lunes, 20 de junio de 2011

MUJERONAS


 



      Mañana entra el verano y aunque llevamos varios días con un calor intenso no será hasta mañana 21 de junio cuando entre oficialmente la estación veraniega. El verano llega a Jerez como apagando luces para que las gentes se vayan, fines de semana desiertos y carreteras llenas principalmente camino de las playas cercanas.
   
      El Jerez de las veladas en la Alameda Vieja o los cines de verano, comiendo pipas mientras, al fresquito, se veía la película de turno, es ya historia. Ahora por cada familia hay como mínimo un coche y las carreteras no son, ni por asomo, lo que eran hace unos veinte años cuando las colas para ir a la costa más cercana eran auténticamente kilométricas y los coches recalentados se quedaban en el camino. Ya no hay que agobiarse enlatados en vagones de tren que dificilmente podían cerrar sus puertos cada domingo o fin de semana, entre sombrillas, butacas plegables y neveras portátiles, para después tener que coger un autobús o irse andando hasta Valdelagrana, ahora hay hasta un peaje frente al Caballo Blanco para que solo se tenga que recorrer la Avenida de la Paz. Ya las madres no tienen que levantarse dos horas antes, cada domingo, para hacer tortillas, filetitos, "papas aliñás", ir por hielo para la sandía y los refrescos, preparar todos los tiestos de playa (sombrillas, bañadores, toallas, palas, rastrillos y cubos, mesas, banquitos, fiambreras, etc, etc. ). Ahora se alquilan hamacas y sombrillas, si se quiere evitar toda esa cantidad de tiestos, se come de bocadillos o en un chiringuito o en los múltiples bares de playas en los que algunos incluyen hasta autoservicio y te puedes duchar en la misma playa antes de irte. Ya las madres pueden ir a la playa a descansar aunque no todas lo consiguen, antes, para muchas madres el ir a la playa suponía un sobre esfuerzo de todo el trabajo en la casa de la semana, porque hasta altas horas de la noche no terminaban de duchar a niños, recoger todo lo que se había llevado para pasar el día en la costa y de limpiar la casa de tanta arena como la inundaba después de una jornada playera.
    
       Llega el verano y es también tiempo de vacaciones para las ejemplares madres del trabajo diario en su casa y para aquellas que salieron un día de su casa para desarrollarse laboralmente, con un problema añadido que no existía antes, que habiendo salido ellas de su casa hay muchos hombres que aún no han entrado, por lo que después de trabajar tienen que volver a entrar ellas para seguir trabajando. Por eso ahora que llega el verano me quedo con un correo que me llegó hace unos días que hablaba de las mujeronas que no son ni la de los pechos grandes, cintura pequeña, labios carnosos, ojos seductores, 1,80 de estatura y sonrisa Colgate., sino aquellas que después de una dura jornada laboral llegan a casa y tienen que seguir trabajando. La que hace malabarismo con los precios. La que lleva sus hijos y los recoge, los que los acuesta, le cuanta historias y los tapa. La que no duerme mientras no llega su hijo adolescente y se levanta si hace falta. La que sabe donde está todo y a la que se acude siempre buscando remedios. La mujerona de hoy se mide no por centímetros sino por capacidad de trabajo y entrega.
       Es la mujer para la que también llega el verano y tiene que seguir haciendo lo mismo, tantas madres de Jerez y del mundo entero en que las únicas vacaciones consisten, para las que se lo puedan permitir, en seguir haciendo lo mismo pero, con un poco de suerte, en un sitio más fresquito. Esas son las mujeronas de hoy y no esas otras modélicas de las revistas que posan en biquini, porque esas, como dice mi mujer, no saben hacer ni las "papas aliiñá
       (Artículo publicado en Información Jerez el 20 de junio de 2009. Mañana vuelve a entrar el verano, también para muchas mujeres)

Valdelagrana, 14 de julio de 1977. Domingo de neveras y sombrillas, cuando el acudir a la playa era una odisea.

  

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