miércoles, 26 de octubre de 2011

ADAPTARSE A LOS TIEMPOS


           Una de las grandezas de las Hermandades y Cofradías es no solo haberse adaptado a los tiempos sino que, a pesar de todo el peso de siglos, la salvaguarda de tradiciones, el barroquismo imperante en casi todas sus manifestaciones y su singular forma de religiosidad popular, los tiempos, también, se han adaptado a ellas, respetando una idiosincrasia que le hace ser valoradas por el pueblo y por la Iglesia a la que, sin duda pertenecen y, más aún, en unos tiempos pocos propicios para la religión.
            Este tirón popular, con todas las virtudes y defectos, ha supuesto que las elecciones celebradas el pasado miércoles a la presidencia de la Unión de Hermandades hayan cobrado un protagonismo relevante en el panorama informativo local.

             La Unión de Hermandades es una institución que inició su andadura allá por 1938, pero que no fue fundada oficialmente hasta 1944, y que, desde entonces, bajo el amparo de la jerarquía eclesiástica, ha desarrolla una labor que tiene como pilares fundamentales la representación y la coordinación de las Hermandades cuando actúan conjuntamente. Durante todos estos años de existencia la Unión de hermandades ha ayudado a las propias hermandades a cumplir con sus objetivos, principalmente, a lo que es su fin principal, en el culto a Dios. No hay que olvidar que la Iglesia Católica, por su dimensión universal, está perfectamente estructurada en distintos organismos, movimientos y asociaciones que tienen la misión de atender parcelas concretas, (seminario, la vida consagrada, los grupos de catequistas, misiones, pastoral penitenciaria, de la salud, de patrimonio, comunidades neocatecumenales, Hermandades del Trabajo, Scout, Club Serra ,etc) y entre ellos dos grupos muy importante por los tiempos que nos ha tocado vivir, Cáritas y Manos Unidas que atienden la gran Acción Social de la Iglesia.

              Así y todo las hermandades, aun no siendo su fin principal, conscientes de su condición cristiana, nunca han abandonado la atención a los más necesitados. Siempre por medio de Cáritas y las numerosas Bolsas de Caridad. Así ha sido siempre y así seguirá, por mucho que cambie la forma de gestionar sus fondos y por mucho que se desconfíe del espíritu solidario que las ampara, tal como se ha manifestado estos días.     

             Los hermanos mayores mayoritariamente han apostado por un cambio para el organismo que representa y coordina a las cofradías, un cambio para enderezar lo que está torcido y potenciar la misión fundamental de su existencia, el culto a Dios y la fraternidad cofrade, y todo ello sin olvidar, lo que nunca en toda su rica historia ha desatendido, la ayuda al hermano, pero poniendo orden a lo que dictan las reglas.

             Un cambio de gestión y humano, que, desde la unidad, con mirada limpia y el horizonte claro, puede alcanzar grandes logros en unas instituciones que, como ha demostrado la historia, han sabido siempre estar a la altura tanto de lo que la Iglesia como de lo que la sociedad han esperado de ellas.

(Artículo publicado en Información Jerez - Viva Jerez el domingo 23 y el lunes 24 de octubre de 2011) 
Fotografía de los primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo en la que podemos ver a la Unión de Hermandades de Jerez en la presidencia de la procesión del Santo Entierro.
        

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