sábado, 31 de octubre de 2015

HUMILDAD Y PACIENCIA




         La semana nos ha dejado en nuestra ciudad varias noticias relacionadas con asuntos religiosos, por un lado el tan traído y llevado tema de los palcos de Semana Santa que de nuevo montará, en parte, el Ayuntamiento, es decir todos los jerezanos incluidos los miles de cofrades que también son jerezanos y pagan reglamentariamente sus impuestos. Y lo hará al igual que monta las estructuras e iluminación de la Feria del Caballo, el alumbrado navideño o la cabalgata de los Reyes Magos al ser fiestas importantes de la ciudad. También hemos conocido la fotografía que servirá para anunciar al mundo nuestro Semana Mayor, un instantánea muy original, distinta a lo que estamos acostumbrados, expuesta a la crítica como todo cartel que se precie y que recoge los nazarenos de la Hermandad de la Humildad y Paciencia.

Humildad y paciencia dos virtudes que cada vez son más necesarias en este mundo de hoy. La humildad se funda en dos cosas: en la verdad y en la justicia. La verdad por la que nos conocemos como somos; la justicia, que nos inclina a tratarnos según ese conocimiento. La paciencia es un rasgo de personalidad madura. Es la virtud de quienes saben sufrir y tolerar las contrariedades y adversidades con fortaleza y sin lamentarse. Esto hace que las personas que tienen paciencia sepan esperar con calma a que las cosas sucedan, ya que piensan que las cosas que no dependan estrictamente de uno, se les debe otorgar tiempo. Humildad y paciencia son rasgos de una sociedad que ve como cada día nuestros mandatarios nos sorprenden con propuestas que solo con humildad y paciencia pueden digerirse. La última, y ya que estamos hablando de religión, la del líder socialista prometiendo un estado laico si llegan al gobierno, que no aconfesional que es lo que hoy tenemos según recoge la Constitución y es, por tanto, lo aprobado por los españoles. El candidato socialista a la presidencia asegura que “el hecho religioso estará garantizado pero hay que avanzar hacia la laicidad de las instituciones”, un paso más para quitar poder a la Iglesia católica en España.        

Si finalmente lo consigue y le quita todo el poder a la Iglesia tendrá que sumar a los presupuestos del Estado todo lo que atiende la Iglesia: tres millones de euros por cada uno de los 5.141 centro educativo con 990.774 alumnos; 50 millones de euros en los 107 hospitales, 4 millones de euros en los 1.004 centros asistenciales y de beneficencia; 155 millones en gastos de Cáritas, 43 millones en Manos Unidas, cien mil euros por cada uno de los 937 orfanatos, 36.000 millones aproximadamente en el mantenimiento del patrimonio monumental, a lo que habría que sumar todo el voluntario católico que de no ser  así también habría que pagar.       

Y todo esto solo es una muestra de lo que gracias a las virtudes de la humildad que mueven estas acciones y de la paciencia de muchas personas que aguantan todo tipo de críticas por el mero hecho de pertenecer a una institución de siglos, que si por algo se ha caracterizado en su conjunto y a través de la historia es por su entrega desinteresada a los demás y a los valores cristianos.

¿En qué cifra se puede tasar la colaboración de los católicos a la sociedad si el estado tuviese que hacerse cargo de ella? Mientras la humildad y la paciencia sigan existiendo no habrá motivo para calcularlo.
 
(Artículo que publiqué el pasado domingo 25 de octubre de 2015 en INFORMACIÓN JEREZ  y al día siguiente en VIVA JEREZ) 
 
 
Iglesia de la Santísima Trinidad, sede la Hermandad de la Humildad y Paciencia, en una fotografía del año 1900
 

 

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