jueves, 17 de diciembre de 2015

NO SOLO UN BIEN CULTURAL

 


Para la Junta de Andalucía los bienes culturales son testimonios vivos de nuestra civilización, constituyen el más valioso patrimonio que conforma nuestra realidad y nuestro futuro. El patrimonio cultural de Andalucía es, sobre todo, rico, variado y complejo, eje vertebrador de identidad y factor clave del desarrollo andaluz.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha acordado esta semana inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico, como Bien de Interés Cultural, la actividad de interés etnológico de la Zambomba, que se celebra en las ciudades gaditanas de Arcos de la Frontera y Jerez de la Frontera. El régimen de protección aprobado incorpora instrucciones para salvaguardar a través de la educación esta expresión festiva y musical vinculada al flamenco, que constituye una de las celebraciones navideñas más genuinas de Andalucía. A nadie escapa que actualmente conviven dos tipos de Zambombas, la tradicional más íntima y otra que es la que se ha prodigado en los últimos tiempos mucho más comercializadas y masificadas. A ambas se refieren desde la Junta de Andalucía al afirmar que: “Su celebración suele comenzar por la tarde-noche y prolongarse hasta la madrugada. La preparación de la hoguera y la elaboración de dulces típicos como los pestiños, buñuelos y roscos sirven como apertura de cada cita. Los participantes, reunidos alrededor de una candela, entrelazan coplas y cantares con predominio de lo coral. Pequeños recesos permiten degustar los productos gastronómicos, que se reparten de manera gratuita. A esta modalidad tradicional se unen las llamadas 'zambombas mañaneras', que proliferan sobre todo en el núcleo urbano de Jerez de la Frontera y que tienen una mayor duración, desde el mediodía, e incluyen guisos tradicionales.” A lo que habría que añadir que, en esta otra modalidad, no solo no se reparten los productos gastronómicos de forma gratuita sino que, a veces y en ciertas horas, solo por algún que otro villancico nos recuerda que esa celebración tiene que ver con la Navidad.

Por eso no debemos nunca olvidar que esta celebración, como tantas otras de nuestra cultura occidental, tiene un fundamento cristiano, a pesar de que hoy se quiera apartar todo lo religioso de lo público. La Navidad y dentro de ella la genuina celebración de la Zambomba, es una fiesta cristiana y para los cristianos. La Zambomba es la celebración que Jerez hace del nacimiento que cambió la historia, la conmemoración de la venida del Redentor y lo hace como Jerez sabe, con arte, entre arraigadas coplas populares y productos de la tierra. La Zambomba jerezana es tan rica en matices que debe ser conservada en toda su pureza sin dejarse llevar por modas consumistas o intereses comerciales pero también sin dejar de lado su sentido religioso ya que su eje está en el nacimiento de Cristo, en el misterio que aconteció hace más de dos mil años en Belén, es a esa "carita divina" a la que van dirigidos los cánticos y las alabanzas, porque es por este Niño-Dios por quienes resuenan con alegría los cánticos de esta tierra. Hoy todo esto interesa dejarlo en un segundo plano y realzar solo su aspecto cultural, pero este bien cultural quedaría completamente vacío sin esa base religiosa y sin ese mensaje de paz y amor que nos trae la Navidad, un mensaje que sobrepasa lo cultural para ser todo un bien de la humanidad.
 
(Artículo que publiqué el pasado domingo, 13 de diciembre de 2015, en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
"Sordera de Jerez" en una  Zambomba familiar de las de antes
 

 

viernes, 11 de diciembre de 2015

SALVEMOS EL VILLAMARTA




La alcaldesa acaba de lanzar la voz de alarma sobre la Fundación Teatro Villamarta, haciendo un llamamiento para salvar el coliseo jerezano. "La ley es muy simple; cuando una empresa tiene dos años de pérdidas está en causa de disolución" han sido sus palabras. Recordando que la urgencia es "sacar 600.000 euros para salvar el Villamarta". Ni el Ayuntamiento ni la Junta pueden sacar 600.000 euros en este momento y, por lo tanto, la única vía que queda son los patrocinios. Así las cosas el coliseo jerezano vuelve a estar en situación delicada.

Hace unos años, en Málaga, el actor José Sacristán mostraba su visión de la actualidad del mundo de la cultura, más concretamente del teatro y del cine. Según el actor, el teatro como espectáculo cuenta en la actualidad con la afinidad de un gran número de personas, pero no el suficiente como para subsistir como fenómeno social, por lo que necesita del apoyo de las instituciones. “El teatro privado ha desaparecido, no es un negocio”, aseguró.  En julio de 2011 y en esta misma columna semanal de “Jerez intramuros” escribía sobre este asunto cuando las dificultades económicas se hacían presente en el Villamarta. Desde sus inicios este teatro ha sido un orgullo para la ciudad y un prestigio para toda compañía, artista o relevante figura que ha pisado sus tablas. Pero también ha sido víctima del maleficio que parece recaer sobre este espacio urbano pues, tras distintas épocas de esplendores, no es la primera vez en el que el coliseo jerezano ve caer sobre él la sombra del cierre y el abandono. Acababan, entonces, de saltar las alarmas, la crisis había recortado las ayudas de la Junta de Andalucía y Gobierno en más de un 50%, mientras el Ayuntamiento no cubría los gastos fijos de un teatro que ya entonces contaba con más de 2 millones de déficit, duplicando el pago que el propio municipio invirtió por su compra. Cuando parecía que en sus 85 años de historia el Villamarta se había consolidado como la gran oferta cultural y festiva de ciudad, que su reapertura en 1996, tras diez años de lucha, desde su último cierre, había supuesto una apuesta segura para mirar a su futuro sin temores, llegaba esta complicada situación que pudo haber desembocado en un nuevo cierre.

De nuevo salta ahora la alarma por lo que hay que volver a hacer notar la voz de la ciudadanía, como ya se hiciera en su momento, para buscar los causes que eviten el temido cierre y potencie la oferta cultural del mismo. Las primeras voces ya se han pronunciado reclamando iniciativas que apuesten por un teatro de tanto prestigio y que tanto ofrece a la ciudad.

El teatro es de vital importancia en cualquier sociedad ya que es generador del desarrollo de la expresión creativa natural que todo ser trae consigo, estimulando tanto las cualidades como los valores morales y la autoestima. Además, tiene la fascinante tarea de la creatividad en grupo, la sensibilidad, la apreciación artística y la expresión, factores que contribuyen al espíritu social de todo individuo. En una pequeña o gran ciudad, un gran teatro es el signo visible de su cultura. Salvemos nuestro teatro. Que no haya que esperar, de nuevo, un milagro para que el Villamarta siga abriendo su portentoso telón que nos hace embutirnos en la magia de su grandiosidad.
 
(Artículo que publiqué el pasado domingo 6 de diciembre de 2015 en INFORMACIÓN JEREZ y el miércoles siguiente en VIVA JEREZ).
 
Interior del teatro Villamarta antes de su última remodelación.
 

 

jueves, 3 de diciembre de 2015

TIEMPO DE PAZ




Existe en Jerez una imagen de la Virgen, en el templo de San Marcos, ante la cual y en numerosas ocasiones se habían llevado reconciliaciones de litigios entre nobles caballeros. Según acta documental, el 15 de marzo de 1541 se creó la Hermandad del Santísimo Sacramento y Santa María de la Paz. Tomando por titular a Jesús Sacramentado y a esa imagen de la Virgen ante la que tantos caballeros firmaron la paz y posteriores concordias.  475 años se cumplirán en el 2016 de la creación de esta Hermandad Sacramental.  Pues bien, 475 años después la paz sigue siendo esa paloma blanca que de vez en cuando se nos escapa para dar paso a los conflictos y las guerras.

A pesar de todos los pesares – envidias, odios y resentimientos- de cuanto pueda enturbiar el alma humana, necesitamos serenidad, tranquilidad y paz. Y el deseo de paz es tan necesario para poder alcanzar, siquiera un rato, la felicidad, que solo a un trastornado se le puede venir en ganas el impulso violento de la agresión. Sin embargo, es palpable, que hay odio, resentimiento y enfrentamientos en el mundo actual. Ambiciones e intereses oscuros dispuestas a llevarse por delante, o al menos intentarlo, a cuanto se le ponga enfrente. Razones para quienes han de justificar permanentemente sinrazones de comportamiento. Por todo eso y mucho más hemos de esperar paz. Hemos de pedir paz externa e interna. La paz se nos pierde en la historia y en el tiempo, la paz de antes y la paz necesaria de hoy. La paz fecunda que cada vez es más necesaria que nos invada. Esos tiempos de paz que deberían ser eternos.

En muchas ciudades de España en este fin de semana se ha encendido la Navidad. Con el encendido del alumbrado navideño las ciudades se transforman, cobra vida y alegría, llenando de musicalidad y de color el ambiente. Con la luz de la Navidad vuelven los villancicos, las tradicionales coplas de Nochebuena que nos llenan de mensajes de amor y de paz. Solo hay que volver a oír esa “Noche de paz” que es todo un himno del amor y de la fraternidad en el mundo, para sentir que la Navidad es tiempo pacificador y de justicia. Porque no olvidemos que la paz no existe si no hay justicia. Esa justicia que significa que los derechos de todos son respetados, que todos son considerados iguales en dignidad, que nadie es marginado ni discriminado por sus ideas, religión, raza, color de la piel, situación económica, o situación sexual. Hay justicia cuando todos tienen igualdad de oportunidades y pueden ser satisfechos en sus necesidades básicas de salud, vivienda, educación y trabajo. No hay justicia cuando algunos tienen mucho y les sobra, y muchos tienen poco o nada, y les falta. Navidad es solidaridad y hacer esfuerzos para que esa paz, que tanto mencionaremos estos días en esas tradicionales coplas de Nochebuena, se haga realidad y no se esfume como el humo de las fogatas zambomberas.

Después de tantos siglos los caballeros del mundo siguen empeñados en que la paz y concordia brille por su ausencia, que los conflictos y las armas sigan protagonizando titulares de prensa. No es tiempo de bombas sino de paz, ya lo dijo Albert Einstein: “Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: La paz.”
 
(Artículo que publiqué el pasado domingo, 29 de noviembre de 2015, en INFORMACIÓN JEREZ y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
Santa María de la Paz y Concordia. Parroquia de San Marcos. Jerez.