martes, 26 de abril de 2016

PIÑÓN FIJO




          "Ser alguien de piñón fijo" es un modismo que se utiliza en referencia a una persona que es reticente a cualquier tipo de cambio, ya sea de opinión o de comportamiento. Su uso denota terquedad y obstinación.

            La expresión procede del argot ciclista. Se conoce como bicicleta de piñón fijo a aquella que cuenta con un piñón que va asociado al giro de la rueda. Esto significa que los pedales se mueven siempre al ritmo de la rueda y que si se bloquea el movimiento del pedal, la bicicleta se para. Al tener un solo piñón, significa también que, para una determinada cadencia de pedaleo, la velocidad a la que avanza la bicicleta se mantiene invariable. Las primeras bicicletas eran de piñón fijo, siendo el piñón libre una invención posterior. La manera de funcionamiento de este tipo de bicicletas ha hecho que se utilicen como metáfora de quien no cambia. De ahí el origen de la expresión. 

         Hay situaciones en la vida política que se asemejan mucho a la mecánica de las bicicletas de piñón fijo: si paras de dar pedales te tira y si no dejas de pedalear te revienta. Lo malo es que muchas veces no se puede elegir. Algo de eso tiene la vida política española que nació tras las elecciones del 20D. Estamos abocados a dejar de dar pedales –armar un gobierno endeble- y salir disparados por los aires, o bien continuar pedaleando y acabar reventados en un sinfín de elecciones hasta que las urnas nos den los números precisos para armar un gobierno con fecha de caducidad más allá del medio plazo.

    La estadística dice que casi un 90% de los votos están adjudicados ideológicamente, independientemente de la situación que viva el país, y que acabarán en las urnas haga frío o calor, llueva o salga el sol. El sector conservador controla un mínimo de votos, y el progresista o de izquierdas otro. Y luego está el resto, que vota no pensando en unos colores concretos sino en qué es lo mejor, y lo justo, en función de la situación que impere en el momento. Y esos son de cada diez, uno. Por lo que de repetirse las elecciones da la impresión que poco va a variar el panorama político. Y todo ello porque el que va a piñón fijo tiene fijada una idea u objetivo y no se aparta de él aunque se le den razones de peso para hacerlo. Las más que previsibles nuevas elecciones parecen que van a suponer un gasto inútil, todo se verá. 

          Mientras tanto las motos han vuelto a inundar Jerez con motivo del campeonato mundial de motociclismo. Los aficionados a las dos ruedas saben que el piñón de ataque de serie tiene 13 dientes, que algunos cambian por uno de 15 dientes. Con 13 dicen que la moto circula un poco “nerviosa”. En los semáforos sale disparada, y para circular por ciudad hay que cambiar continuamente de marcha para no llevarla demasiado revolucionada. Cambiando el piñón por uno con más dientes se consigue que las marchas se puedan estirar más, pudiendo llevar la moto menos revolucionada, y que la velocidad punta aumente. 

        El país necesita un piñón de más dientes que acabe con el nerviosismo actual, que evite cambiar continuamente de marcha y ofrezca estabilidad en vez de revolución, antes de que, por tanto ir a piñón fijo, acabemos reventados.

          (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 24 de abril de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ )


El Moto Club Jerezano fue el precursor de las carreras de motos en Jerez, celebrándose las primeras en la cercana playa de Valdelagrana.


        

jueves, 14 de abril de 2016

LA PLAZA VARGAS



             Los vecinos de la plaza Vargas siguen en su lucha por recobrar la tranquilidad nocturna con la esperanza puesta desde que a finales del pasado diciembre, se llegaba a la conclusión de peatonalizar la recoleta plaza para que los negocios pudieran instalar allí terrazas y ofrecer un servicio más dirigido a la tapa que a la copa larga. Según pudimos leer entonces para ello tendrían que adaptar su licencia a bar, con lo cual podrían abrir y cerrar antes. En definitiva, convertir la plaza Vargas en un espacio más enfocado al disfrute diurno que nocturno. Es necesario encontrar de una vez soluciones que permitan compaginar el descanso y la tranquilidad de los vecinos con el interés y el atractivo turístico de toda esta zona cada vez más frecuentada por todos aquellos que gustan disfrutar de las entrañas y el palpitar de la ciudad.

         La plaza Vargas en la encrucijada de calles típicas, con el sabor del Jerez antiguo, como Santa Isabel, Amargura, Latorre, Letrados o Pozuelo forma un recoleto rincón lleno de recuerdos de aquella barbería, la imprenta, la carbonería, la añoranza de El habichuela con su comida casera tan degustada por soldados y viajantes, el almacén de Marcano, la tienda de antigüedades o el popular Dos Deditos que aún sigue. Una pequeña collación que se esconde tras el bullicio de Consistorio o el entramado monumental que rodea a nuestra catedral. 

       Indagando en la historia de esta plaza y su nomenclatura hemos podido saber que el apellido Vargas-Machuca es netamente jerezano. Hace ya cerca de 800 años que brilla en los anales de España el apellido Vargas, y más de seiscientos que se le ve unido con el honorífico apodo o acuña de Machuca, que adquirió el insigne guerrero Diego de Vargas por el admirable denuedo y rara valentía, con que machucaba a los moros en la batalla de Jerez, en el año 1232. Desde aquellos remotos tiempos, sus descendientes han enaltecido el renombre de su antecesor, brillando en las Órdenes Militares, señalándose en las batallas con proezas y nobles hazañas y desempeñando con aplauso y acierto, importantes cargos y elevadas dignidades, siendo muchos los que hasta en nuestros días, sostienen en Madrid, en Extremadura, en Andalucía y otras partes, el esplendor de su esclarecida estirpe, de modo que entre los más antiguos y frondosos árboles genealógicos de España, ocupa su lugar, el de la casa de Vargas- Machuca. También hay constancia de que en este lugar habitó, en el siglo XVI el canónigo Vargas que, según cuenta la historia de la ciudad, escribió un libro titulado De Recto Uso Divitiarium -De la Buena Distribución de las Riquezas-. Al parecer, el canónigo perteneció a la familia Vargas-Machuca. 

          La plaza Vargas, con toda su historia de luchas y hazañas, ha vuelto a ser testigo esta pasada Semana Santa del paso de cofradías compatibilizando perfectamente el ocio con la celebración religiosa, sirviendo sus angostas calles que la circunda de hermoso marco que han hecho las delicias de jerezanos y visitantes. Una compatibilidad que es de desear no se esfume como el humo del incienso o los sonidos de las marchas procesionales que estos días han inundado sus esquinas sino que llegue también a esas noches de sueño y ocio sin tener que machucarse unos a otros.  

          (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 10 de abril de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ )



Dibujo representativo del jerezano Diego Pérez de Vargas en plena lucha contra el ejército invasor.


sábado, 9 de abril de 2016

DE INTERÉS INTERNACIONAL



          Entre las proposiciones aprobadas por unanimidad esta pasada semana en el pleno municipal del Ayuntamiento de Jerez y a propuesta  del Grupo Municipal Popular ha sido el apoyo a la declaración de la Semana Santa como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, que ha incluido una enmienda del Grupo Socialista para retomar el expediente de su declaración como de Interés Turístico Internacional.

          La declaración de Fiesta de Interés Turístico Internacional es una distinción de carácter honorífico que se concede en España por la Secretaría General de Turismo del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio a las fiestas o acontecimientos que supongan manifestaciones de valores culturales y de tradición popular, con especial consideración a sus características etnológicas y que tengan una especial importancia como atractivo turístico. Esta categoría fue creada en 1979 para ajustar las nuevas competencias de los ministerios en la transición. Desde 1965 y hasta 1979 solo existía la declaración de Fiesta de Interés Turístico, y con la nueva reforma las denominaciones honoríficas se dividieron en tres escalafones: Fiestas de Interés Turístico Internacional, Fiestas de Interés Turístico Nacional y Fiestas de Interés Turístico. A día de hoy, entre otras fiestas, hay 23 de ellas que son celebraciones de Semana Santa. 

          El Ministerio asegura que, como establece la ley que regula el título, este se concede cuando concurren "relevantes circunstancias en cuanto a la promoción turística de España en el exterior". Elemento clave para obtenerlo, es, además, que la fiesta en cuestión haya sido Fiesta de Interés Turístico Nacional durante los cinco años anteriores.

         Jerez cuenta con una de las Semanas Santas más importantes de España, con cofradías e imágenes de marcada antigüedad, calidad artística y estilo propio, con una genuina e incomparable simbiosis que se genera entre el evento, el recorrido y los distintos barrios. La integración y la ambientación de las procesiones en la propia historia de la ciudad conllevan que el turista pueda venir a ver algo diferente y de gran valor. La ciudad tiene de nuevo una gran oportunidad para situarse en el mapa turístico internacional. A través de esta declaración, se podría acceder a fondos en preferencia competitiva o en exclusiva. Las pernoctaciones y visitas a la ciudad en esa época podrían incrementarse, así como la divulgación internacional y el seguimiento de importantes medios de comunicación. Desde el punto de vista turístico Jerez se incorporaría a una categoría superior más extensa e importante para que venga más gente y de más lejos a ver la Semana Santa, y supondría un verdadero reto para las cofradías. También supone hacer más hincapié en la conservación patrimonial y etnográfica de la ciudad. 

         El tener esta calificación proporciona a un municipio más promoción externa, un mayor número de visitantes y que los sectores turísticos se vean beneficiados económicamente. A pesar de ello, es un proceso lento, que tardará en ver sus frutos, aunque no todos son luces porque también hay que procurar no caer en esa masificación que actualmente padecen capitales como Málaga y Sevilla con los graves problemas que ello supone y menos aún, en esa secularización tan de moda. En Jerez, afortunadamente,  esas consecuencias aún no se perciben. Tenemos una Semana Santa, sin lugar a dudas, de las más espectaculares a nivel mundial, digna de promocionar pero también de cuidar para que no pierda su encanto y sus propias esencias.

           (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 3 de abril de  2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ ).




lunes, 4 de abril de 2016

CANTIDAD Y CALIDAD



          Como en la vida misma, la cantidad, el volumen o las grandes cifras son siempre mucho más espectaculares a los ojos del espectador. Es mucho más atractivo poder presentar datos grandilocuentes. Todo el mundo quiere crecer, y si es de forma rápida, mucho mejor. Preguntadle a cualquier niño si quiere ser Peter Pan toda la vida… ¡Quiere ser mayor y lo desea YA! Pero para que un niño crezca sanamente hay que cuidarlo, alimentarlo, velar por sus intereses, en definitiva, tratarlo bien. Y así pasa en todos los ámbitos de la vida.

         Acaba la Semana Santa, una Semana Santa que vuelve a crecer en todos los aspectos y también en números por lo que de nuevo salta la pregunta que por repetida no es menos actual: ¿Qué es mejor, la calidad o la cantidad? Este es un debate permanente y que es muy importante en el desarrollo de esta celebración. En estos tiempos debido a la globalización, se debe ofrecer al mismo instante la cantidad y calidad que se necesita pero sin anteponer la cantidad a la calidad, sin darle más importancia a los números que al auténtico testimonio que da fundamento a la Semana Santa.

          Ahora parece que en la Semana Santa se cuenta todo, tiempo de paso, metros de recorrido procesional, porcentajes de probabilidad de lluvia, integrantes de las bandas de música, número de cofradías que saca un mismo capataz y cuantos costaleros forman sus cuadrillas, luces de las candelerías de los pasos de palios, integrantes del cuerpo litúrgico y sobre todo nazarenos que parecen que son los únicos que dan importancia a una cofradía en la calle porque en función de la cantidad se es más o menos, sin contar, en la mayoría de los casos, la calidad de lo que se presenta. 

             Frente a lo accesorio, lo fundamental. Lo que de verdad importa. Dicen que no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita y esto también se le podría aplicar a la Semana Santa porque hablando de conteo se podría contar el número de momentos mágicos que nos ha regalado cada cofradía, los instantes de silencios frente al ruido y la palabrería, esos que tanto trabajo cuesta conseguir; numerar las miradas llenas de fe y devoción, las penitencias por promesas, el número de personas que hacen posible desinteresadamente que las cofradías se pongan a la calle, quienes respetan y piden respeto. Todo esto no es tan espectacular pero es lo que da autenticidad a nuestra Semana Santa, muy por encima de números o de estadística por mucho que sigan siendo  datos que puedan interesar para ver la evolución de la Semana Santa en general y que para una mayoría le sirve para etiquetar en función de esa cantidad que no siempre aporta esa calidad que es la base de nuestra Semana Santa.  

           Una Semana Santa que nunca termina siempre pasa y que, también, hay que cuidarla, alimentarla, velar por sus intereses, en definitiva, tratarlo bien para que siempre la calidad prevalezca por la cantidad.

             (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 27 de marzo de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ )



Cruz de penitencia. Fotografía de Eduardo Pereiras.