sábado, 10 de diciembre de 2016

DIORAMAS


 


            El pasado viernes se dio el pistoletazo de salida a las fiestas navideñas en nuestra ciudad. El encendido del alumbrado, la puesta en marcha del Mercado Navideño en la plaza del Arenal, la inauguración del tradicional Belén Monumental de la Alameda Cristina y de la XXXVI Exposición de Dioramas de Nacimientos de la Asociación de Belenistas de Jerez, junto a la apertura del periodo oficial de celebración de zambombas, abren un ciclo festivo que, un año más, harán única y sumamente atractiva a la Navidad en Jerez.

            Por su singularidad quizás sea la Exposición de Dioramas de Nacimientos la que más público atrae, sobre todo entre los más pequeños, dada la variedad y belleza de las escenas representadas. Cuentan los propios belenistas que fue allá por el año 1979, cuando Manuel Valencia Iglesias, recién elegido presidente de la Asociación de Belenistas de Jerez, pudo admirar en un viaje profesional a Barcelona, una exposición de pequeños belenes alojados en cajas de madera que, bajo el nombre de Dioramas, se mantenían expuestos de manera permanente en la parroquia de Belén de la Ciudad Condal. Era por entonces esta modalidad genuinamente catalana, absolutamente desconocida por los belenistas jerezanos y por tanto en nuestra ciudad y su entorno.

            Fue tal el entusiasmo que produjo en Manuel Iglesias este tipo de belenes, de pequeño formato pero de minucioso y detallista acabado, que la directiva entonces vigente no dudó en adoptarlo para difundir en nuestra ciudad esta nueva posibilidad de construir un Nacimiento. Era entonces la época en que al amparo del argumento de las reducidas dimensiones de las modernas viviendas, se solía renunciar a sacrificar buena parte del espacio vital disponible para la instalación de un Nacimiento tradicional, montaje que requería de mayores espacios.

            Aún recuerdo aquella primera exposición en la entonces sede de la Academia de San Dionisio, actual Sala Pescadería Vieja, y las largas colas de visitantes para contemplar esta novedosa forma de montar un Belén. En el año 1983 la exposición se traslada a los claustros de Santo Domingo que habían pasado a ser gestionados por la recién creada Fundación Andrés de Rivera, allí permanecería la exposición hasta el año 1987 que se muda a la sala expositiva Callejón de los Bolos, donde se monta durante dos años consecutivos, para en 1989 volver a los claustros de Santo Domingo que es lugar donde continuó celebrándose hasta el cierre del recinto en 1999, volviendo entonces y de nuevo al Callejón de los Bolos. Tras la reapertura del conjunto monumental de los claustros de Santo Domingo la exposición ha vuelto a tan emblemático lugar.

            Hoy los Dioramas jerezanos son conocidos mundialmente puesto que, a petición de numerosos organismos oficiales, entidades públicas y privadas, comercios, asociaciones, etc.,  han sido expuestos en muchas localidades, causando admiración y todo tipo de elogios por su lograda realización. En Jerez los Dioramas han calado profundamente en las tradiciones navideñas jerezanas, siendo esta anual exposición una cita obligada por la que desfilan año tras año, decenas de miles de personas.

Sirvan estas líneas de publico agradecimiento a cuantos artistas y artesanos belenistas nos han deleitado cada Navidad con estas obras de arte que rememoran, en tan pequeño espacio pero con maestría admirable, el acontecimiento más grande de la humanidad, el que cambió la historia del mundo, un hecho transcendental y único, sobre todo para la vida cristiana: EL NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS. 
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo  4 de diciembre de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
Año 1999. Exposición de Dioramas de la Asociación de Belenistas de Jerez montada en la antigua bodega "Callejón de los Bolos", 
 
 
     
           

jueves, 1 de diciembre de 2016

ALTILLO DE ALTURA





Siempre me llenó de curiosidad esa finca que, al final de la Avenida, en Jerez la Avenida siempre ha sido la de Álvaro Domecq, se escondía entre una frondosa arboleda por donde paseaban tranquilamente pavos reales y patos, entre cuya maleza se adivinaba una capilla de estilo medieval y una cristalera que daba paso a una casa donde todo era misterio.  Pasado el tiempo pude conocer que se llamaba El Altillo y que allí vivían descendientes del fundador de González Byass.  Fue en 1908 cuando su nieto Cristóbal de la Quintana, contrajo matrimonio con su prima hermana Margara González Gordon y estableció la residencia familiar en aquella finca donde vivió con sus siete hijas, las conocidas como Niñas del Altillo, que crecieron en aquel vergel en una educación de amor no sólo a la naturaleza y a los muchos animales que deambulaban por la finca, cuidados con mimo por estas hermanas, sino también a sus semejantes, que siempre estaban dispuestas a ayudar, una generosa actitud que les hizo ganarse el respeto y la admiración de todos los que las trataron.

 El Altillo, con la familia de las hermanas De la Quintana González-Gordon, era una auténtica escuela de las buenas costumbres, dentro de la más exquisita educación victoriana. Salvo una de ellas todas permanecieron solteras y siguieron viviendo en tan bucólico lugar hasta el final de sus días. Antes de que dejaran este mundo llegarían los lamentables sucesos que todos conocemos.

Afortunadamente aquel oasis, aquel pulmón verde al final de la Avenida, no sucumbió a la ambición especuladora y la altura de aquel lugar, altura por su situación en un cerro, altura por la calidad humana y altísimo nivel cultural de las que lo habitaron, tendrá próximamente un fin que tiene mucho que ver con esa condición humanitaria y social que siempre inspiró a las hermanas De la Quintana.   

Un testigo que ahora Universo Santi tomará con fuerza y unirá al legado de Santi Santamaría para que la Finca El Altillo vuelva a ser ese vergel en lo mejor de Jerez donde convivan Solidaridad, Naturaleza, Cultura y Gastronomía. Un proyecto que contará con un centro de formación en hostelería para personas con discapacidad así como una escuela de jardinería. En este sentido, la intención es crear una huerta ecológica con productos de la tierra en el mismo espacio y un centro de investigación en acuaponía e hidroponía. Entre las finalidades principales de Universo Santi se encuentra favorecer la integración laboral y social de personas con discapacidad para su vida autónoma e independiente, además de vincular la oferta a la memoria del chef Santi Santamaría y su apuesta por la excelencia en la restauración utilizando productos de la tierra. Todo un acierto que vendrá a ennoblecer aún más este hermoso y privilegiado espacio donde se respira humanidad y naturaleza por todos sus rincones.

Como apunta Purificación González de la Blanca en su libro El invierno de las rosas las hermanas de la Quintana vivieron el fin de una época derrochando bondad, generosidad, saber estar, elegancia y distinción. Ahora con esta nueva iniciativa para El Altillo la altura de miras no se perderá y esas rosas, que con tanta fuerza lucharon para que no le arrancaran de esas tierras que le hicieron florecer, seguirán impregnando con su aroma esa finca melancólica y misteriosa como si llegara para ella una nueva primavera.
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 27 de noviembre de 2016 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
 
 
Imagen retrospectiva de El Altillo
 
Reunión familiar en El Altillo.