viernes, 14 de julio de 2017

EL PADRE RAMOS




          Se acaban de cumplir los doscientos cincuenta años del nacimiento del sacerdote jerezano Juan Ramos Sánchez que se distinguió, durante toda su vida, por su gran ilustración, su aportación al desarrollo de la agricultura, a la instrucción pública y a las obras benéficas. Desde 1875, por acuerdo municipal, cuenta con una calle con su nombre en el barrio de Vallesequillo

          Don Juan Ramos Sánchez, un dominico exclaustrado que había ejercido, en su primer destino, como profesor del colegio de Santo Tomás de Sevilla, llegó a Jerez en 1823 como cura auxiliar de San Pedro. Algunos historiadores aseguran que este puesto no lo llegó a desempeñar. El caso fue que tras atender espiritual y magistralmente un hospital de urgencia con 500 heridos y enfermos franceses, se le anunció, como recompensa, el ser nombrado para un cargo vacante en la iglesia auxiliar de San Pedro. Ya había pensado en la constitución en dicha iglesia de una junta de beneficencia, cuando le sorprendió el nombramiento de otro sacerdote para este puesto. El aceptó resignado lo que había sido dispuesto y continuó con sus anteriores ocupaciones, pero redoblando su actuación en las obras apostólicas  y sociales.

            Es de señalar que en 1759 la Parroquia de San Miguel tenía 1.753 casas que eran atendidas pastoralmente por los 43 presbíteros y un 1 subdiácono que pertenecían al clero de San Miguel. A finales del siglo XIX la clerecía de San Miguel estaba formada por más de una veintena de sacerdotes, entre ellos los rectores de las iglesias de San Pedro y la del Santo Cristo de la Yedra. La importancia de San Miguel hace que en el siglo XIX el ocupar el cargo de cura encargado de la iglesia auxiliar de San Pedro sea bastante demandado entre el clero de entonces y, a veces, este puesto se ofrecía como recompensa a una fructífera labor pastoral. Este es el caso ocurrido con este sacerdote ilustre que ha pasado a la historia de Jerez por sus virtudes y por las obras de interés social en las que intervino. Otros historiadores, sin embargo, nos hablan de él como cura encargado de la auxiliar de San Pedro.

 Fue decisiva la contribución que el Padre Ramos realizó en 1824 al restablecimiento en Jerez de la Sociedad Económica de Amigos del País así como al importante papel desempeñado como secretario de la primera Junta Municipal de Beneficencia que hubo en nuestra ciudad, reuniendo en un solo hospital, el de Santa Isabel, los pequeños hospitales diseminados por la ciudad. También fue nombrado secretario de la Junta Provincial de Agricultura por su encomiable labor en la finca de Vallesequillo, propiedad de la familia Gordon y de cuyos hijos el Padre Ramos fue su preceptor, especialmente en lo referente al cultivo de plantas forrajera, muy apta para el ganado caballar, lo que le valió para que en 1853 le fuese concedida la distinción de caballero de la Orden de Carlos III.

           El Padre Ramos falleció el 15 de julio 1857, dejando atrás toda una ejemplar vida de entrega a la ciudad que le acogió hasta su muerte. Sirvan estas líneas para el recuerdo de este sacerdote jerezano al cumplirse dos siglos y medio de su nacimiento y como gratitud por su entrega a cuantos pobres acudieron a él encontrando siempre su ayuda incluso, según se cuenta, hasta privarse de lo más indispensable para paliar necesidades.
 
           (Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 9 de julio de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ).
 
 
 
Interior de la iglesia de San Pedro antes de su demolición y posterior reconstrucción.
         

 

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