miércoles, 29 de noviembre de 2017

PLAZA DE PLATEROS




La céntrica plaza de Plateros se ha convertido en los últimos años en unos de los espacios donde la hostelería ha encontrado su sitio, formando parte de ese itinerario de ocio que partiendo de la calle Consistorio y siguiendo por plaza de la Yerba, plaza de la Asunción, Plateros y Tornería viene a desembocar en la plaza Rivero. Todo un recorrido que desde la derribada Puerta Real a la también desaparecida Puerta de Sevilla ofrece una gran oferta gastronómica en esa variedad de bares que, o bien se han ido renovando o han ido ocupando los locales que se han quedado vacíos. Esta plaza es, en la actualidad, el corazón de esta nueva vía turística de terrazas y veladores.

Según nos cuenta el archivero Muñoz la plaza de Plateros, tuvo también los nombres de plaza de Aljaifar por los distintos artículos que en ella se vendían, de las Vendedoras por la cantidad de vendedoras que había en la plaza, de Obertos de Valeto por el fundador de la Cartuja jerezana, de las Berceras por los puestos de venta de pan, hortalizas y berzas que aquí hubo, del Rollo debido a la "la picota" ó "rollo", donde se exponían a los reos para su vergüenza pública, del Pan por el sitio de los puestos de pan que en ella había y de los Mercaderes por las diferencias de artículos que en sus puestos se expedían. Más recientemente llevó también el nombre de plaza Carmen Núñez de Villavicencio por la Marquesa de Domecq D'Usquain, gran benefactora de la ciudad. Finalmente, con la llegada de la democracia, se le devolvió su nombre popular de plaza de Plateros,  por ser estos los que perduraron entre tantos comerciantes como, desde siempre, se habían establecido en ella. Una plaza antaño popular y evocadora, con su torre de la Atalaya vigilante siempre y su parada de taxis, donde las tertulias y el paso constante de jerezanos daban vida bajo su frondosa arboleda.

La hermosa y romántica Plaza de Plateros, corazón de un viejo Jerez, de gremios y mercaderes, de pajarillos cantarines, de la Viña T y del Nº 1, ha sido noticia esta semana por varios actos vandálicos acometidos en los comercios allí establecidos. Al parecer no es la primera vez que estos lamentables hechos han ocurrido por lo que los hosteleros han lanzado la voz de alarma demandando una mayor seguridad.

La historia nos cuenta hechos trágicos ocurridos en esta plaza desde espectáculos deplorables con los reos que se exponían a la vergüenza pública, la vergüenza pública era una pena muy frecuente en la edad media, hasta, más reciente en el tiempo, el asesinato de una autoridad municipal. Páginas oscuras de una plaza de Plateros que me gusta más recordar con el encanto de hace unos años cuando mi amigo Vicente Romero Salcedo, veterano cofrade del Cristo y mayordomo que fuera de Loreto, pregonaba cupones en la esquina del Nº 1, antes de que Juan el tabernero le sirviera la “convidá” junto a otros cofrades de postín como Rufino Quintana o Juan Cervilla; mientras la gente iba y venía para la farmacia de Onofre Lorente, la tintorería Amaya, la droguería España, el bar Recreo, la papelería de Salido o la zapatería El Gorila. Todos negocios desaparecidos que, como obra de plateros, marcaron una época brillante de esta plaza que ni siquiera los vándalos de hoy podrán ya oscurecer.  
 
(Artículo que publiqué en INFORMACIÓN JEREZ el pasado domingo 26 de noviembre de 2017 y al día siguiente en VIVA JEREZ)
 
La plaza Plateros del ayer a la que hago referencia en el artículo.
 

 

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