martes, 28 de mayo de 2013

COMO EL ROSARIO DE LA AURORA


 
Hay infinidad de versiones sobre el origen de la expresión “Como el Rosario de la Aurora” que se utiliza para definir algo que ha acabado de forma alborotada o con conflictos. Según al historiador que se consulte encontraremos una explicación y/o versión diferente, pero eso sí, todas tienen como denominador común que proviene de un Rosario que se rezaba -en algunos lugares aun se reza- de madrugada y en procesión por la calle. Hay versiones que nos hablan de que, efectivamente, había conflictos, si tenemos en cuenta que a la hora de salir el Rosario solían andar las rondas de jóvenes pendencieros por las calles, siendo frecuentes las confrontaciones. Otras dicen que en Cádiz existió una cofradía a la que llamaban “el Rosario de la Aurora” por su costumbre de alargar el rezo del Rosario hasta altas horas de la madrugada dando lugar a que el alguacil prohibiera sus rezos debido al escándalo que hacían por la calles. Los cofrades se negaron, e intervino la fuerza pública; parte de los vecinos se pusieron de parte de los cofrades y empezaron a arrojar a los policías cosas desde las ventanas. La policía entró en las casas desalojando a los vecinos y liándose una gran revuelta. Hay quien dice que el alguacil pertenecía a otra cofradía, y debido a la popularidad que estaba cogiendo la de la Aurora ( rivalidades tan andaluzas), decidieron boicotear el rezo, armando follón con cencerros, y claro, se lió la de Dios (y nunca mejor dicho..).

Otras creen que fue en Madrid donde a principios del siglo XX o en el siglo XIX era costumbre realizar el Rosario a estas inhumanas horas por la zona de San Francisco el Grande recorriendo las calles cercanas a esta iglesia. En uno de estos Rosarios se encontraron dos grupos de fieles avanzado por la misma y estrecha calle en sentidos opuestos. Ambas pías facciones reclamaban que el grupo opuesto dejase expedito el camino invocando su derecho de antigüedad sin que la caridad cristiana y la humildad asomarse en ninguno de ellos. El resto, puede imaginarse: acabaron a farolazos con intervención de las fuerzas de seguridad.

Y por último la versión más documentada nos sitúa en Sevilla cuando en 1840 se producen graves desórdenes en el Rosario del convento de San Jacinto y el propio Ayuntamiento solicita a la Mitra la prohibición inmediata de todos los Rosarios que salen en Triana por los incidentes que preocupaban, entre ellos, el uso amenazante de navajas, peleas continuas, expresiones deshonestas expresadas en alta voz, etc… con la particularidad complementaria de la presencia frecuente de jóvenes de corta edad, a los que se convencía llevasen las insignias. La Hermandad asume los hechos, pero hace firme prometimiento de no reincidir, afirmando que ha renovado totalmente su junta de gobierno, depurando antiguas responsabilidades y asegurando el orden de los Rosarios que a partir de ahora salgan. El Arzobispado, tras nueva insistencia del municipio, ordena la supresión del Rosario.

Lo ocurrido esta semana entre los vecinos de El Torno y San Isidro del Guadalete por la celebración de su romería nos recuerda mucho a la España profunda y a estos hechos ya felizmente superados. Parece ser que, finalmente, ha imperado la cordura y no se celebrará el acto hasta no esté garantizado el fin para el que se celebra que no es otro, tal como apuntó el Obispo, que el fomentar la devoción a la Virgen y la unión de todos, no causa de discordias y división. Mejor así, antes de tener que acabar como el Rosario de la Aurora.
(Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 26 de mayo de 2013 y ayer en VIVA JEREZ)
 
El Rosario de la Aurora, grabado de García Ramos para La Ilustración Española y Americana.



El Rosario de la Aurora. José García Ramos 1882




El Rosario de la Aurora. Eugenio Lucas Velázquez 1860.
 

 

miércoles, 22 de mayo de 2013

DOMINGO DE FERIA


 
En esta misma columna escribía, hace unos años, la tendencia que existe por estas tierras a celebrar las fiestas anticipadamente. Aquí llenamos las playas en primavera, cuando el frío aún azota los cuerpos y las dejamos vacías en septiembre cuando en pleno veranillo de los membrillos los calores son insoportables. Comenzamos a cantar saetas y a tocar marchas procesionales cuando no hay imágenes en la calle a quien dirigirlas, y luego llega un Sábado Santo, tan reivindicado por algunos, que en Sevilla, por ejemplo, se salva por el turismo y en Jerez, cuando había procesiones, las calles estaban casi vacías. El fin de semana anterior a la Feria las casetas y el real están concurridísimos y el domingo de Feria, por antonomasia, da pena ir por el poco ambiente y por lo que te sirven en las casetas. Se llena el Rocío el fin de semana cuando todavía la Señora no ha salido y cuando la Virgen entra en la ermita el público ha decaído notablemente. Y el colmo es la Navidad, un mes antes celebrando una conmemoración que aún no se ha producido y el mismo 25 de diciembre, día de Navidad, ya apenas se cantan los villancicos.

Todos los años ocurre lo mismo y todos los años se comenta al hacer balance. El debate le toca ahora a nuestra recién clausurada Feria del Caballo, durante toda la semana se ha venido hablando de suprimir el domingo, una jornada venida a menos con los años, especialmente, desde que los días de Feria se prolongaron hasta una semana, quitándole protagonismo a ese domingo ferial de antaño donde la fiesta llegaba a su cenit.  Ahora se habla de suprimir este último día puesto que no tiene sentido mantener toda la estructura de un festejo, con el gasto que ello supone, cuando el público lleva ya varios años dándole la espalda. El peligro es que si para el año que viene se suprime el domingo esa apatía hacia los últimos días y esa tendencia a celebrar la fiesta anticipadamente repercuta en el sábado, por lo que de aquí a unos años nos veamos también en la disyuntiva de suprimir este día.

Cuentan las crónicas de primeros de siglo que una de las atracciones  que gozaban de mayor presencia de público de la Feria jerezana era el desfile de carrozas de la batalla de las flores, que transcurría por los paseos Central y de las Palmeras, llegando a tener tal envergadura dicha batalla, que en el Real se colocaban sillas para el público y cuya recaudación se destinaba a la Asociación Jerezana de la Caridad. El resto de actividades que se anunciaban para estas Ferias de antaño eran carreras de caballos, conciertos de la banda municipal de Jerez, sesiones públicas de cante jondo en pleno recinto ferial e incluso un muy concurrido concurso de mantones de Manila. Costumbres que se han perdido con el tiempo pero que nos hablan claramente de la inventiva de los organizadores para que el ambiente festivo no decayera.

Independientemente de la duración de la misma quizás sea el momento de plantearse la forma de hacer el domingo atractivo, suprimiendo la noche pero no la mañana y el almuerzo, para ello podría ser positivo recuperar aquella parada hípica que se celebraba en nuestra ciudad hasta hace poco y que tanto público atraía, para que recorriendo el Real a las doce del mediodía fuera el colofón y sirviera para la clausura oficial de la Feria del Caballo jerezana. La tradición del domingo de Feria creo que lo merece.     
            (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 19 de mayo de 2013 y al día siguiente en VIVA JEREZ).

 
DESFILE DE LAS CARROZAS PARA LA BATALLA DE LAS FLORES EN EL FERIAL JEREZANO

 
 
 
 
 

martes, 14 de mayo de 2013

TOROS Y CAÑAS


 
 
Hipólito Sancho Mayi Díez de Aux-Sopranis (Sancho de Sopranis) fue un ilustre historiador portuense. De sólida formación humanística, se licenció en Derecho y Filosofía, haciéndolo después en Historia, la que sería su verdadera vocación, en las universidades de Deusto y Salamanca. Esta materia y el Arte se constituirían en ejes principales de su faceta investigadora, influyendo en todos los estudios históricos sobre la comarca ya que muchos investigadores posteriores han recurrido en uno u otro momento a su extensa obra, abarcando amplios y variados temas de la historia comarcal, sobre todo la de las ciudades de Jerez y El Puerto en las que acometió trabajos tan ingentes como la elaboración de una historia de las mismas. Tuvo una intensa y activa participación en la fundación y desarrollo del Centro de Estudios Históricos Jerezanos, tarea esta en la que colaboró estrechamente con su fundador Tomás García Figueras y que le llevó a publicar una interesante obra sobre la historia de Jerez de la Frontera desde su incorporación a los dominios cristianos, una edición que ahora cobra actualidad a las puertas de la conmemoración del 750 aniversario de esta reconquista.

Titula uno de los capítulos de la obra “Toros y cañas”, unos juegos que siempre dejaron memoria en la ciudad. Habla Sancho de Sopranis que la celebridad de los juegos deportivos que practicaban los caballeros jerezanos al parecer desde muy remotamente, pues hay tradición árabe en su maestría en la equitación a la jineta, no se había perdido por completo nunca. Y habiendo permanecido en honor entre ellos estos ejercicios, que aquí tuvieron el doble carácter de escuela de equitación y ocasión de lucimiento. Era el reducto donde la nobleza histórica conservó sus simpatías y sus odios, representando una considerable victoria de los nuevos lograr arrancar el monopolio de la organización de aquellos festejos. Dávilas y Villavicencios, con los colores de sus divisas, conservaban e1 rescoldo de las antiguas banderías del cuatrocientos.

Al mismo tiempo que los juegos de cañas, los caballeros jerezanos practicaban desde antaño el rejoneo y acoso de toros bravos. Lo consideraban como escuela especial de adiestramiento en la equitación. Los caballeros que querían, antes de su sacrificio en el matadero, los corrían por la llamada desde entonces Corredera. Con esto tenían ocasión frecuente de practicar su pericia en un ejercicio que ofrecía peligrosidad y en el que, por 1o tanto, se debía de estar alerta. No hay que perder de vista que esta manifestación taurina tuvo en esta ciudad una finalidad práctica y que fue preparar una caballería, maestra en la brida y en la jineta con la que tenía que enfrentarse al enemigo. Como bien apunta Sancho de Sopranis el olvidarse de todo ello es ponerse en trance de no situar debidamente lo que tiene en la historia local una importancia que transciende de las apariencias.

Acaba la fiesta taurina jerezana, heredera, en parte, de aquellos juegos medievales. Una fiesta a la que le vienen dando mucha caña últimamente y que tendrá que buscar su sitio como parte incuestionable de nuestra historia y de nuestra cultura siempre teniendo en cuenta que ya no vivimos en los años de la reconquista y que como acaba de manifestar recientemente el presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria, Miguel Cid, la fiesta de los toros debe "renovarse y adaptarse a los nuevos tiempos" para asegurar su pervivencia y una óptima "salida de la crisis". Lo dejó dicho Ortega y Gasset: “La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda”.
   
            (Artículo publicado el pasado domingo 12 de mayo de 2013  en Información Jerez y ayer en VIVA JEREZ)


Hipólito Sancho en su despacho portuense.

 
Caballeros jerezanos en la plaza del Arenal, lugar de celebración de las fiestas de toros y cañas.

martes, 7 de mayo de 2013

LA TOSCANA Y NAPA VALLEY


 
 
          La región italiana de la Toscana es tierra de excelentes caldos, desde su famoso y celebre Chianti hasta el alabado Nobile de Montepulciano o el exquisito y apreciado Brunello de Montalcino, sin desmerecer cualquiera de los vinos de producción local que el viajero podrá descubrir y degustar también en muchas de las Villas, Agriturismos y Casas Rurales que se enorgullecen de compartir con el huésped los caldos procedentes de sus viñedos. Durante un viaje por la Toscana es frecuente encontrarse con los carteles identificativos de las “Strada del Vino” lo que significa que en las cercanías de donde estamos pasa alguna de las 14 rutas del Vino que cruzan la región. Quien se decida por la ruta de Montepulciano podrá acercarse a la mencionada plaza central de la población en la que se encuentra la sede de información turística y en la que se pueden recopilar las noticias enoturísticas de la comarca y todos los detalles para realizar el itinerario de la Strada del Vino.

Por su parte el Valle de Napa (o Napa Valley) es una región de California, Estados Unidos, conocida principalmente por su producción de vino. Se sitúa a una hora en automóvil de San Francisco. El valle de 48 kilómetros de largo concentra más de 300 productores de vino y representa, de alguna manera, la nueva industria del vino, no sólo porque produce vinos de excelente calidad sino porque ha logrado la fusión con la gastronomía y el turismo. Cada año cerca de 8 millones de personas visitan el Valle de Napa, convirtiéndolo en una de las más populares atracciones turísticas de California, después de Disneylandia.

El Ayuntamiento de Jerez acaba de presentar el llamado Plan Especial de Desarrollo de Actividades de la Zona de Viñas es el documento que sirve como punto de partida al Plan de Promoción de Desarrollo de Viñedos, que se dio a conocer hace unos meses al sector hostelero y bodeguero de la ciudad.

La alcaldesa ha asegurado que con la redacción del Plan Especial el Ayuntamiento da un “paso histórico” para poner en valor la zona del viñedo del término municipal de Jerez, resaltando que como administración “debemos poner a disposición los instrumentos necesarios para potenciar el desarrollo económico de la campiña y a su vez conservar los valores patrimoniales y paisajísticos”.

Por su parte, el presidente del Consejo Regulador, ha resaltado “el atractivo y la importancia de este proyecto para nuestro vino y su conocimiento”, destacando que “los viñedos de Jerez cubren una gran superficie de terreno de albariza de una belleza paisajística única que contienen cortijos y caseríos de gran importancia”.

La idea de hacer un plan de promoción del territorio de viñas – según ha explicado Antonio Saldaña- surgió de “una visión de los propios agricultores en hacer de Jerez algo parecido a la Toscana o al Napa Valley, para que la zona de viñedo se convierta en un importante atractivo cultural y turístico más”.

             La riqueza y variedad del patrimonio cultural de la Campiña de Jerez, su amplio patrimonio arquitectónico y monumental, su interés histórico y técnico o representativo de las tradiciones populares le hacen estar a la altura de estas otras dos regiones vitivinícolas. Las maravillas de Napa Valley y la Toscana también las tenemos en Jerez solo hace falta que este plan sirva para potenciarlas y promocionarlas. Como diría el profesor Fernández Lira: “El copiar no es malo si lo que se copia es bueno”, y esto, por supuesto, es bueno.
              (Artículo publicado en Información Jerez el pasado domingo 5 de mayo y ayer en VIVA JEREZ).
 
Año 1910. Vendimiadores jerezanos al pie del castillo de Macharnudo en el cortijo del mismo nombre.