viernes, 5 de agosto de 2011

EL JEREZ DE PEMÁN


          El verano es tiempo propicio para la lectura, en especial para libros de viaje. En 1973 sale la tercera edición de la guía de Andalucía de Ediciones Destino escrita por José María Pemán. Una entrañable y personal visión de este afamado literato gaditano sobre la Bética de la mano del excelente escritor Antonio Gutiérrez Martín y a la memoria del insigne Manuel Machado.
          Comienza el libro en Sevilla como cabeza indiscutible de la Bética y después de recorrer Córdoba y Huelva, Pemán llega a Jerez, a un Jerez de 1958, fecha de la primera edición de esta guía de Andalucía, y lo hace por la Avenida que "lleva el nombre de Álvaro Domecq, el famoso rejoneador que se bajó de su caballo para ser alcalde de Jerez". Tenía la ciudad entonces unos cien mil habitantes y 142.420 hectáreas "el tamaño de algunas provincias del norte". Pemán hace parada en el hotel Los Cisnes "No sé porqué este nombre rubeniano ha sido escogido para campear en el rótulo del hotel, que en la calle Larga, está rodeado de cafés y casinillos donde este pueblo de cazadores habla de perdices, pichones, tordos, gallaretas y de patos: de todo menos de cisnes". "La calle Larga de Jerez, en una mañana de sol, es un chorro de todos los oros luminosos, alcohólicos y mercantiles, que pueda uno imaginarse".

           Tras dejar atrás la Plaza del Arenal, el Alcázar y la "moderna y florida" Alameda Fortún de Torres, el escritor nos adentra en la antigua Colegiata para evocarnos desde el reducto catedralicio "de gallarda perspectiva" lo que fueron una de las fiestas más típicas de Jerez: las de la Vendimia, con especial mención a aquellos Juegos Florales "cuyos premios van estimulando y creando una verdadera antología de cantos al vino".
          
           "Al salir de la Colegiata hay que llegarse a la placita de escribanos, rincón perfecto de la ciudad". Posteriormente Pemán se detiene en las iglesias de San Miguel, San Lucas, Santiago, San Francisco y la Merced, para recrearse en un capítulo dedicado al vino de Jerez y las bodegas.

            "En la primera visita que hagáis -y os aconsejo que no dejéis de hacerla- se os informará de que el vino es un organismo vivo con su temperamento y características propias que constituyen de por sí un dique frente al maquinismo y a la técnica. Pensar en utilizar tuberías o depósitos de cemento sonará a herejía en este ambiente donde hasta las telarañas se cuidan con amor para conservar un sabor de tradición que es esencial en un proceso donde el factor tiempo es el más importante". Tras una elogiosa descripción del proceso de elaboración de nuestros caldos en el que con gran acierto sentencia que "Nuestro vino nace tanto de la uva como de la madera de la bota", el insigne escritor advierte al visitante "Durante la visita a la bodega os habrán hecho probar sucesivamente finos, amontillados, dulces y olorosos. ¡Cuidado! Antes que el coctail se inventara, Jerez lo fabricaba ya para divertirse con sus agresivos resultados en los estómagos y cabezas de sus visitantes".
          
             Por último el autor, gran conocedor de nuestra tierra, nos deja con el regusto de dos de sus riquezas más destacadas "Allí os convenceréis de que el auténtico Jerez es vino de aristócratas y de enfermos- es todo lo contrario de un producto bullanguero, popular y juerguista. Es un vino señorial, graduado y serio", para terminar en la Cartuja "sin duda alguna eI primer monumento artístico de la provincia".

          Una guía exquisita de un literato de renombre que nos adentra perfectamente, a pesar del tiempo transcurrido, en la esencia de un Jerez puro, del Jerez apacible que invita a su contemplación desde la evocadora panorámica de otros tiempos. Un Jerez unido a la figura literaria de Pemán que desde su casa de El Cerro, allí donde pasara sus últimos días, nos dejó esta guía para todo aquel visitante que quiera saborear esta tierra desde la perspectiva entrañable y personal de una gloria de nuestras letras.
         
            (Artículo publicado en Información Jerez el 18 de agosto de 2007)
"La calle Larga de Jerez en una mañana de sol, es un chorro de todos los oros luminosos, alcohólicos y mercantiles, que pueda uno imaginarse"

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