sábado, 28 de abril de 2012

NADA QUE ENVIDIAR

Caseta de la Feria de Abril de Sevilla.

Termina este fin de semana la mundialmente famosa Feria de Sevilla y comenzamos el llamado ciclo de ferias, ahora vendrá, entre otras la de Sanlúcar y la de Jerez, nuestra sin par Feria del Caballo. La Feria de Jerez es incomparable, por ello, resulta cada vez más insoportable, la manida frase que en unos días nos bombardeará con aquello de que la Feria de Jerez no tiene nada que envidiar a la de Sevilla. Esta afirmación, de momento, indica un oculto complejo de inferioridad y por otro un odioso grado de comparación de dos eventos que son incomparables porque, aunque con la misma esencia festiva, poseen concepción distinta.

La Feria de Abril sevillana, es una de las grandes fiestas del sevillano, las otras son el Corpus y la Semana Santa, y en cierto modo el Rocío; y por ser fiesta de una ciudad en concreto, se realiza al estilo particular que cada uno sabe imprimir al celebrar su propia fiesta. El sevillano ha trasladado en estos días su casa al recinto ferial y allí, en su casa, que por ser más pequeña llaman caseta, invita a compartir su fiesta, la fiesta de Sevilla y los sevillanos, a sus amigos e invitados, por ese motivo las casetas de la feria sevillana no son bares sino auténticas casas, con sus cortinas, sus cornucopias y sus típicas mesitas pintadas con flores, en la primera habitación el tablao para bailar y las sillas alrededor para vivir la fiesta, que es el centro de toda feria, y en el fondo la cocina con la barra que es lo menos importante, porque lo que se trata es de pasarlo bien no el que aquello sea un negocio y se gane dinero, por supuesto el invitado de la casa o caseta no paga, como ocurre cada vez que se acude a una invitación de un amigo. La Feria de Sevilla está concebida como una fiesta no como un negocio. El sevillano sabe que a sus invitados hay que tratarlos con clase y por ello les ofrece su casa, comparte su mesa y le da sitio entre sus cantes y bailes, y todo ello sin empujones en los tablaos, sin platos por encima dela cabeza y sin borrachos discordantes. El que ha sido invitado a participar de la fiesta abrileña sevillana sabe que es verdad.

La feria de mayo jerezana, es otra cosa, aquí las casetas son bares efímeros, que se montan, en su mayoría para ganar dinero, lo importante es un espacio grande donde meter cuanto más mesas mejor y más metros de barras para una mayor consumición. Aquí la variedad de fachadas de casetas es mucho más rica y creativa pero no existe un prototipo de caseta típica del ferial jerezano. En Jerez se puede entrar libremente en casi todas las casetas y esto permite alternar las invitaciones v da una mayor libertad para el que venga a nuestra feria, sin conocer a ningún jerezano. Son conceptos distintos de celebrar una fiesta, o en tu casa donde pones lo que tienes a tus invitados o en la calle donde si quieres invitas y si no que cada uno se pague lo suyo.

EI problema surge cuando en la calle te encuentras todos los bares llenos y entonces te tienes que volver a tu casa. Pues eso será seguramente lo que ocurrirá el día en el que nuestra Feria del Caballo se haga tan internacionalmente conocida que hayan más gente de fuera que de Jerez, y los jerezanos nos tengamos que ir casa si queremos tomar aunque sólo sea una copa de vino u optemos por lo que han hecho los sevillanos, llevarnos la casa a la feria y así poder disfrutar de lo que en definitiva es nuestro. Por ello si en algo podemos comparar la Feria de Jerez con la de Sevilla, no es en que una sea más grande que la otra, en que el entorno sea más bonito, ni haya más casetas donde entrar, sino en que afortunadamente, todavía podemos ir algún día a la Feria de Jerez y encontramos como en nuestra casa, podemos atender a nuestros invitados con comodidad, no es necesario que un día recorran el Real los enganches con matrículas pares y otro las impares como ya está ocurriendo en Sevilla.

Jerez no tiene nada que envidiar a Sevilla y Sevilla tampoco tiene nada que envidiar a Jerez porque como diría Erpenio: ''El sabio no envidia la sabiduría del otro", porque entonces no sería tan sabio.
 (Artículo publicado en Información Jerez el 29 de abril de 2006. Este fin de semana finaliza una nueva edición de la Feria de Abril sevillana)

Portada muy jerezana de una antigua revista dedicada a la Feria de Abril de Sevilla. En la misma vemos rincones de la Cartuja de Jerez y los poemas de nuestro paisano Juan Valencia.




martes, 24 de abril de 2012

ENCIERROS EN LAS IGLESIAS





Miembros de la sección sindical de CGT en el Ayuntamiento y afiliados a este sindicato protagonizan desde el pasado martes un encierro indefinido en la iglesia de San Francisco. Los manifestantes reclaman un “cambio de actitud” del Gobierno local respecto a la aplicación del Plan de Ajuste económico y especialmente en lo que se refiere a las medidas que afectan a la plantilla de trabajadores.

El encierro en las iglesias no es de ahora, en aquellos primeros pasos temblorosos de la Transición, por toda España se ponían los ojos en los templos como refugio y altavoces de las reivindicaciones sociales y políticas. En Córdoba el Obispo Cirarda, que fuese obispo auxiliar de Sevilla y vicario de Jerez, a quien le tocó vivir los últimos tiempos del franquismo y las primeras elecciones en democracia, se había mostrado dispuesto a cobijar en algunas iglesias varias reuniones obreras, llegando incluso a referirse a ello en una pastoral. En cuanto a Infantes Florido, había sido en Las Palmas el primer obispo que tuvo encerrados a obreros y líderes políticos en la catedral. “Los acogí con la vista puesta en el futuro que traía estas auras, unas veces acertadas, otras interesadas o manipuladas –comenta–. Pero lo hice consciente de que prestaba un servicio a la libertad, tan necesaria, y al respeto ante la causa de los derechos humanos. Lo vi con claridad y hoy me alegro de haber recibido aquel golpe de consecuencias negativas para mi persona”.

Ante el 1 de mayo el obispo Cirarda publicó una carta pastoral que trasluce una clara preocupación social, pues Dios, dice, “hizo la tierra para todos sus hijos y quiere que todos participemos en fraterna equidad de todos sus bienes”. Más adelante invoca el amor cristiano para conseguir que “todo hombre con posibilidades de trabajar encuentre el trabajo que necesita, reciba de él lo que precisa para vivir con su familia de acuerdo con la dignidad humana y alcance los cauces necesarios para que los trabajadores, como dice el Concilio con palabra medida, participen a nivel de empresa y en los niveles institucionales superiores donde se toman las decisiones económicas y sociales por sí mismos o por medio de representantes libremente elegidos”.

En el año 2001 el entonces portavoz de la CEE Monseñor Asenjo, hoy arzobispo de Sevilla,  se refirió al encierro de emigrantes en varias iglesias católicas, asunto del que acababa de hablar el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, miembro también de la Comisión Permanente episcopal. Según Amigo, el que los emigrantes recurran a las iglesias para sus encierros de protesta denota 'una especie de claudicación de la democracia'. 'No es que nos moleste a la Iglesia esta situación, pero ¿es que para reivindicar una cosa hace falta encerrarse en una iglesia? En nuestra democracia existen los sindicatos, el Parlamento y otras instituciones, y no debería hacer falta encerrarse en una iglesia para reivindicar algo”, reflexionó el entonces arzobispo de Sevilla.

Jerez no ha sido ajeno a todo este problema social y sus templos, especialmente la catedral y San Francisco han sido noticias recientemente por los encierros sindicales. En estos tiempos en los que tanto se reivindica un “cambio de actitud” con respecto a lo religioso, que tanto se pide que se retiren las ayudas institucionales a la Iglesia y que tanto molestan los símbolos religiosos, llama la atención que haya que recurrir a un templo para hacer presión por cuestiones que no son precisamente religiosas, quizás sea porque al final, para los casos difíciles y desesperados, todos cierran sus puertas menos la Iglesia.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 22 de abril de 2012 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Fotografía de hace unos años en la que vemos al anterior Obispo de Jerez Juan del Río conversando con los encerrados en la catedral jerezana.

viernes, 20 de abril de 2012

LOS CÁRMENES DE JEREZ

            
           EN LAS VÍSPERAS DEL ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN CANÓNICA DE LA VIRGEN DEL CARMEN DE JEREZ.

Decía el ilustre don José María Pemán que para conocer las tentaciones, atractivos y misterios de Granada había que meterse a fondo en ella unos días. Había que visitar el estudio de Morcillo, el magnífico pintor que empieza cien cuadros y termina diez; el estudio de Rodríguez Acosta, el Carmen blanco, sensual como una villa romana, recargada de curiosidades orientales; el carmen de la Antequera, donde Manuel de Falla vivió muchos años buscando el silencio. Carmen que conservó amorosamente la duquesa de Lecére, y hoy, revertido al Ayuntamiento, es precioso museo de evocaciones del compositor.

En Granada hay todo eso y mucho más: hay el cura que ha puesto todo el Evangelio en romances gitanos; el maestrante que sale de Corpus en Corpus; el carmen de Conchita, fundación de una muchacha que dejó su casa para capilla y para adorno -¡cómo no!-; tocadores con taracea y cornucopias con espejitos,... Hay como una deliciosa irregularidad latente; una mansa locura genial que vive soterrada de fiesta en fiesta.

Los cármenes de Jerez, también, tienen mucho de aquello que el insigne escritor gaditano utilizó para definir la esencia oculta de Granada. No son los cármenes de Jerez esas deliciosas quintas con huerto y jardín, tan peculiares de la ciudad de la Alambra, para conocer los cármenes de Jerez, hay que sentir los atractivos y misterios de cada 16 de julio, meterse a fondo en ese día. Hay que visitar el templo que se levantó allá por 1727 para honra y gloria de la reina del Carmelo, el Carmen de oro viejo, el Carmen solemne, el Carmen de Rodríguez de Losada y del escultor Rafael Barbero; embelesarse con su tesoro, sus ternos y ornamentos, pertenecientes al Carmen litúrgico de la provincia bética y su buena colección de pinturas de aquel palacio de la calle Francos que un día hospedó a un rey, hermano de un emperador y amante del botellón. El Carmen histórico de aquella Virgen que donó el padre Diego de Gabriel y que hoy sigue recibiendo enorme veneración en su camarín de Carmelo Vicenti, de aquella primera presencia carmelita en el Hospital de la Sangre, su traslado a San Benito, que abandonaron en tres horas, cuando la peste hizo convertir la casa en hospital. Un Carmen generoso de caridad que recibió en agradecimiento los terrenos donde hoy se levanta la suntuosa Basílica. Un Carmen expoliado y de un Carmen acogido en viviendas particulares para hacer aún más cercano lo que nunca ha estado alejado. El Carmen de un vetusto convento, que cayó la picota y que aún recuerda su monumento a la Virgen y los retratos de los venerables padres restauradores, un Carmen en sepia que conserva en la memoria solemnes procesiones eucarísticas por un antiguo claustro primorosamente adornado y un Carmen real con la estancia de unos monarcas para estar presente, un 23 de abril de 1925, en el acontecimiento más grandioso de la historia de esta ciudad, la coronación canónica por antonomasia.

El Carmen de Jerez, es el Carmen del día de fiesta sin importar que sea laborable, es el Carmen con sones de salteras y choques de abanicos. Carmen de costaleros arrodillados y fervorines de medianoche, el Carmen de los escapularios y de los tesoros ocultos que salen a la calle en forma de insignias y estandartes, un Carmen marinero en una ciudad que no es costera, un Carmen con aire patronal sin ejercer patronazgo sobre la ciudad, un Carmen con sabor a súplica en los difíciles momentos y de estampa bajo el cristal de la mesita de noche, amparando sueños.

Son muchos los Cármenes que inundan Jerez cada 16 de julio, el Carmen intramuros, el Carmen medalla de oro, el Carmen que llena cortejo procesional y calles, el Carmen de ayer de hoy y de siempre, sin más y sin menos.

Jerez saca hoy a la calle a su Virgen del Carmen y con Ella la historia de todos sus Cármenes.
 (Artículo publicado el 16 de julio 2005, festividad de la Virgen del Carmen)

23 abril de 1925. Momento en el que el Nuncio de S.S. en España Monseñor Tedeschini corona canónicamente a la Virgen del Carmen en el marco del parque González Hontoria.

martes, 17 de abril de 2012

EL TESTIMONIO DE GENOVEVA


Genoveva viene todos los años a Jerez para acompañar a su Cristo de la Buena Muerte. En su casa de la calle Lealas, la noble mansión que un día fuese residencia del Duque de Almodóvar, antepasado suyo y una de las personalidades más importantes de la historia de España, todos visten el hábito rojiblanco de la Hermandad del Prendimiento pero a ella le cautivó el Crucificado de su barrio.


El pasado Jueves Santo, gracias a mi amigo Antonio, pude departir una muy grata y cordial convivencia, colmada de atenciones, con ella, sus padres y su familia, así como admirar cuanta historia y arte atesora entre sus muros su residencia jerezana. Genoveva Serrano-Suñer y de Hoyos hunde sus raíces en la más ancestral nobleza jerezana y de nuestro país, títulos nobiliarios aparecen por doquier vía materna – ducado de Almodóvar del Río y de Algeciras, marquesado de la Puebla de los Infantes y de Hoyos…-, así como por parte de padre, en la historia más reciente de España, ya que es hija de Ramón Serrano-Suñer Polo, sobrino de Carmen Polo y Francisco Franco. Pues bien, la nobleza de Genoveva no le viene solo por la sangre sino también por su testimonio ante la vida. Jurista y profesora de Derecho Constitucional, su vida transcurría feliz con su marido Pedro, sus tres hijas y su nuevo embarazo, cuando, en febrero de 2006, una conductora se saltó un stop junto al colegio de sus hijas, desestabilizando a un motorista que se estrelló contra ella, causándole un traumatismo cráneo encefálico severo y provocándole un coma profundo. El instinto maternal hizo que protegiera con su cuerpo a sus hijas y con sus manos a su bebé llamado Pedrito.


Genoveva estuvo dos meses y medio en coma, mientras tanto su bebé siguió luchando por la vida con la ayuda de su madre desde su mundo inconsciente y, a su vez, esa criaturita luchó contra los duros tratamientos y las delicadas operaciones a cerebro abierto que le fueron practicando a su madre. Esa vida que llevaba dentro le fue dando fuerza también a ella, a quien le había engendrado, ofreciendo dos testimonios de generosidad sin límite. Pero es que cuando Genoveva volvió en sí y su hijo nació ambos eran iguales puesto que la madre había perdido la memoria y el destino le había puesto en el mismo puesto de arranque, ambos con la ayuda de los demás miembros de la familia tuvieron que comenzar a descubrir el mundo.


Hoy Genoveva, al margen de su rehabilitación, dando gracias a Dios por su recuperación y comprendiendo el sentido profundo de la vida, se dedica, con la fortaleza de su fe, a ayudar a los que de verdad lo necesitan: los pobres y enfermos. Todo lo ha conseguido con la ayuda de su marido y sus cuatro hijos pequeños que ella llama sus maestros por cuanto le han enseñado y ayudado. El testimonio de Genoveva ha quedado escrito en un libro que me dedicó y que se titula “Mis cuatro grandes maestros” en agradecimiento a sus hijos.
          
            Cuando terminé la grata visita, salimos de la casa y nos despedimos de la familia. Era la tarde del Jueves Santo, uno de esos jueves que dicen que reluce más que el sol, pero las nubes cubrían el cielo porque el sol lo llevaba yo bajo el brazo en forma de ejemplar testimonio, plasmado en un libro, con cuatro grandes maestros como protagonistas. Nunca había sentido tan de cerca el día del Amor Fraterno.

          (Artículo publicado el pasado domingo 15 de abril en Información Jerez y ayer lunes en VIVA JEREZ)

Año 1927. Escaleras del  palacio del Duque de Almodóvar del Río en la calle Lealas. 

viernes, 13 de abril de 2012

EL ADIÓS A LA BASE DE LA "LA PARRA"


EL pasado día 30 de junio una nueva etapa de la historia de nuestra ciudad ha vuelto a cerrarse, una institución con más de cincuenta años de vida, por motivos imperativos, se ha visto obligada a abandonar su estancia con los jerezanos. EI primitivo Aeródromo Carlos Haya, y actual sede del Ala 22 ha tenido que arriar por última vez la bandera nacional tras la clausura de sus instalaciones.

Cincuenta y cinco años han pasado desde que el Ayuntamiento de Jerez donara, para uso militar, unos terrenos conocidos como “La Parra”, al Ejército del Aire. Desde aquellas antiguas dependencias de Madre de Dios, el equipo de Aviación o los Gruman AIbatros, hasta la moderna torre de control o los actuales P-3 Orión de lucha antisubmarina, muchas transformaciones ha sufrido la infraestructura militar y la operatividad del Ejército es muy distinto de aquellos primeros años.

Con la desaparición de Ala 22 con sede en 1a Base Aérea se cierra todo un periodo de intensa colaboración entre la sociedad jerezana y el estamento militar. La presencia de la Base de la Parra, integrada por muchos hombres que por vocación profesional o por obligado servicio, han desfilado por sus instalaciones, ha sido una constante en todos los aconteceres de la vida local y pasa ya a ser parte de nuestra propia historia más reciente.

Una historia local que no olvida la importante colaboración en momentos tan dramáticos como el incendio originado junto a los depósitos de Campsa, en la catástrofe de trenes en la cercanía del Cuervo o incluso en la trágica noche de la explosión de Cádiz, en donde el cuerpo de Bomberos de la Base Aérea tuvieron una destacada actuación. Tampoco hay que olvidar su presencia en actos festivos y religiosos en los que la tropa y la banda de Aviación ofrecieron su granito de arena para el mayor esplendor de las celebraciones.

Destacando también la aportación de muchos caballeros del Aire a la vida de la ciudad, ostentando cargos de relevancia en distintos estamentos locales -casinos, equipos de fútbol, asociaciones religiosas, bodegas, hospitales, hasta como miembros de la corporación municipal jerezana; nombres como Luis Pardo, Jesús Grandes, Pedro González, Jaime Bachiller, Carlos González, Juan Fiz o el Padre Saturnino, por citar sólo algunos, han contribuido de forma destacada en diferentes esferas de la vida ciudadana. Sin olvidar, por supuesto, al servicio meteorológico, de tanta ayuda para la información del ciudadano.

La Base de la Parra –como el regimiento de España, los lanceros de Villaviciosa. o el regimiento de Infantería motorizada XXII- es ya parte del pasado, atrás queda cincuenta y cinco años de historia, quince mil personas, setenta aviadores muertos en acto de servicio y una impronta en el recuerd0 de los jerezanos.

Pero su presencia no ha sido infructuosa, Jerez cuenta con una importante red de comunicación aérea, gracias a la creación de un aeropuerto de líneas civiles construido gracias al apoyo militar. Y además como imperecedero recuerdo de la presencia del Ejército del Aire en nuestra tierra quedará una Corporación creada hace cerca de cincuenta años, con la colaboración de esta Base Aérea, para honra de su amantísima Patrona de la Virgen de Loreto y como vínculo de unión entre la ciudad v el estamento militar.

La Hermandad de Ntra. Sra. de Loreto queda como casa común de todos aquellos que un día formaron parte de la Base de la Parra  y que hoy no han querido abandonar su ciudad de siempre.

La Hermandad abre sus puertas para que ese vínculo de tantos años no se rompa, que cada diez de diciembre surja un nuevo encuentro fraternal, no ya en el viejo hangar adornado por Borrego, sino bajo la gran cúpula del templo de San Pedro, donde la mirada virginal de la Madre de Loreto, seguirá velando por todos sus hijos.
 (Artículo publicado en Diario de Jerez el 6 de julio de 1993 con motivo de la clausura de las instalaciones militares de la Base Aérea de Jerez. Mañana sábado muchos de los que hicieron su servicio militar en "La Parra" se reunirán, de nuevo en estas instalaciones para rememorar su paso por el ejército)

Momento de homenaje a los caídos en el acto de despedida de la Base Aérea de Jerez

Autoridades asistentes al acto de despedida






martes, 10 de abril de 2012

TODO PASA


           Pasó la Semana Santa, la levantá a pulso del Domingo de Ramos entre costales de nubes y búsquedas de luces. Pasó la encapotada amanecida y pasó la templada noche. Pasaron las salidas y las recogidas. Pasó la Entrada Triunfal y las Angustias del humilladero. Pasó el gesto del Perdón y pasó el gesto del desprecio. Pasó la Paz y también la Mayor Aflicción.

            Pasó el domingo y pasó el lunes. Pasó la juventud de un Lunes Santo que se hace mayor. Pasó la ciudad ante sus ritos y sus tradiciones. Pasaron las puertas que se abrieron y los llamadores que sonaron. Pasó la música de la banda y el canto de la saeta. Pasaron las imágenes y los pasos, los acólitos y los nazarenos, los capataces y los costaleros. Pasó la Cena y la Candelaria. Pasó nuestro Refugio y nuestro Socorro. Pasó nuestro Amor y nuestro Sacrificio.

            Pasó Jerez casi sin darse cuenta entre los muros de San Mateo, la luz de la cera, las torrijas y el azahar. Pasó la madre del monaguillo y el amigo del nazareno. Pasó nuestra Defensión y nuestro Amor. Pasó la Clemencia de San Benito y pasaron muchas cosas en martes como si no hubiera pasado nada cuando tanto estaba pasando.

            Pasó el martes y pasó el lunes. Pasó el remanso de la climatología y pasó al mismo tiempo la explosión de fe de un miércoles único. Pasó el sonido de las bambalinas golpeándose monorrítmicamente contra el varal o éste quejándose porque lo azotan las borlas de la cordonería. Pasó el rastrear de los pies y golpeo de las varas en el suelo. Pasó el Soberano Poder, el Consuelo y la Caridad. Pasaron los Dolores y Desamparos. Pasaron todas las Amarguras del mundo.

            Pasó la Carrera Oficial, con sus palcos ocupados y su prestancia de ciudad importante. Pasaron las Cruces de Guía y los estandartes. Pasó la flor encendida de pena y el farol luminoso de fe. Pasó la visita indeseada de la lluvia y la gloria de volver a vestirse de nazareno. Pasaron los balcones llenos y los retablos andantes. Pasaron hasta los “pasos”.

Pasó el Jueves, la Madrugada y el Viernes. Pasó intensamente cada minuto, cada instante, cada vivencia de la Semana Santa. Por el centro urbano pasaron los barrios y los extrarradios, los ausentes y los omnipresentes. Pasaron tantas cosas que ya muchas ni siquiera nos acordamos.

            Pasó el rito y la fiesta, la devoción y la cultura, el arte y la fe. Pasó Jerez con sus historia y su tradición, con sus luces y sus sombras, con sus positivos y negativos, con su hoy, con su ayer y con su siempre.

            Pasó la Semana Santa, pasó Dios por la ciudad, unos muchos pasaron de Él y otros pocos pasaron de todo lo que no es Él.
             
            “Todo pasa y todo llega” ya lo dijo el poeta, pero lo nuestro es pasar en la espera de que llegue un nuevo Domingo de Ramos.

            (Artículo publicado el pasado domingo 8 de abril de 2012 en Información Jerez y ayer en VIVA JEREZ)

Bella estampa del ayer del palio de la Virgen de la Piedad despidiendo a la Semana Santa de Jerez en el marco de un entorno hoy completamente transformado: Los jardines del Monte Calvario.

jueves, 5 de abril de 2012

VISITA INDESEADA


         Humanista, cristiano y soñador, Juan Delgado Alba fue un destacado abogado y cofrade sevillano. Su intensa vida cofradiera le llevó a pronunciar un sinnúmero de charlas por la geografía andaluza, incluyendo Jerez. Prolífero articulista y escritor, dejó para siempre escrito un antológico primer tomo de la colección “Semana Santa en Sevilla”, editado en 1982 por la Biblioteca de Ediciones Andaluzas S.A., cuyo director Antonio Zoido lo definió como el hombre capaz de sentir esa realidad que está por debajo de todas las cosas, esencia o noúmenos, realidad incógnita para los demás.

            Uno de los capítulos del libro lo titula visita indeseada: “La tarde, que fue azul, se ha cubierto de grises. La luz parece volverse opaca. Hay en el cielo, correr de nubes empujadas por un vientecillo fino y cortante. Primero hizo calor; nuestros cuerpos sudaban y acusaban el cansancio y el desasosiego que acompañan al bochorno. Ahora, el viento, se clava en nuestras carnes como puntas de alfileres. Huele a humedad. Es, este olor a humedad, un aroma tan viejo como la primera edad del mundo, cuando todavía los rayos del sol no habían acabado de secar la tierra, recién hechas por las manos alfareras de Dios. Los árboles agitan sus ramas como si temblaran, no sé muy bien si de deseo o de temor. Caen unas gotas de lluvia que marcan el suelo reseco con las estrellas de muchas puntas en que se abren al chocar contra él. Ya no hay tregua, la invitada no deseada se ha presentado en la tarde cofradiera”. Perfecta descripción de una jornada cofradiera cuando la lluvia cobra protagonismo.

Hemos llegado a la Semana Santa, dejando atrás un seco invierno anunciando una primavera de ensueño, que se ha visto sorprendida con una visita tan indeseada como temida. Pasó el tiempo de vísperas, donde todo se presiente desde que alguien, un día, nos dijo –Ya huele a Semana Santa - . Pasó la primera convocatoria en el cancel de la iglesia, la “igualá” de costaleros, la llegada de la cera, las visitas a orfebres y bordadores, los contratos con bandas y acólitos. Pasaron los domingos de Besamanos, la solemnidad de los cultos, los cabildos de salida, el reparto de túnicas y papeletas de sitio, el Pregón, los montajes de pasos y altares de insignias. Pasaron tantas cosas que parece increíble que de nuevo estemos en Semana Santa y todo ello sin importar que llueva o ventee, sin importar nada porque todo, hasta “los ensayos”, se pueden hacer de puerta para adentro, pero llega la Semana Santa y con ella, un año más, la visita indeseada, el agua que tanta falta le hace a los campos y tan poca a la Semana Santa.

            Se inicia una Semana Santa con tiempo inestable, como inestable es ahora todo lo que nos rodea, como inestable es cada vez más una sociedad que ni ella misma sabe hacia donde camina. Esperemos que la luz del sol vuelva a brillar porque como diría Delgado Alba: “ Sin él, sin el medallón del sol que cada Domingo de Ramos cuelgan en el aire los ángeles custodios de esta tierra, nuestros ojos no captarían la belleza de las formas ni la fuerza del color.” Que el sol vista de dorados reflejos la ciudad esta Semana Santa, una Semana Santa que, como la Cuaresma que hemos dejado atrás, nunca termina siempre pasa por mucho que una visita indeseada rompa todos nuestros planes.
           (Artículo publicado en Jerez Información el pasado domingo 1 de abril de 2012 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
Artística imagen del ayer de la Cofradía de la Borriquita en su regreso a la escuela de San José bajo la lluvia.


               

              

domingo, 1 de abril de 2012

PASIÓN POR JEREZ


A mi buen amigo Lete por su acendrada Pasión por Jerez y por las cosas de Dios.

Mañana comienza la auténtica Pasión por Jerez, no la de los políticos que esa pasión es discutible, sino la Pasión de siglos, la Pasión del sentimiento, la Pasión del cosquilleo por las mañanas y de las emociones por la tarde noche, la Pasión de los niños por ver los primeros nazarenos y de los mayores por reunir imágenes de siempre.

Mañana se inicia la Pasión por Jerez y para Jerez. Jerez se hace Pasión desde que la Borriquita inicie el camino unida a la ejemplar labor educativa lasaliana, el Perdón traslade al centro los esfuerzos por rehabilitar parte de la historia de Jerez, la hermandad mercedaria procesione con el carisma de quienes son guardianes de nuestro tesoro patronal, la Coronación haga presente su Pasión por  Jerez en su gracia torera y en su labor caritativa, y las Angustias se haga testimonio pasional de siglos con una Madre acunando a un Hijo, con todo el amor de cualquier madre jerezana.

La Pasión por Jerez volverá el Lunes Santo cuando la Hermandad de la Cena se sienta heredera de la historia sentimental de tantos costaleros y capataces jerezanos, la Candelaria sea abanderada del Jerez de los nuevos barrios, el Cristo de la Viga haga presente esplendores del Jerez de siempre, y el Amor y Sacrificio sea toda Pasión entre negros lutos y cientos de ramos cargados de peticiones.

Llegará el Martes Santo con el ejemplo de la constancia de una hermandad de San Benito que ha demostrado que la Pasión por Jerez no tiene fronteras, con un Cristo de la Defensión que recorre la ciudad impregnando el aire de espíritu cartujo y capuchino, con una Hermandad del Amor, haciendo honor a su nombre y con una corporación rojo y negra que, cargada de loable historia, ha desbordado su Pasión por Jerez reabriendo el más antiguo templo de la ciudad.

Alcanzaremos el Miércoles Santo esperando ver la proeza de unos cofrades valientes y tenaces que, por su Pasión por Jerez y su Semana Santa, llenarán de aromas cofrades nuevos barrios y avenidas, amparados en el Soberano Poder que les alienta y protege; viviremos la Pasión de un trocito entrañable de Jerez, trasladado al centro, gracias a una Virgen que es ya el Consuelo de sus gentes; nos vendrán sentimientos gremiales con aires de antaño con la cofradía de Santa Marta, nos sobrecogerá la Pasión caminante de Jerez tras el Señor Caído, la sublimidad mariana de Jerez en el palio de la Amargura y la grandeza de nuestra tierra que no entiende de razas ni de clases cuando Jesús del Prendimiento se pone en la calle.

El Jueves Santo traerá historia y tradición, tradición salesiana en la nueva Hermandad de la Redención que abrirá la Carrera Oficial a la ejemplar labor de los hijos de don Bosco, historia más remota en la de la Vera-Cruz con toda su aportación la religiosidad local, categoría carmelitana en una cofradía de la Lanzada que supo unir a toda la vida estudiantil jerezana para tan buen fin, intelectualidad dominica con la Oración del Huerto y abolengo del Jerez de arte en las manos del Mayor Dolor.

Nos vendrá la madrugada con la Pasión silente del aporte monumental del Santo Crucifijo, la espiritualidad según Jerez de la Buena Muerte; la Pasión por Jerez, o más bien la Pasión de Jerez, por el nazareno franciscano y por el Señor de Cristina cargado de jerezanismo, y al final, la Yedra, Pasión de las pasiones.

 Y llegaremos al viernes más santo de la historia, el viernes sin el que Jerez no se entendería, el viernes de la Inmaculada en las Viñas, el viernes del Cristo, Pasión de oro puro con sentimientos de bronce, el viernes de una Soledad entregada a su ciudad, el viernes de un Entierro Santo y extremadamente solemne y el viernes de la Virgen guapa de San Pedro que con su sola presencia es broche de oro de toda la Pasión por Jerez.

Se pone en marcha la auténtica Pasión por Jerez, que ni el tiempo la pare.
 (Artículo publicado en Información Jerez el 31 de marzo de 2007, en las vísperas de un nuevo Domingo de Ramos)

Bocinas de la Hermandad de las Angustias, anunciadoras de una nueva Semana Santa, en una imagen retrospectiva donde ni las túnicas ni la puerta de entrada son ya las mismas.