Hay estudios que nos confirman que todos estamos atados a infinidad de cosas y costumbres que nos complican la vida. Compramos cosas o adoptamos rutinas sin sentido. Ni siquiera nos paramos a pensar si son buenas o malas, si nos convienen o no. Por ejemplo:  el "Por si acaso no lo tiro", la manía de guardar cosas por si algún día nos hacen falta,cosas que no hacen más que estorbar. El "Planchar lo que no se ve". Calzoncillos, bragas, camisetas interiores, camisas (si encima te pones jersey). Todas son prendas que no necesitan ni merecen ser planchadas, “lo que no se ve, no se plancha”. "Comprar lo que no necesitas", en esto caemos todos con frecuencia, justificando su compra. La gente de márketing sabe bien esto y lo aprovechan. "No vender lo que ya no se usa por lástima", la bicicleta del niño, la cuna, la segunda tele que casi no usas, los apuntes del colegio, esos juegos de la consola, ¿para qué los quieres? ¿vas a montar un museo con ellos?.Viajar con demasiados trastos.cuando llegas a tu destino y solo te pones tres cosas. No pedir ayuda a tiempo, por no querer reconocer que no sabemos hacerlo, etc. Todo esto son cosas cotidianas con las que nos complicamos la vida sin necesidad, pero es que además hay otras que nos van llegando complicándonos más. Esta semana hemos visto, de nuevo, como la fiesta de Halloween se va implantando de forma alarmante como fiesta infantil, una complicación para los padres en busca de indumentarias fúnebres y terroríficas que son muy poco agradables. Por contra en estos días de recuerdo a los difuntos, sigue aumentando más el número de incineraciones, entre otras cosas, por no complicarle la vida a los hijos en el mantenimiento y limpieza de las sepulturas.
 
       Nos complicamos la vida discutiendo por tonterías, en los debates televisivos y entre los jóvenes, abusando de todo lo que se nos pone a mano, llegando incluso a situaciones lamentables por todos conocidas. Complicamos hasta nuestro propio habla, tenemos un idioma riquísimo que entre neologismos y faltas de ortografía nos lo estamos cargando, ya que,como bien dice Martín Alonso en su Gramática del Español Contemporáneo, el idioma español ha sido, a través de las épocas una membrana permeable a través de la cual han pasado los vocablos de distinta densidad de otras lenguas. Lázaro Carreter nos comenta que los avances tecnológicos y científicos se producen en los pocos países que van a la cabeza de la investigación. Y de ellos irradian a las otras naciones, que se ven forzadas a adoptar los tecnicismos con que se nombran las nuevas invenciones. Estas posibilidades, continúa Lázaro Carreter, de introducir tecnicismos extranjeros —en nuestro caso anglicismos— plantean problemas cuya decisión no es nada sencilla. Porque al poseer estos vocablos un carácter marcadamente internacional, no se sabe bien si conviene traducirlos o adaptarlos a la lengua propia, es decir al castellano, o por el contrario sería preferible respetar su forma original, lo cual facilitaría el entendimiento entre los científicos de diferentes lenguas.  Como se puede ver, acompañando a cada innovación, hipótesis científica o invento, viene un problema de nomenclatura, denominación y traducción para la lengua que lo recibe.
 
        Ya se ha complicado hasta el trato directo y aquello de "hablando se entiende la gente". El mundo laboral y social se complica. La huelga de recogida de basuras en Jerez ha vuelto a complicar la vida de la ciudad, al igual que pasó hace unos días con la de los colegios. En esto como diría el refrán "unos por otros y la casa por barrer". Ahora nos enteramos que un nuevo negocio que se piensa abrir en la plaza del Arenal, por complicaciones burocráticas, lleva demasiado tiempo esperando las correspondientes licencias de apertura. Cuanto papeleo para complicar más la vida  en lugar de hacerla más fácil. 
 
         Todo esto supone que los nuevos avances tienen sus ventajas pero también complicaciones. Muchas veces hemos oído decir aquello de que antes todo era más sencillo y menos complicado que hoy. En fin, como diría alguno:"¿Porqué complicarse la vida con problemas, cuando la solución más simple es solucionarlos?"        

          (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 4 de noviembre de 2012 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 

En esta bella pintura de Montenegro vemos reflejado un patio jerezano donde la vida cotidiana era mucho más simple y menos complicada que la de hoy., nada parece alterar la tranquilidad del momento.