mensajero" le dice, textualmente "... siete siglos de generaciones jerezanas rendidas de deudas y de gratitud y abrasadas de amor hacia su Excelsa Patrona, se unen hoy en imponente y fervoroso coro para ensalzar al "Mensajero" por su feliz iniciativa de ceñir las sienes de la Santísima Virgen Madre de Dios y Misericordiosa Madre Nuestra con una corona de Reina de todas las Reinas...".
     
       La idea recogida por la prensa local, surgió de don Rafael Romero Benítez en conversación mantenida con el propio marqués y varios años después el recordado mercedario Padre Manuel Fernández, capellán de la ciudad y de grata memoria para todos los jerezanos de su época,, retomó la idea y consiguió que en 1961, cuando él ya no estaba destinado en nuestra ciudad, que la Virgen morena que acumulaba centenares de actas capitulares sobre la especialísima protección sobre la ciudad de Jerez , fuese coronada canónicamente. Los actos previos a la Coronación consistieron en un Triduo preparatorio en 18 templos jerezanos, un Truduo Solemne en la Basílica, traslado de la Virgen a la Alameda Vieja donde fue recibida por todos los niños de las escuelas de Jerez y, acto seguido, su traslado a la entonces Colegial para un  Triduo Solemnísimo. El día de la Coronación se celebró por la mañana el Solemne Pontifical presidido por el Cardenal de Sevilla y un concierto conmemorativo en el Teatro Villamarta; por la tarde la Virgen fue llevada de nuevo a la Alameda Vieja para su Coronación y, a continuación, se puso en marcha la grandiosa y apoteósica procesion de vuelta a la Basílica. Por expreso deseo de los organizadores, creyendo interpretar el sentir de todos los jerezanos quedaron suprimidos los actos profanos dedicando la cantidad que para ellos había presupuestada a la entrega de viviendas a personas necesitadas, siendo el propio Cardenal el que tuviera a su cargo la colocación de la primera piedra de la que sería llamada como barriada de la Coronación.
   
         Los tiempos son otros y ya los fastos religiosos no tienen la dimensión de antaño, pero eso nos es obice para que Jerez hoy sea fiel a su rica historia, una historia que nos recuerda que hace cincuenta años los jerezanos mayoritariamente se volcaron  en un acontecimiento único y singular, solicitado no solo por el clero y el propia Ayuntamiento sino también por la religiosidad y la fe de un pueblo en torno a una imagen morena cuya devoción popular se pierde en los anales de la propia ciudad.
   
       El Jerez de siempre sale hoy a la calle para acompañar a su Patrona en tan señalada efeméride mercedaria. La mañana de este sábado primaveral se llenará de recuerdos, de añoranzas, de aromas mercedarios con sabor a septiembre, mientras por el aire de la ciudad, desde el Arco de Santiago a la Alameda Vieja, volverá a sonar aquel himno de la Coronación que un día escribiera Pemán con música de Joaquín Rodrigo,"Madre de los jerezanos y de sus campos en flor,una corona de amor te ofrecen hoy nuestras manos". Aquel mismo himno que, desde la Catedral a la Basílica, nos sigue recordando, medio siglo después, aquello de: "Como olvida a la noche la aurora, olvida Tu, Redentora, nuestra humilde pequeñez. Y, acepta, Señora, con mirada amiga, rendidos de amor a tus pies, el racimo, la flor y la espiga que te ofrece cantando, Jerez". 
      
        (Artículo publicado en Información Jerez el pasado sábado 28 de mayo con motivo del 50 aniversario de la Coronación canónica de la Virgen de la Merced.)

Los padrinos de la Coronación, el Excmo. Sr. D. Antonio Castejón Espinosa, Capitán General de Andalucía y su esposa la Ecxma. Sra. Dª Mercedes Paz Genero portando ambas coronas

Ante multitud de fieles, la Virgen de la Merced llega al escenario de su Coronación Canónica,


El presidente D. Tomas Domecq Rivero y destacados miembros directivos de la Junta Rectora de la Coronación portando la corona en un momento del recorrido desde la R. e I. Iglesia Colegial a la Alameda Vieja


Rvdo. Padre Manuel Fernández, de grato recuerdo en nuestra ciudad, abanderado e impulsor de la Coronación Canónica de la Virgen de la Merced, Patrona de Jerez.


   
     

viernes, 27 de mayo de 2011

ANTE UNA EFEMÉRIDE MEMORABILÍSIMA


      EN EL  DÍA DEL CINCUENTA ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA VIRGEN DE LA MERCED

         Ante una efeméride memorabilísima, así titulaba el entonces periódico local "Ayer" la jornada del 24 de septiembre de 1949, cuando Jerez se disponía a celebrar con enorme solemnidad la declaración, por parte de Su Santidad Pío XII del patronato canónico de la Virgen sobre la ciudad de Jerez.
Era entonces comendador de la Merced el recordado y querido Padre Manuel Fernández, su entusiasmo y amor por la morena Señora le llevó a conseguir grandes e importantes logros, destacándose dos hitos en la historia de la ciudad y de la orden mercedaria, la proclamación del patronato canónico, tras cerca de siete siglos de devoción popular, y la elección de su templo a la dignidad de Basílica, primero que alcanzó tal distinción en toda la Archidiócesis Hispalense.
Los anhelos de los jerezanos se vieron compensados en el mes de junio de 1949 cuando el Santo Padre firma en Roma el Decreto del Patronato. El domingo día 10 de julio se recibe, con gran júbilo, el telegrama del Vaticano nombrando Su Santidad el Papa Patrona Canónica de esta Ciudad a esta imagen que se venera en el Santuario desde 1268.
Con tal motivo se celebra en el templo de la Merced un solemne Tedeum y Salve de acción de gracias que presidió el Cardenal Segura, impulsor de tal concepción bendiciendo tan fasto acontecimiento. El pueblo de Jerez, con sus autoridades al frente, acudió masivamente a este acto.
La  Novena fue predicada en aquel histórico año por el mencionado Cardenal Segura, y contó además, con diversos actos religiosos paralelos, como rosarios de la aurora que partiendo de distintos templos de la ciudad finalizaron en el Santuario Mercedario; misas de Comunión General, funciones de los distintos gremios de la ciudad y consagración de los niños jerezanos a su Patrona.
Como es tradicional, desde el año 1600 la Ciudad renovó su Voto perpetuo y en la tarde del día de su festividad, 24 de septiembre, la Virgen de la Merced fue trasladada solemnemente a la entonces Iglesia Colegial.
No hay que dejar de mencionar que los cultos fueron cantados por la Escolanía del Santuario y para la función del día 24 vino la capilla musical del Estudiantado Filosófico de los padres salesianos de Utrera, compuesto por setenta voces.
Antes de la procesión, y en la plaza de Santa Isabel, el prelado hispalense dio la bendición eucarística a todos los enfermos concentrados allí.
Hubo jubileo plenísimo en la Iglesia y el cortejo procesional lo componían más de 46 tramos entre señoras, colegios, asociaciones, representaciones y autoridades.
Las calles del recorrido lucieron colgaduras y adornos, levantándose arcos de triunfo en la calle larga, en la Lancería y ante la parroquia de Santiago.
Se estrenaron los artísticos respiraderos bordados obra del artista Guillermo Carrasquilla, así como la peana de plata. Asistiendo el Padre Maestro General de la Merced.
Al llegar a la Colegial, hoy Catedral, la Virgen fue situada en una tribuna, a modo de altar, preparada ante la puerta de la Encarnación, teniendo guarda de honor durante toda la noche.
A las seis de la mañana del domingo día 25 comenzaron los actos y a las nueve se trasladaron desde sus respectivos templos las veneradas imágenes de la Virgen del Carmen, la del Rosario, así como la del Patrón de la ciudad San Dionisio.
A las nueve y media comenzó el solemnísimo pontifical presidido por el Arzobispo de Metinnes, monseñor Lisson. la homilía fue pronunciada por el Cardenal Segura, dando lectura del Breve Pontificio de confirmación del Patronato y asegurando que uno de los motivos que han decidido a la Santa Sede a confirmar el mismo era la existencia del Voto de la Ciudad renovado y cumplido a través de los siglos.
La parte musical corrió a cargo de la prestigiosa capilla del Seminario Metropolitano Hispalense y al final las campanas de la ciudad repicaron anunciando tamaño acontecimiento, a las once y media de la mañana comenzó la magna procesión del Patronato, la misma estaba integrada por la escuadra montada de la Guardia Civil, abriendo marcha; la banda de cometas y tambores y dos de música, cuatro pasos -los de la Virgen del Carmen, del Rosario, San Dionisio y la Patrona Canónica; las escuelas de niños, hermandades gremiales, de gloria, sacramentales y de penitencia; congregantes, asociaciones, cruces parroquiales, distintas corales, reliquia de Juan Grande, seminaristas, Cabildo Colegial y el clero. La Virgen lucía el manto de los escudos, regalo de doña Carmen Núñez de Villavicencio.
De preste, el Arzobispo de Metinnes, monseñor Lisson, revestido de pontifical, acompañado de dignidades del Cabildo Catedral de Sevilla, el Padre General de la Orden Mercedaria y el abad de la Colegial, representación del Jefe del Estado, representaciones militares, el Pendón do la ciudad y el Exmo. Ayuntamiento bajo mazas, cerrando las fuerzas militares.
Al llegar la procesión al Santuario esperaba el Cardenal Segura, dirigiéndose a los congregados, terminándose con el desfile de las fuerzas militares ante la Patrona de Jerez, tributándosele los honores de Capitán General, que le habían sido concedidos con motivo del acontecimiento.
A estos solemnísimos actos se adhirieron los obispos de Córdoba, Jaén, Guadix, Sigüenza, Tarazona, Cádiz y Palencia; con tal motivo se confeccionaron azulejos para entronizar a la Patrona en los domicilios jerezanos y se acuñaron artísticas medallas conmemorativas, teniendo lugar distintas ofrendas de instituciones y organismos.
Tras la apoteósica jornada comenzó la octava de acción de gracias predicada, en aquella ocasión, por el lltno. Sr. Vicario General del Arzobispado don Tomás Castrillo.
Cincuenta años se cumplen de tan magno acontecimiento, pero no solo ocurrió esta efeméride mariana el año 1949, pues el 11 de noviembre el templo-santuario alcanza la distinción de Basílica de la Iglesia Universal, primer templo en toda la extensa Archidiócesis de Sevilla que alcanzó tan alta gracia.
La lectura del Breve Pontificio se llevó a cabo en la festividad de la Patrona del año 1951, en el transcurso de un solemne pontifical, presidido también por el Cardenal Segura y concelebrado por el Arzobispo de Tánger y por el obispo de Gibraltar.
El Cardenal expresó su complacencia con motivo del fasto acontecimiento de la gracia especialísima concedida por Su Santidad a este Santuario, condecorándolo con el título de Basílica Menor. Los motivos fueron la masa de fieles que desde el año que fue constituido el templo acudían a él y no sólo de la ciudad sino también de las comarcas vecinas, para elevar piadosas súplicas a la Madre de Dios.
Fueron padrinos de la nueva Basílica el Gobernador Civil y su esposa, interviniendo en los actos la Schola Cantorum del Coristado de Padres Franciscanos de Regla.
Con tal motivo Su Santidad Pío XII donó a la nueva Basílica un lignum crucis en artístico relicario.
También en esta ocasión se organizó una procesión magna con numerosas representaciones y autoridades. Las calles del barrio se volvieron a engalanar con gaIlardetes y espléndidas luminarias y al final de la procesión, ante la nueva basílica, hubo un impresionante acto de adhesión al Papa.
En estos cincuenta años otros acontecimientos han marcado la historia de la ciudad y de su devoción a la morena Patrona de la Merced, celebrándose con la categoría y esplendor que la ciudad de siempre ha impuesto a todos sus actos.
La incansable labor del Padre Manuel le hizo solicitar el 15 de octubre de 1951 la coronación canónica de la celestial Patrona, reciviéndose numerosas adhesiones, tal petición fue concedida y el 28 de mayo de 1961, en la Alameda Vieja, ante una multitud de fieles, la Virgen de la Merced fue canónicamente coronada por el Cardenal Bueno Monreal.
El Padre Manuel vino expresamente desde Brasil, donde estaba destinado. La Virgen estrenó manto y saya nueva bordadas ambas piezas sobre tisú, inspirados en bordados de la Catedral de Sevilla. Hubo pregón en el Teatro Villamarta a cargo de don Francisco Montero Galvache, concurso de balcones, triduo en la Colegial, homenaje de los niños, y se edificó una barriada conmemorativa con el nombre de Ia Coronación.
Era comendador el Padre Fray Daniel Vázquez y, como dato histórico, la Virgen fue portada por costaleros en el paso de la Virgen de la Misericordia, de la Hermandad del Transporte.
En el año 1972 se conmemora con extraordinaria solemnidad el séptimo centenario del patronazgo popular de la Virgen de la Merced. Era comendador entonces el que lo es en la actualidad, reverendo Padre Manuel Álvarez Padrón, que presidió la junta organizadora de estos actos, nombrándose comisario general al destacado cofrade don Fernando Barrera Cuñado.
Se organizaron numerosos actos, entre los que habría que resaltar el ciclo de conferencias, concierto de órgano, triduos preparatorios en las iglesias de San Juan de loa Caballeros, El Carmen, Santo Domingo, San Francisco y las  Viñas.
Se hizo un llamamiento desde la Alcaldía, adheriéndose a estos actos las ciudades de Cádiz, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Barcelona y varias capitales más de toda España. La grandiosa procesión tuvo como eje central la solemne función religiosa celebrada en la plaza del Arenal.
Este mismo marco sirvió dos años después, en 1974, para conmemorar las Bodas de Plata del Patronato Canónico, veinticinco aniversario de aquella apoteósica jomada, finalizándose con un castillo de fuegos artificiales que culminaron una concurridísima procesión, que transcurrió entre calles engalanadas y fervor popular
En 1986 se conmemoró las Bodas de Plata de la Coronación Canónica y con ello llegamos al presente año de 1999, Bodas de oro del Patronato Canónico de la Virgen de la Merced sobre la ciudad de Jerez y de la elevación de su templo a la dignidad de Basílica Menor.
Cincuenta años de reconocimiento eclesial de una devoción inmemorial, cincuenta años de patronazgo oficial, cincuenta años desde aquel 1949 en el que Su Santidad Pío XI, confirmó a la Virgen de la Merced como Patronato de todos los jerezanos.
Y es por ello por ser patrona de todos los jerezanos, corresponde a todos los jerezanos celebrar la efeméride como el acontecimiento merece. No fue declarada la celestial Señora de la Merced Patrona de la Orden mercedaria, ni del padre comendador, ni del barrio de Santiago, ni de las hermandades, ni siquiera del pueblo fiel, sino de todo Jerez.
El Breve Pontificio decía: "0ído, pues, Nuestro Venerable Hermano Clemente de la Santa lglesia Romana. Cardenal Micara, Obispo de Velletri, Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos, con ciencia cierta y madura deliberación con Nuestra potestad y plenitud de Nuestra Autoridad Apostólica, en virtud de las presentes letras y a perpetuidad, confirmamos a la Beatísima Virgen María de la Merced celestial Patrona ante Dios del lugar llamado en español CIUDAD DE JEREZ DE IA FRONTERA, con todos y cada uno de los honores, derechos y privilegios litúrgicos que van unidos a esta declaración y que corresponden por Dios a los Patronos de los lugares".
Es la ciudad, por tanto, a quien corresponde tal honor y es ella la que no debe dejar pasar una efeméride, que tanta repercusión tuvo y que tanto significó para los jerezanos.
Los tiempos pueden ser que sean otros, pero más de siete siglos en la historia de una ciudad pesan Io suficiente para que un acontecimiento como el que se conmemora no pase desapercibido.
Los jerezanos tienen la última palabra y nadie más, para que aquellos versos del poeta gitano sigan siendo la muestra inequívoca de un pueblo en torno a su Patrona: "Dios te salve, María, bálsamo del Consuelo, que has sabido ser Reina. con humilde altivez. ¡Sigue siempre reinando en la Gloria del Cielo, como sigues reinando para siempre en Jerez!"
(Artículo publicado en el suplemento Cofrade de Información Jerez el 12 de septiembre de 1999 con motivo de las Bodas de Oro del Patronato Canónica de la Virgen de la Merced sobre Jerez)


Momento de la lectura del breve Pontificio del Patronato Canónico en la entonces R. e I. Iglesia Colegial

Monseñor Emilo Lissón, arzobispo dimisionario de Lima y miembro de la congragación de Padres Paules, se hizo presente en Jerez para participar en el acto de la Colegial y, posteriormente, en tan singular recorrido procesional. Le acompaña dos canónigos. A la derecha, al fondo, se le conoce al entonces Vicario General, Tomás Castrillo Agudo. En ese mismo lateral, con capa pluvial, acomapaña al arzobispo un jovencísimo Carlos Manuel González García-Mier, párroco que fuera de San Marcos.


La presidencia civil de la procesión contó con el entonces presidente de la Diputación Provincial de Cádiz y el alcalde de  Jerez Antonio Mateos Mancilla, acompañado de Angel Rodríguez Pascual y Manuel Requejo


La calle Larga lució aquel 25 de septiembre un arco triunfal junto al Casino Jerezano. En primera fila, con hábito mercedario, aparece Fray Nolasco Ayarza. Junto a los pilares del arco pueden identificarse al lasaliano hermano Tomás Bengoa y a un jovencísimo Francisco García de Villegas y Alcázar,el actual párroco de Los Descalzos.


Panorámica de la procesión por la calle Lancería. Vemos el estandarte de la Esclavitud de la Merced, managas de las cruces parroquiales, el Estudiantado Filosófico de los Salesianos de Utrera, la reliquia del entonces Beato Juan Grande y la escolanía solo una muestra de la solemnidad de esta procesión

Por último en el mismo lugar el paso de la Virgen del Carmen acompañada por una sección de la Infantería de Mariana que formó parte de la procesión junto a la Virgen del Rosario de Santo Domingo y el Patrón de Jerez San Dionisio. Encabeza este reportaje la foto del pequeño díptico recordatorio del Patronazgo Canónico






miércoles, 25 de mayo de 2011

ANIVERSARIO EN MONTEALTO


Con el pregón de Inmaculada Cáliz se abren hoy, en nuestra ciudad, los actos conmemorativos del 125 aniversario de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, establecidas en-el colegio del Perpetuo Socorro de Montealto.
El Instituto de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón fue fundado por la madre María Luisa Hartzer y el padre Julio Chevalier.
María Luisa Mestmann nació en Wissembourg, perteneciente a la región alsaciana de Francia, el 27 de agosto de 1837. Contrajo matrimonio con Víctor Hartzer, de cuya unión nacieron dos hijos que luego se hicieron sacerdotes. Quedó viuda el 19 de septiembre de 1869.
El padre Julio Chevalier nació en Richelieu (Francia), el 15 de marzo de 1824, siendo ordenado sacerdote el 14 de junio de 1851. Fundando en 1854 los Misioneros del Sagrado Corazón.
La madre María Luisa ingresa en dicha comunidad, en Issauden en 1882, que será la cuna de la Congregación de las Hijas.de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, hace ahora 125 años.
El instituto se estableció en distintas naciones de Europa y Australia y su fin específico es el culto al Sagrado Corazón de Jesús y la divulgación de la devoción a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, dedicándose, especialmente, a la enseñanza y a las misiones.
Las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón llegaron a Jerez en 1970 y se hicieron cargo del colegio que hasta entonces habían regentado las carmelitas en la plaza de San Marcos, trasladándose en 1974 a las modernas instalaciones de Montealto, denominado Colegio Virgen del Perpetuo Socorro por las inestimables ayudas recibidas gracias al insigne jerezano José María Ruiz-Mateos.
En el colegio de Montealto radica la Archicofradía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, filial de la creada por el fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón el padre Julio Chevalier, y cuyos asociados tienden a vivir la espiritualidad de los Misioneros del Sagrado Corazón y a participar de sus inquietudes apostólicas. En ella “cada uno ruega por las intenciones de todos”. Otra Archicofradía filial radica en la parroquia de San Pedro, gracias al celo y el fervor del padre Fernando Rueda, que en sus años de párroco fomentó en gran medida la devoción de esta advocación mariana. Tanto en Montealto como en San Pedro existen sendas tallas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. La imagen del colegio procesionará este año, solemnemente hasta la Catedral, para incorporarse, el domingo 10 de junio, al cortejo del Corpus, con motivo de la efeméride que celebra la consagración, tal como lo hiciera la de San Pedro en 1993, año de su bendición.
Las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón en su cerca de cuatro décadas que llevan entre nosotros se han integrado perfectamente en la vida de la ciudad, no es raro verlas, con sus hábitos color café, en los acontecimientos jerezanos, compartiendo siempre alegría y cordialidad, desde la madre María del Valle, primera superiora que tuvo la comunidad de Jerez, pasando por la madre María de Fátima, superiora en los años ochenta, la madre María Altamira, superiora en los noventa, hasta las actuales; todas han sido fieles seguidoras de su fundadora, y un claro exponente de una comunidad que basa sus principios en la grandeza de ese corazón que tanto veneran.
Sirvan estas líneas de felicitación por estos 125 años de tan loable labor, una labor que en Jerez vienen dejando el listón tan alto como ese alto monte que cada mes de mayo se eleva aún más para llenarse de cantos marianos en honor y gloria de un corazón sagrado. Felicidades hermanas, y que sean muchos más.
(Artículo publicado en Información Jerez el 19 de mayo de 2007. La pasada semana finalizaron los actos conmemorativos del cuarenta aniversario de la llegada de las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón a Jerez)

Desaparecido colegio de las Carmelitas frente al templo de San Marcos donde, tras quedar vacío, se instalaron las Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón a su llegada a Jerez en 1970.

El recordado sacerdote D. Fernando Rueda Cantarero, que fuera Director Espiritual del colegio, en el viaje de fin de curso del año 1984



martes, 24 de mayo de 2011

EL SOLAR DE UNA IGLESIA


EN LA FESTIVIDAD DE MARÍA AUXILIADORA
Quien en estos días pase por la calle Caballeros de nuestra ciudad, podrá comprobar, casi en la plaza Antón Daza, el solar del que fue templo de María Auxiliadora, del antiguo colegio de Salesianas de la calle Pedro Alonso.
Esta hermosa iglesia, que fue desacralizada en 1973, se ha conservado hasta nuestros días aunque con funciones distintas a las religiosas. De principios del siglo XX, hasta su derribo mantuvo su estructura primitiva, con sus vidrieras y  su camarín que cobijó durante años a la Virgen Auxiliadora, centro devocional de la casa salesiana.
En 1897 las salesianas fundan un Oratorio Festivo en una casa situada en la calle Pedro Alonso, número 16, propiedad de doña Concepción González y Villar, que la cedió gentilmente a las Hijas de San Juan Bosco. Su primera directora fue sor Antonia Amat que llegó a Jerez procedente de Barcelona en compañía de otras hermanas salesianas, comenzando a desarrollar su labor pedagógico-pastoral en un Oratorio Festivo con su pensionado y dando clases nocturnas a jóvenes obreras.
Con el tiempo fueron adquiriendo otras casas colindantes y allí se levantó el Colegio María Auxiliadora que perduró hasta el año 1973, año de su traslado a unas modernas instalaciones en la zona de Monte Alto, donde actualmente continúa su fructífera labor educativa. La última directora, del viejo colegio, fue Isabel Regordán.
El colegio de las salesianas de Pedro Alonso hizo latir durante años aquella esquina de Caballeros, con Antón Daza y Pedro Alonso. Aquel viejo caserón, con sus espléndidos cierros de cristales y su enorme retablo cerámico con la Madre Auxiliadora, cobijaba la historia colegial de muchas niñas y niños de ayer, mujeres y hombres de hoy que recuerdan con nostalgia aquellos años de algarabías infantiles. Su señorial portalón donde esperaba una joven y agradable hermana portera, su amplio patio y su elegante escalera de mármol por donde acceder a esas galerías superiores de los salones nobles, y, en especial, el encanto de su iglesia, presidida por esa imagen de cetro en mano que esperaba un nuevo mes de mayo para ser entronizada en ese paso, que tantas veces utilizó el San Juan del Cristo, y recorrer triunfalmente las castizas calles del barrio de San Miguel. Allí sor Lobatón se encargaba, con su amplia figura, de preparar a los niños para la primera comunión y sor Crescencia de la organización interna del colegio desde su puesto de hermana Prefecta.
Desde ese templo, que hoy es sólo un desvalido solar, salieron muchos jerezanitos en fila hacia el templo matriz de San Miguel en los días de catequesis y en las fiestas grandes de su primera comunión.
Hoy todo es un recuerdo, parece ser que permanecerá la nobleza de la fachada de la iglesia, coronada con el lema de la Madre de los salesianos y salesianas del mundo: Auxiliadora de los cristianos. Poco más quedará de aquel antiguo colegio de Pedro Alonso que durante setenta y cinco años tan espléndida labor educativa realizara.
Jerez vuelve a perder un noble e histórico edificio, de estilo ecléctico con reminiscencias neogóticas en su interior, del que pocas muestras nos van quedando. Quizás cuando la perspectiva del tiempo nos haga valorar los estilos desde otro punto de vista, nos lamentaremos de estas pérdidas, que marcaron una época arquitectónica en Jerez y en lo que a las construcciones religiosas se refiere,
Las iglesias de las Carmelitas, frente a San Marcos o esta de las Salesianas de Pedro Alonso forman ya parte de nuestra historia más reciente, de ese Jerez de ayer que ha sucumbido a los nuevos intereses inmobiliarios y queda sólo en la memoria. Esa historia que se remueve cada vez que vemos un solar donde antes estuvo el escenario de una etapa importante de nuestra vida. Ese solar donde aún resuena la enseñanza de tantos va-lores morales que parecen derrumbarse con la misma prisa que se levanta un nuevo bloque de pisos.
(Artículo publicado en Información Jerez el 30 de septiembre de 2006. Hoy solo perdura la fachada de aquella iglesia, ni siquera el rótulo referente a la Virgen ha sido respetado. La puerta del templo sirve de entrada al garaje y en el lugar donde tantos niños, como yo, fuimos preparados para la primera comunión se levanta un moderno bloque de pisos.)


Imagen tomada hace cinco años cuando se procedía al derribo del templo que perteneció al desparecido colegio salesiano de la calle Pedro Alonso.


Fotografía antigua de las salesianas de Pedro Alonso .



lunes, 23 de mayo de 2011

REFLEXIONANDO CON LA HISTORIA


      Hoy es jornada de reflexión de cara a las elecciones municipales de mañana, a estas alturas pocos serán los electores que no tengan ya decidido en quienes van a depositar su confianza de cara a los próximos cuatro años. En Jerez la expectativa es grande ante el giro que pueda producirse en nuestro Ayuntamiento, según los resultados de las distintas encuestas. Jerez decide mañana su futuro y para afrontar al futuro es necesario mirar al pasado, entrar en el intramuros de la historia local para aprender de tantos manadatarios municipales que entregaron todos sus esfuerzo por un Jerez mejor y, también, para no caer en los mismos errores.
   
      Hubo en Jerez un alcalde que no era político sino rejoneador, que considerándose el mismo un mal político, según le manifestó al recordado escritor Manuel Barbadillo, algo completamente impensable hoy puesto que los malos siempre son los otros, constituyó patronatos para hacer más de 15.000 viviendas sociales, transformó los hospicios en escuelas laborales, quitó las casas de peones camineros, creó institutos de enseñanzas y modernizó hospitales,; gestión que en la mayoría de los casos las hubo que realizar con dinero propio, dado la precaria situación que ya, por aquel entonces, sufría las arcas municipales.Hubo otro alcalde jerezano, fundador del Club Nazaret, que lo primero que hizo como alcalde fue dirigirse a los que más tenían para que atendieran a los más necesitados, con la fuerza de la ley se empeñó en evitar los abusos que se cometían en tiempos de necesidad y, entre otros gestos de honradez, desprendimiento y talla humana, atendía a legiones de jerezanos que acudían en su ayuda incluso en su casa particular. Hubo otro alcalde jerezano, ,bautizado como "el Padre del Pueblo", que llegó a una alcaldía con unas arcas totalmente vacías y cuanta el historiador Antonio Mariscal que su caridad y abnegación fue tal, que abrió una suscripción y puso la mayor parte de su hacienda al servicio de las necesidades públicas más apremiantes, siendo tan acertada su gestión, que al dejar el cargo varios años después, el Ayuntamiento tenía saldadas todas sus deudas  y en la caja había un importante superávit. Por último, más cercano en el tiempo, vaya el eljemplo de una mujer, consejala por más señas, primera mujer habida en la Corporación Municipal de Jerez, fallecida en 1977, que durante los siete años que estuvo al frente de la consejalía de Beneficencia, dedicada por completo a su labor publica, no cobró ni un solo céntimo de las arcas municipales, en una labor callada fuera de toda ambición personal y de poder, tanto es así que cuando por ley le enviaban algún tipo de remuneración por su labor pública ella lo entregaba directamente al Asilo de San José. Hoy pensar que detrás de la clase politica hay solo espíritu de servicio y no intereses económicos es pecar, como menos, de ignorante.
   
      Sirvan estos ejemplos para demostrar que no siempre el servir a la ciudad desde el Ayuntamiento ha supuesto enfrentamientos, enriquecimientos,, ansias de poder y descalificaciones entre unos y otros . Que si bien a nivel nacional se pueden imponer regímenes políticos a nivel local lo importante es cubrir las necesidades de los vecinos , hacer una localidad habitable, que se dejen a un lado las siglas para poner por la delante a la ciudad y a sus habitantes, trabajando para potenciar sus valores humanos y patrimoniales y, en definitiva, para hacer, lo que otros, alcaldes ya lograron, levantar a una ciudad en tiempos díficiles, que es cuando más hay que demostrar la valía de las personas y no de las siglas que lo respaldan.
   
       Jerez debe de estar por encima de partidos, de pactos, de número de votos o de rivalidades. La historia nos ha enseñado lo que es bueno y lo que es malo para esta ciudad, que es lo que nos debe importar a los jerezanos, tal como le importó a los jerezanos de antaño y le debe importar a los jerezanos del futuro, y con ese aval debemos mañana depositar nuestro voto. 
    
        (Artículo publicado en Información Jerez el pasado sábado día 21 de mayo de 2011)

Imagen retrospectiva del Excmo. Ayuntamiento jerezano, presidido por el conde de Peraleja, en la procesión de la Virgen de la Merced. Hoy nuestra Patrona volverá a recorrer las calles jerezanas camino de la catedral para presidir los actos conmemorativos del cinuentenario de su Coronación Canónica.


sábado, 21 de mayo de 2011

REFLEXIONANDO CON EL ROCÍO


DEDICADO A LOS HERMANOS DE LA HERMANDAD DEL ROCÍO DE JEREZ.
Jerez entra hoy en la aldea del Rocío, y lo hace con setenta y cinco años de historia a su espalda.
Cuando el nuevo Simpecado se postre ante la Blanca Paloma, llevará consigo los sueños rocieros de un conde de Lebrija, en la tras tienda del Tablón buscando adictos para que Jerez tuviera su Hermandad filial de Almonte, la hospitalidad de la casa González Byass, la constancia de Rafael Bernal, el entusiasmo de Valderas y Lorente, los recuerdos vividos en San Mateo y San Marcos, las oraciones que quedaron para siempre impresas en los viejos Simpecados de Rosario López Medina y las religiosas del Servicio Doméstico, el cariño a la Virgen de Pinto, con sus primeras vestiduras confeccionadas por Ana Trujillo, las crónicas rocieras de Rodrigo de Molina, los Domecq empuñando eficaz bastón de mando, el ímpetu de las peñas rocieras, la labor de Pepe Quevedo Alfonseca, la solera de Andrés Cano y la caballerosidad de Felipe Morenés.
Jerez se presenta hoy con setenta y cinco años de senderos vividos, con años de trabajo y dedicación para no faltar, ningún Pentecostés, ante la Reina de las Marismas. Lleva la voz de Yélamo, la valía del hermano Joaquín, el arte de Quico, la poesía de Gallardo, la entrega de Soledad Oriol, el magisterio del padre Paco, del padre Agustín y del padre Cuenca, el ejemplo de don Rafael, los versos de Toto León, las imágenes de Carretero, la memoria puesta en sus hermanos mayores, Bohórquez, Benítez, Merino, Camacho, Bocarando y Mateos, la magia de Luis Bernal y Pepe Barrera en la carreta, las plegarias del coro y el testimonio de los de hoy, con la ejemplar dirección de mi amigo Paco Gómez y la espiritualidad del padre Alexis, todo bajo las directrices de don Juan del Río y el amparo de la Madre de Dios del Rocío.
Y toda esta historia que hoy entra, triunfalmente, en la aldea almonteña, lo hace además en una jornada de reflexión, cuando no hay más reflexión que aprender del Rocío, de sentirse rociero para entender muchas cosas.
Que se vayan los políticos al Rocío, pero no para pedir el voto sino para reflexionar, porque allí pueden aprender mucho. Pueden aprender a administrar y a darle verdadera rentabilidad al dinero de todos, pueden aprender a aprovechar verdaderamente el terreno, pueden aprender a privarse de comodidades si desean llegar a las metas que dicen, pueden aprender a no cambiarse de camisa porque en Almonte se sabe perfectamente lo que es una camisa u otra, pueden aprender a convivir y respetarse entre personas de distintos criterios, pueden aprender a ganarse a la gente compartiendo obstáculos y sacrificios, pueden aprender a perdonar cuando el objetivo es el mismo, pueden aprender cómo se gana la confianza en las promesas, pueden aprender y darse cuenta que la gente necesita más que se le escuche y menos palabrerías, pueden aprender tantas cosas en el Rocío que quizás si se reflexionara comprendiendo a los rocieros se ganaría muchas más elecciones.
Y queda una última reflexión, en el Rocío aunque el eje sea la Señora, el que manda es uno solo, ese Pastorcito Divino que soluciona tantos problemas y despeja tantas incógnitas y misterios. Al final sólo debe mandar uno.
Dicen que el resultado electoral del domingo es un misterio, el misterio lo forman tres piezas María, José y el Niño, esperemos que mañana el misterio se descubra y en vez de ser tres figuritas sea una sola pieza, compacta como los setenta y cinco años de historia de la Hermandad del Rocío de Jerez, sólida como el fin común que une a todos los rocieros del mundo, fuerte como la fe que les mueve, transparente como las orillas de las playas del Coto y limpia como las carretas en su salida
Mañana habrán muchos agarrados a la reja dispuestos a saltar, eso dependerá en el Santuario de lo que decida Ella y en el Consistorio de 1o que decidamos nosotros.
(Artículo publicado en Información Jerez el 26 de mayo de 2007. En esta ocasión la jornada de reflexión para las elecciones municipales no ha coincidido con la romería del Rocío, pero si su pregón anunciador, celebrado ayer en la bodega de la Concha de González Byass)

Antonio León y Manjón, Conde de Lebrija, a cuya iniciativa se funda la Hermandad del Rocío de Jerez


Bar "El Tablón" en la calle Algarve que, en plena II República española, vio nacer lo que luego sería la Hermandad del Rocío de Jerez de la Frontera.



Fotografía, como las anteriores, del libro "Historia del Rocío en Jerez" que recoge el momento antes de la primera presentación de los romeros jerezanos ante la Blanca Paloma, era el año  1933



viernes, 20 de mayo de 2011

LA DIGNIDAD DE LA ALCALDÍA


La alcaldesa de Jerez, en referencia a la complicada situación que vive el gobierno de la ciudad, ha afirmado que lo que en ningún caso toleraría sería el ataque a la dignidad de la Alcaldía como institución. La Alcaldía es la autoridad civil de la ciudad y su representante en el orden administrativo municipal. Si la Alcaldía es la representación de una ciudad, su dignidad es incuestionable porque se pone en entredicho la propia dignidad de Ia ciudad. Casos como los de Marbella u otras ciudades, donde la honorabilidad de la Alcaldía se ha visto afectada por corrupción, debería haberse evitado, obligando a dimitir a quien ocupe la Alcaldía, mucho antes de que tan noble institución quede manchada.
La Alcaldía de Jerez es una institución de siglos, cargada de historia y de personajes ilustres que han dejado parte de su vida por el engrandecimiento y la mejora de esta ciudad. Desde Alonso Fernández de Villavicencio, que fue regidor y alcalde en tiempos del Rey Alfonso XI, quien libró a Jerez en la Batalla del Salado; pasando por el ilustre Rafael Rivero, padre del pueblo, como fuera bautizado por los innumerables beneficios que la población jerezana había obtenido desde que fuese nombrado alcalde, o Pedro López Ruiz, alcalde de grata memoria por su excelente gestión municipal, o Francisco Revueltas y Montel, alcalde de Jerez en I 874, a cuyas gestiones y desvelos se le debió la fundación de la Biblioteca Municipal y el Mercado de Abastos, sin olvidar a los alcaldes Julio González Hontoria, Tomás García-Figueras o Álvaro Domecq y Díez, por solo citar a los más populares ya fallecidos. Todos han elevado, con su gestión, la dignidad de la Alcaldía de Jerez. La Alcaldía de Jerez, por tanto, si por algo se puede definir es por el gran abolengo que le ha otorgado tan rica historia y la enorme dignidad de la que ha hecho gala, gracias a la labor de un elenco de preclaros alcaldes, regidores de la ciudad que, desde la Reconquista, han ocupado el alto honor de ser presidentes de un Cabildo de esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad de .Jerez de la Frontera.
Por ello llama la atención que ahora, en tiempos de democracia, cuando a los alcaldes los eligen los ciudadanos, cuando quienes deben gobernar en las ciudades son aquellos que los ciudadanos han votado para que realicen esta función, se atente contra la dignidad de la Alcaldía y no sólo desde el propio Ayuntamiento sino también desde las estructuras de partido, cuando los jerezanos a quien han votado mayoritariamente para que rija la ciudad no es a ningún secretario provincial ni regional.
La voluntad mayoritaria de Jerez es, hasta ahora, que gobierne en esta ciudad quien está gobernando y nadie más, por encima incluso de personalismos o disciplinas de partido. Jerez para todo es especial y aqui con toda la sabiduría del mundo, en las elecciones municipales, se eligen personas y no partidos. EI ejemplo está en los años que hemos tenido un mismo alcalde cambiando varias veces de siglas políticas.
Ese sentimiento generalizado es el que no permite que la dignidad de la Alcaldía sufra intromisiones que la dejen en entredicho, y menos de políticos que no han sido votados por nadie para que ejerzan de alcaldes de Jerez. Quien tiene que decidir cómo se gestiona la Alcaldía será la propia persona que la ostenta y el pueblo lo hará, en su momento, con la fuerza y la legitimidad que le da las urnas. Sólo ahí se valorará si la Alcaldía ha recibido el trato y la dignidad que se merece. Mientras tanto, parafraseando a Lincoln, "ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento". La dignificación de la Alcaldía es una labor de todos, por encima de cualquier otro interés, aunque sólo sea por lo que representa y por la memoria de cuantos sirvieron a ella con auténtico desvelo. Porque las personas pasan pero las instituciones permanecen, y la Alcaldía de Jerez es toda una institución digna de no ser empobrecida por aquello del ojo por ojo porque entonces, como diría Gandhi, acabaremos ciegos.
(Artículo publicado en Información Jerez el 16 de septiembre de 2006. De nuevo nos enfrentamos a unas elecciones municipales pudiendo comprobar que la situación ha variado poco)

Aunque los años pasan la imagen externa de nuestro Ayuntamiento ha variado poco, como tampoco la dignidad de la Alcaldía debe verse alterada por los avatares politicos


jueves, 19 de mayo de 2011

AHONDANDO EN HONDA


Miguel López de Carrizosa y Giles fue un insigne jerezano nacido en 1857. Diputado a Cortes y senador vitalicio, sirvió a España y a la ciudad que lo vio nacer, desde diversos cargos de importancia, defendiendo, muy eficazmente, el comercio de nuestros vinos. Falleció en 1919 siendo ministro de Abastecimientos, era poseedor de numerosas condecoraciones de España, Portugal, Francia y Turquía, y entre sus títulos nobiliarios ostentaba el de Maroués de Mochales, nombre que llevó nuestra calle Honda durante unos años.
La calle Honda se le denomina así desde el siglo XVI por su bajo nivel con respecto a las zonas colindantes, y es curioso como en 1786 el maestro mayor de obras públicas de esta ciudad, Juan Díaz de la Guerra, solicita realizar obras en la mencionada vía para hacerla transitable ante la cantidad de agua que acumulaba en los días de lluvia, formando tal caudaloso arroyo que "las casas de dicha calle tienen que tener cinco cuartas superiores a la calle, y sin embargo, llega el caso que muchas de ellas se anegan; asiéndose tan intransitable que de día mal se puede andar por ella, y de noche es conocido el riesgo de matarse".
Pues algo por el estilo ocurre con las calles semipeatonales, carácter que se quiere dar a nuestra calle Honda, y no por el agua, sino por la peligrosa combinación de peatones y automóviles por un mismo espacio. La calle Honda, en cierta manera, ya es semipeatonal, más bien anti-peatonaI, sólo hay que verse obligado a bajarse de la acera de los árboles para correr el riesgo de matarse o caminar por la de enfrente y ver como los espejos retrovisores de los autobuses pasan a escasos milímetros de las orejas de los viandantes. No es mala medida hacerla totalmente peatonal. al igual que su vecina calle Larga, pero ello supondría un nuevo suplicio para la circulación del centro de la ciudad puesto que dos zonas céntricas como Cristina y Medina quedarían casi aisladas al tráfico, al no haber opción de conexión ni por el barrio de San Pedro ni por intramuros.
La calle Honda es, por tanto, un problema y más lo será si de nuevo nos encontramos con una calle levantada, porque debajo de la calle Honda puede haber de todo, sus alcantarillas se han tragado todo lo que allí ha llegado en las distintas riadas y parte de la historia de muchos negocios. Quizás no nos encontremos esqueletos, como en la Plaza del Arenal, ni poblados antiguos, como en la plaza de Belén, pero de seguro que aparecerán restos de lo más inaudito, desde alguna pipa de aquellos melones que llegaron nadando desde la Victoria, hasta algún recibo de Guerra, el de la Casa Rosa, por un dinero a cuenta, o alguna factura de Sabino de cuando la esquina de Honda con Santa María era el emblema de una ciudad que abría los ojos a los grandes comercios, con el tesón y el ejemplo de un hombre, Sabino Hoces, de gratos recuerdos para mí y para toda mi familia, que fue, en su momento, un abanderado empresario.
Los bajos de la calle Honda son un misterio por descubrir, porque desde El Colmao al Casino Nacional y desde la antigua frutería de José María al Casino Jerezano no hay calle que se haya empapado más de todo lo que Jerez le ha querido mandar.
Cuando el achaque de una nueva peatonalización la haga levantar de nuevo y con su suelo se vaya parte de la historia de la ciudad, con sus adoquines escondiendo la cera de una Semana Santa que comenzaba en la Rotonda y sus casapuertas con previsores tablones tras los portales, para paliar el riesgo de nuevas inundaciones; cuando la calle Honda sea un lugar más de paseo de ese gran centro comercial que se quiere hacer del corazón de la ciudad, que no nos quiten el gozo de poder hacerlo tranquilamente, sin riesgo alguno, no vaya a ser que después de más de dos siglos volvamos a aquello de "de día mal se puede andar por ella y de noche es conocido el riesgo de matarse" y lo de Mochales cobre ahora otro sentido.
(Artículo publicado en Información Jerez el 8 de julio de 2006. En la actualidad los comerciantes jerezanos han sido unánimes en desestimar la semipeatonalización de la calle Honda y el paso del tranvía por el centro de la ciudad) 


Miguel López de Carrizosa y Giles, marqués de Mochales


Postal de hace unos cuarenta años de la Rotonda de los Casinos entre la calle Honda y la calle Larga



La frutería Montes fue uno de los comercios más emblemáticos de la calle Honda



El restaurante El Colmao, entre las calles Honda y Arcos, marcó una época de la historia de la ciudad






miércoles, 18 de mayo de 2011

LENGUAS DE VECINDONAS


En la costa del sol portuguesa cerca de Estoril y Cascais. en plena sierra de su nombre y en el centro de una frondosa vegetación, se encuentra el encantador municipio de Sintra, surgido como de un sueño de un cuento de hadas, rodeado de espléndidos palacios y dotado de un clima suave y delicioso. En Sintra se firmó en 1509 un convenio entre Portugal y Castilla sobre el reparto del ultramar. La ciudad fue residencia veraniega de la familia real portuguesa hasta la proclamación de la República en 1910, conservando, en perfecto orden, su grandioso Palacio Nacional donde los reyes portugueses se retiraban, largas temporadas, para descansar y disfrutar de tan idílico paraje.
Cuenta la historia que en las dependencias palaciegas no sólo se despachaban asuntos de estado, sino que también eran lugar de ciertos deslices de algún que otro monarca, lo que provocaba que el personal de palacio estuviera siempre de chismorreos sobre amoríos reales, hasta que un rey cansado de tantas lenguas de vecindonas mandó decorar el techo de una de las principales estancias con tantas cacatúas como personal se ocupaba del servicio palaciego. Aún se puede comprobar en Sintra ese techo que el dueño de la casa quiso dedicar a su particular gabinete de la prensa rosa y que sirvió para acabar con tantos chimes morbosos.
En nuestro país, cada vez se prodigan más las lenguas de vecindonas, en el ámbito nacional cualquier hecho significativo de algún personaje famoso trae como consecuencia programas y programas llenos de comentarios que, la mayoría de los casos, atentan contra el más mínimo derecho a la intimidad humana, y en el ámbito local ocurre algo parecido cuando se trata de analizar cualquier evento que se celebre, lo sufrimos cada vez que acaba una Feria o una Semana Santa, se emiten juicios sin conocimientos de causa, sin criterios algunos y, lo que es peor, sin pararse a pensar que esas afirmaciones pueden dañar muchísimo a personas o instituciones, y todo se recrudece, aún más, cuando existen medios de comunicación que toman esas lenguas de vecindonas como noticias de la calle, sin consultar antes a los perjudicados por esos comentarios y sin el más mínimo rigor periodístico. Cuando pasa la Semana Santa todo el mundo se encuentra con derecho a opinar sobre asuntos ajenos, creando bulos absurdos y sin base alguna, por el mero hecho de comentar lo que otros han comentado y lo mismo ocurre con nuestra Feria, hay quien asegurara que este año está mucho mejor cuando es la primera vez que la visita, quien dice que está bien o mal organizada depende de las siglas políticas con las que simpatice sin acordarse ni la caseta que pisó. Ahora habría que pedir, por lo menos, que cumplamos con aquello que dice el refrán de "que cada uno cuente la Feria como le va', porque por lo menos hablaremos con propiedad.
Detrás de cada evento hay cientos de personas que han trabajado muchísimo para que todo salga lo mejor posible, por ello no es de recibo comentarios dañinos de quienes, sin implicarse, dan larga a esas lenguas de vecindonas que tanto interés despiertan ahora.
El dar rienda suelta al morbo viene dañando mucho a las cofradías y a la imagen de nuestra Feria, parece que interesa más el enfrentamiento entre cofrades o el número de reyertas en la Feria, que la grandeza de nuestras grandes fiestas y sus valores positivos.
En lo popular, los bulos, las críticas infundadas y los sambenitos son propios de ambientes incultos y pueblerinos; la cultura en general y el respeto es el más eficaz antídoto para todo esto y la mejor medida para ser ciudadanos de primera.
Es hora de que desterremos ese Jerez de los bulos y del morbo, porque el ser doscientos mil jerezanos debe de servir más que para poner carteles por la calle Larga, para tomar conciencia de que ya no nos va el vecindeo chismoso, aunque es preferible esos carteles de los doscientos mil que las lenguas de vecindonas se nos pongan, también aquí, de moda y ver la calle Larga pintada de cacatúas.
(Artículo publicado en Información Jerez el 20 de mayo de 2006)


Escena familiar en el campamento de la antigua Feria de ganado de Jerez (Foto E. Pereiras). Arriba la sala de las cacatúas del Palacio Nacional de Sintra.






martes, 17 de mayo de 2011

UN COSO CON HISTORIA


“De la calle vendrá quien de mi casa me echará” sería la frase que aplicaría nuestra plaza de toros a las inmobiliarias que apuestan por levantar muros de hormigón donde antes sonaron pasodobles toreros y palmas por bulerías, donde caballos bordaron requiebros y ganaderos alcanzaron renombre, donde se dio la mano el arte con la tragedia, la bravura con la nobleza, el espectador con el aficionado.
La plaza de toros de Jerez ya estaba allí en los medios de aquellos terrenos conocidos como la Huerta de Terry mucho antes que existiera la Barriada la Constancia, la Barriada España, el "sol y sombra", el "tendido 6", el párroco de Fátima y hasta el Sr. Willians cuidando sus bellos jardines. Su historia se remonta a1872 cuando el reconocido arquitecto José Esteve y López edifica el actual coso taurino para sustituir el anterior de 1840 desaparecido por un incendio. En 1891 vuelve a incendiarse destruyéndose su interior que es reconstruido por otro prestigioso arquitecto Francisco Hernández Rubio que, respetando lo realizado por José Esteve, añade algunas piezas características de su obra y de la época, tales como los elementos de hierro construidos por la fundación Gutiérrez y Compañía.
En su exterior la plaza de toros jerezana nos muestra un aspecto clásico siguiendo las líneas empleadas por el arquitecto Esteve en otros edificios de la ciudad, especialmente en el Mercado de Abastos. Ia nobleza de la piedra y la armonía de su trazado, que hace girar todo en torno a su puerta principal, la de los grandes momentos de gloria, dan al edificio gran empaque jerezano y un cierto aire bodeguero que armoniza perfectamente con esas construcciones que aún permanecen en pie y le hacen escolta en plena calle Circo.
Nuestra plaza de toros es un edificio centenario, representativo de una época constructiva de nuestra ciudad y lleno de historia y tradición. Debe, por lo tanto, ser conservado, restaurado y mimado como parte incuestionable del patrimonio artístico y monumental de la ciudad, y creo que sería un error urbanístico irremediable optar por su traslado y menos aún por su derribo, sería repetir el desgraciado atentado patrimonial cometido a mediados del siglo XX cuando ciertos entendidos optaron por dejar mutilada nuestra Plaza de Abastos para levantar un nuevo edificio pobre, de dudoso gusto y nada acorde con el entorno.
Si es verdad que el emblemático edificio de la plaza de toros merece mejor cuido y una mayor actividad, es inconcebible que se tenga que utilizar una endeble y portátil plaza de toros, como la de Chapín, para festejos taurinos, existiendo este singular coliseo, cuando todo la actividad taurina jerezana podría centrarse aquí, e incluso, acondicionando su interior, acoger tanto el museo taurino, como sede para peñas, sala de conferencias y otros aspectos relacionados con el mundo de los toros.
Pero esta inactividad no obliga a que haya que pensar en su desaparición y menos por cuestiones especulativas porque, entonces, también peligrarían otros edificios de reconocida importancia, situados en revalorizados terrenos, incluso en pleno centro, que no tienen más uso que el mantenimiento de sus propietarios. Al estar en manos privadas, ser monumentos notables y formar parte inseparable de un espacio público que resulta inconcebible sin esas construcciones que lo definen. Este tipo de edificaciones necesita de un estudio para que tanto Jerez como sus propietarios salgan beneficiados.
La plaza de toros de Jerez por su historia, valor arquitectónico, tradición y enclave es insustituible y ante cualquier movimiento especulativo debe ser indultada como esos toros que permanecen quietos, sin esperar ningún tipo de suertes, en cada uno del os azulejos externos que recuerdan que, un día, ganaron el mejor concurso público que cualquier ser vivo puede vencer, el de librarse de la propia muerte.
(Artículo publicado en Información Jerez el 1 de octubre de 2005. Afortunadamente las intenciones especulativas con el coso de la calle Circo no se cumplieron y hoy nuestra secular plaza de toros sigue acogiendo, cada Feria del Caballo, sus festejos taurinos.)


Interesante fotografía aérea del año 1920, en el que podemos ver a la plaza de toros de Jerez rodeada de un espacio urbano completamente distinto al actual. Ni la barriada España ni la de la Constancia habían sido aún construidas en los antiguos terrenos de la Huerta de Terry, predominaban en el lugar los cascos bodegueros y, en un ángulo superior, se puede apreciar el antiguo cementerio de Santo Domingo.

En esta otra instantánea de mediados del pasado siglo XX ya podemos ver, junto ala plaza de toros la nueva barriada de la Constancia, el Instituto Coloma, algunos edificios de la Avenida A. Domecq y el cementerio de Santo Domingo que todavía no había sido desmantelado.


La plaza de toros de Jerez, unos años después, con un lleno "hasta la bandera" utilizando un término taurino